Vestido como el ataque de carne de cañón de un colegial frío.

✷ Capítulo 65 ✷

Su Bai tembló ligeramente, y una suave huella se hizo en sus párpados con un toque cuidadoso y suave.

Con los ojos increíblemente abiertos, Su Bai miró a Yu Heng sin comprender.

Después de un largo rato, abrió la boca, con la voz ronca: "¿Es lo que pensaba que significaba?".

¿Yu Heng se compadecía de él?

La mirada en sus ojos que aún no estaba seguro tenía un toque de esperanza, hizo que Yu Heng se sintiera desconsolado.

Las hermosas mejillas del joven estaban pálidas y enfermizamente rojas en ese momento.

"Sí".

Las breves palabras fueron como la amapola más seductora, haciendo que el corazón de Su Bai latiera violentamente. En este momento, todos los escrúpulos y miedos desaparecieron, la voz suave acarició su corazón como las alas de un ángel, hace que la gente quiera hundirse.

Levantando los ojos para mirar a Yu Heng, la visión de Su Bai cambió gradualmente de la confusión anterior a la claridad.

El nudo en su garganta rodó ligeramente, y sus ojos se clavaron en Yu Heng, como si la persona frente a él fuera a desaparecer si apartara la mirada.

"Me gustas, Yu Heng".

Hablando suavemente, esta fue la primera vez que Su Bai realmente expresó sus sentimientos, diciendo lo que había escondido en lo profundo de su corazón, pero que no se atrevía a hacérselo saber a Yu Heng.

"Hmm."

Bajando la cabeza y frotando el pelo del adolescente, los ojos de Yu Heng eran de una suavidad sin precedentes.

"Entonces tú, ¿te gusto?".

Reunido suficiente coraje, Su Bai miró a Yu Heng en el medio, incluso a través de los miles de millones de estrellas, también puede cruzar, siempre y cuando la otra parte lo permita.

Durante mucho tiempo no hubo respuesta, la habitación se sumió en un silencio.

Yu Heng sintió que sus párpados temblaban ligeramente. Le debería gustar Su Bai...

Después de todo, Su Bai es el único que lo hace sentir nervioso, pero también el único, que hace que quiera cuidarlo cuidadosamente y tratarlo con suavidad....

Pero Yu Heng tiene miedo, tiene miedo de lastimar a Su Bai, después de todo, él nunca supo cómo gustarle una persona.

El joven medio sentado en la cama miró a Yu Heng, frunció las comisuras de la boca con su terca espera.

Yu Heng devolvió la mirada al adolescente, abrió la boca y escupió suavemente la palabra "Me gustas".

En un instante, fue abrazado por alguien, y las puntas del pelo de Su Bai rozaron las mejillas de Yu Heng, pero esta vez, no lo evitó en absoluto.

Podía sentir la felicidad y la alegría del adolescente, podía sentir la emoción sincera de Su Bai.

"Yo....."

Yu Heng se congeló, no sabía si debía decirlo, pero no quería mentirle a Su Bai.

Sujetando los hombros del adolescente, Yu Heng miró a Su Bai, su tono era sincero: "Puede que no me gustes tanto como yo te gusto a ti ahora, pero lo intentaré con todas mis fuerzas".

Yu Heng tenía una característica cómo persona, él no daría fácilmente promesas a otros, pero una vez que él hizo una promesa, él lo haría definitivamente.

Al igual que antes, nunca había prometido a ninguno de sus pretendientes, y nunca dio a los demás una esperanza inexplicable.

Pero esta vez, Yu Heng hizo una promesa.