Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 𝟹

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Rubí Campbell

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Rubí Campbell

«Ambas mujeres me tienen acorralada».

La tipa pelinegra se ríe de mí y me hace señas obscenas. La tipa del reloj en el ojo me tiene acorralada contra la pared mientras posee una mirada fría y amarga.

Me mira de pies a cabeza y me sonríe de manera torcida.

—Tú eres la nueva enfermerita, ¿No?—Preguntó en un tono burlón.

Por el miedo, le íba a responder con un golpe, pero ella reaccionó muy rápido y detuvo mi mano, agarrándola con fuerza. Su otra mano libre se encaminó a tomarme fuerte de la parte baja de mi cabello para dominarme. Intenté luchar, pero ella gruñó reforzando el agarre en mi cabello.

«Está logrando amansarme».

—¡Suéltame, por favor...!—Grité sacudiéndome frenéticamente y empezando a forcejear con ella, pero el agarre en mi cabello aumentó mucho más sacándome las lágrimas.—Por favor, ya...—Supliqué adolorida y sintiendo un fuerte temblor en mis piernas.

—¡Dale una buena lección!—Exclamó la chica pelinegra riéndose de mi momento vergonzoso y doloroso.

—¡Aah!—Ambos agarres suyos me están doliendo muchísimo. Juro que escuché mi muñeca y mi cuero cabelludo tronar del dolor que provoca.

—Shh, tranquila...—Susurró ronca sobre mis labios y cerré fuertemente mis ojos por el dolor y el miedo. Siento su cuerpo apegarse demasiado al mío.

«Que mujer tan ruda y fuerte, tiene una gran fuerza y la mano pesada».

—¡Hey, par de perras!—Llegaron a tiempo un par de guardias mujeres. La relojera me soltó de golpe y me arrojó al suelo. Ahora mis agresoras alzan sus manos en modo de paz y ponen caras de hipócritas.

Llegaron las guardias muy violentas para llevarse a golpes y patadas a las reclusas y encerrarlas a cada una en sus celdas. 

Mientras la relojera era golpeada por las mujeres guardias, me lanzó una mirada intimidante y luego me sonrió macabramente para después ser llevada y alejada de mi vista.

—¿Estás bien? Ven conmigo.—Una chica morena y ojos marrones me ayudó a levantarme del piso frío.

Al parecer es otra enfermera que aparenta más o menos mi edad.

—Me llamo Nubia.

Se presentó educadamente.

—Gracias. Soy Rubí.

Ahora mismo estoy en la enfermería platicando con Nubia. Vendó mi mano torcida, ya que esa chica por poco me rompe el hueso de mi mano, pero sólo me la torció con su gran fuerza.

𝐈𝐍𝐓𝐑𝐀𝐆𝐄𝐍𝐃𝐄𝐑┃ClockworkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora