Capítulo VI

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Pov Julieta

No era consciente del tiempo que llevaba dormida, abrí los ojos lentamente que sentía que me pesaban toneladas, parpadeé para aclarar la visión borrosa que tenía frente a mí, me llevé la mano a la cara como reacción a luz del sol de mediodía que se empezaba a filtrar tímidamente a través de las cortinas.

Hoy por fin era un nuevo día.

Intente levantarme, pero sentí un dolor en el costado del vientre.

- Mierda... - Solté un leve gemido que me hizo detenerme en seco, me recargué en mi brazo sin entender que era lo que me estaba ocasionando dolor.

Con cuidado seguí con mi misión de levantarme de la cama, me apoye en el borde mientras respiraba hondo para mitigar el dolor, me paré sin hacer algún movimiento brusco y caminé lentamente hasta el espejo de mi habitación, cada paso era un recordatorio de la herida que había sufrido. Llegué quitándome la camisa de seda, dejando al descubierto el vendaje que cubría la sutura.

Con mi mano toqué suavemente alrededor de la herida, sintiendo la textura de la venda que cubría mi herida de bala, cerré los ojos por un momento dejándome llevar por mi mente, recordé vívidamente la tarde anterior: la persecución, el caos, el sonido de los disparos, pero, sobre todo, la imagen de Lesslie se adueñó de cada uno de mis pensamientos.

¿Quién carajos eres Lesslie?... y por qué no sales de mi cabeza...

La forma en la que me miraba, la preocupación en esos ojos color celeste, la suavidad de su voz al intentar tranquilizarme, el suave aroma que desprendía.

Abrí de nuevo los ojos enfrentando mi reflejo con un signo de interrogación, ¿qué eran esos pensamientos que estaba teniendo?, sacudí mi cabeza para deshacerme de ellos, sabía que había mucho por hacer, muchos peligros que aún acechaban.
Me dirigí a la puerta para ir donde mi hermana, pero la imagen de Lesslie se convertía en mi motivación, estaba decidida a verla otra vez . Sin poder controlarme, una leve sonrisa se dibujó en mis labios.
Por primera vez en mucho tiempo, sentía que tenía algo más que una misión.

- Gracias papá... - Susurré por lo bajo y agaché la cabeza para que Aurora no viera que estaba sonriendo, logré disimular y de nuevo ya estaba en el juego.

Me dirigí hacia la cocina, donde el aroma del café recién hecho llenaba el aire. Aurora, mi segunda hermana menor, estaba de pie junto a la cafetera, parecía escribir algo sobre una libreta. Me acerqué sigilosamente para no asustarla, robándole un abrazo por la espalda.

- Buenos días, Auri - Dije con una sonrisa mientras apoyaba la barbilla en su hombro.

Aurora se sobresaltó ligeramente, supongo que no se esperaba esa muestra de cariño, se dió la vuelta regalándome una sonrisa y me devolvió el abrazo fugaz.

- Hola, July. ¿Cómo te sientes hoy? - Preguntó con un tono lleno de preocupación.

- Podría estar mejor... - Me encogí de hombros apretando mis labios, si entraba en detalles sólo la preocuparía más.

Aurora suspiró y se apartó para servir dos tazas de café.

Sabía que no me terminó de creer del todo.

- ¿Lista para hoy? Recuerda que tenemos que ir a que cierres un trato - Me salí de la isla sentándome del otro lado de la barra.

Mis 7 PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora