La distancia no es un obstáculo

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POV de Dominick (Domi)


De regreso en México, los días pasaban rápido entre consultas y ensayos, pero mi mente seguía viajando a Luxemburgo, a esos momentos compartidos con Ares. El anillo que me había dado se convirtió en mi amuleto, recordándome cada día que nuestro amor era real y fuerte, a pesar de la distancia.


Una tarde, después de una larga jornada en el hospital, decidí llamarlo.


D: Hola, Ares. ¿Cómo te encuentras?


A: ¡Domi! Estoy bien, trabajando en algunos nuevos bocetos. ¿Y tú?


Su voz al otro lado de la línea era un bálsamo para mi alma. Hablamos durante horas, como si no hubiera océanos ni continentes entre nosotros. Compartimos nuestras rutinas, nuestros pequeños logros y las dificultades del día a día.


A: Me siento mucho mejor desde que volví de Luxemburgo. Tengo más energía y he empezado a trabajar en un nuevo proyecto. Estoy diseñando una serie de joyas inspiradas en nuestra semana juntos.


La emoción en su voz me hizo sonreír. Sabía que esa pasión por su trabajo era lo que lo mantenía fuerte en su lucha contra la enfermedad.


POV de Ares

Las semanas que siguieron al regreso de Domi fueron un torbellino de emociones. La casa de playa se sentía vacía sin su risa y su presencia, pero sus llamadas y mensajes constantes eran mi ancla. Cada día era una batalla, pero sabía que no estaba solo.Un día, mientras trabajaba en mi taller, recibí una llamada de mi médico. Los resultados de mis últimas pruebas estaban listos. Respiré hondo antes de contestar.

Médico: Ares, tengo buenas noticias. Tus niveles han mejorado significativamente. Parece que el tratamiento está funcionando.

La alegría y el alivio me inundaron. Inmediatamente llamé a Domi para compartir la noticia, cuando el me contesto su voz sonaba muy adormilada a decir verdad bastante adormilada pero este  logro responderme. 


A: Domi, ¡tengo buenas noticias! Mis pruebas salieron bien. El tratamiento está funcionando.

D: ¡Ares, eso es increíble! Sabía que lo lograrías. Estoy tan orgulloso de ti.


POV de Dominick (Domi)


La noticia de la mejoría de Ares fue un rayo de esperanza en medio de la rutina diaria. Decidí que era momento de hacer algo especial para celebrar. Le propuse una videollamada para mostrarle algo que había estado preparando.


D: Ares, tengo una sorpresa para ti. ¿Puedes conectarte en unos minutos?


A: Claro, dame un momento.


Cuando se conectó, le mostré el mural que había pintado en una de las paredes de mi departamento. Era una representación de nuestra semana en Luxemburgo: la playa, las estrellas, y nosotros dos juntos.


Ares: Domi, es hermoso. No puedo creer lo talentoso que eres. Me haces sentir tan especial.


POV de Ares


La videollamada con Domi y ver el mural me llenaron de una felicidad indescriptible. Su amor y dedicación eran mi fuerza. Decidí que era momento de hacer algo más para acercarnos, a pesar de la distancia.


A: Domi, he estado pensando... ¿Qué te parecería si pasamos las fiestas juntos? Puedo ir a México o podrías venir aquí.


D: Yo ire contigo a Grecia o a Luxemburgo no se donde quieras pasar las fiestas.

A: Luxemburgo Domi me gustaria que las pasemos en Luxemburgo.

La idea de pasar más tiempo juntos, de crear más recuerdos, nos emocionó a ambos. Decidimos que Domi vendría a Luxemburgo para Navidad, y comenzamos a planearlo con entusiasmo.


POV de Dominick (Domi)


La expectativa de volver a ver a Ares me llenó de alegría. Empezamos a hacer planes detallados para nuestra reunión, emocionados por las nuevas aventuras que compartiríamos. Sabíamos que la distancia era un desafío, pero nuestro amor era fuerte y capaz de superar cualquier obstáculo.


POV de Ares

Esperar la llegada de Domi me dio una nueva razón para seguir luchando. Sabía que, juntos, podíamos enfrentar cualquier desafío. Y mientras preparaba mi casa para su llegada, me di cuenta de que nuestro amor no solo sobrevivía a la distancia, sino que se fortalecía con ella.

Domi y Ares: La distancia no es un obstáculo para el amor verdadero. Nos veremos pronto, y hasta entonces, nuestros corazones seguirán latiendo al unísono, sin importar los kilómetros que nos separen.

La promesa de un futuro juntos, lleno de amor y esperanza, nos daba la fuerza para seguir adelante. La distancia era solo un detalle, un pequeño obstáculo que no podía detener lo que habíamos comenzado a construir juntos.

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