07

307 22 0
                                    


Saco las galletas del horno y las empiezo a colocar cada uno en su sitio, la puerta de la cafetería suena indicando que alguien entra por ella, alzo mi cabeza para saber quién es y me sorprendo al ver al tipo de la otra noche.

Me limpio las manos en el delantal luego de poner bien las galletas, justo cuando Solomons llega a la caja, él mira a su alrededor curioso y, cuando sus ojos se encuentran con los míos, me sonríe.

—Bonita cafetería.

Después de ese complemento, Alfie Solomons envuelve una conversación hasta que, por fin, me dice el por qué venía aquí: invitarme a salir. Trato de ser lo más respetuosa que puedo, teniendo en claro las palabras de Michael la otra noche sobre él, y le niego la salida. No me vuelve a preguntar y tengo que decir que eso dice mucho de la persona que es, otro cualquier hombre hubiera insistido hasta ser un pobre cansino, pero él asiente con la cabeza y me pide que le ponga un par de bollitos para llevar.

—Si alguna vez necesitas algo, búscame en Camden Town, Violet. —me hace saber antes de irse.

A las ocho, cuando tengo ganas de irme, cierro la cafetería y me dirijo a la casa de apuestas llevando unos cuantos bollos y croissants por si alguno quiere, pues John me dijo que tenían mucho trabajo hoy y que seguramente llegaría tarde a casa.

Una vez que llego es Arthur quien me abre:— ¡Violet! —saluda, dejándome pasar— John está dentro, trabajando aún, nosotros ya nos vamos. —me explica, señalando los hombres que tiene detrás.

—Bien, gracias, Arthur. —le sonrío.

—Nos vemos, cuñada.

Así como me abre la puerta, se despide y se va, dejándome a solas con John. Mientras camino hacía donde él se encuentra lo puedo escuchar maldiciendo, es raro verlos mirar papeles porque él nunca lleva estos trabajos, lo suele hace Thomas.

—¿John? —lo llamo, cuando no se da cuenta que he entrado en el despacho en el que está.

Alza la cabeza y cuando me ve deja los papeles sobre la mesa, su espalda cayendo en el respaldar de la silla.

Me acerco a él, dejando la comida sobre la mesa y ahueco su rostro en mi mano.

—¿Quieres que te ayude? —le pregunto, porque las ojeras de sus ojos me dejan saber lo estresado que está.

John agarra mi mano con la suya:— No con esto, pero tengo algo en mente con lo que sí me puedes ayudar. —dice, dejando un beso en mi dorso— Siéntate.

No me deja responder, él mismo me agarra de las caderas y me hace sentarme encima de él.

&Te he traído algo para que comas. —le hago saber.

—Sí, te has traido a ti misma.

Sonrío divertida, mis manos rodeando su cuello y jugando con los mechones de cabello de detrás de su cabeza.

—Alfie vino a mi cafetería, —le cuento, con voz suave— me invitó a cenar y le he dicho que no.

John sonríe.

—No puede tenerte ni en sus mejores sueños. —dice, pasando sus manos con cariño por mis brazos.

Infinity  ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora