Capítulo 2: Ecos de San Miguel

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La carretera serpenteaba a través de colinas ondulantes y valles profundos mientras Alejandro se acercaba a San Miguel de Allende. El paisaje cambió del bullicio de la Ciudad de México a la serenidad de la campiña mexicana, ofreciendo un contraste que le daba una sensación de calma y expectativa. Con cada kilómetro recorrido, sentía que se alejaba de la rutina y se adentraba en un territorio lleno de posibilidades y secretos. 

San Miguel de Allende se reveló como una joya colonial, con sus calles adoquinadas y coloridas fachadas que irradiaban historia y encanto. Alejandro no tardó en encontrar la Casa Azul, una antigua mansión situada en una calle tranquila, alejada del bullicio turístico del centro. La casa, pintada de un azul profundo y rodeada de jardines exuberantes, parecía contener siglos de historias en sus paredes. 

Tocó la puerta de madera tallada y esperó. Unos momentos después, una mujer mayor, con el cabello canoso recogido en un moño y ojos que parecían haber visto demasiado, abrió la puerta. 

—¿Dolores? —preguntó Alejandro, intentando disimular su nerviosismo. 

La mujer asintió lentamente, sus ojos escudriñando el rostro del joven. 

—Pasa, te estaba esperando —dijo, su voz suave pero firme. 

Alejandro entró en la casa, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. Dolores lo condujo a una sala adornada con muebles antiguos y fotografías en blanco y negro. La atmósfera estaba impregnada de un aroma a lavanda y un toque de misterio. 

—¿Quién escribió la carta? —preguntó Alejandro, rompiendo el silencio. 

Dolores lo miró fijamente antes de responder. 

—Fue tu abuelo, poco antes de morir. Él sabía que algún día necesitarías respuestas sobre tu familia y sobre ti mismo. 

La revelación dejó a Alejandro sin palabras. Recordaba a su abuelo como una figura distante, alguien que siempre había estado presente pero nunca realmente cercano. Nunca había imaginado que guardara secretos tan profundos. 

—¿Por qué ahora? —insistió Alejandro—. ¿Qué es lo que necesito saber? 

Dolores suspiró y señaló una caja de madera sobre una mesa cercana. 

—Dentro de esa caja encontrarás diarios, cartas y fotografías que te revelarán la verdad sobre tu familia. Pero hay algo más —hizo una pausa, su mirada se volvió intensa—. Hay un legado que debes reclamar, algo que tu abuelo protegió durante años. 

Alejandro abrió la caja con manos temblorosas. Dentro, encontró una serie de diarios encuadernados en cuero, cartas amarillentas por el tiempo y fotografías que mostraban a personas y lugares que no reconocía. Cada objeto parecía contener una pieza del rompecabezas de su pasado. 

Dolores se acercó y le puso una mano en el hombro. 

—Tu abuelo era un guardián, Alejandro. Un guardián de secretos y de un poder antiguo que ha sido transmitido de generación en generación. Ahora, es tu turno de asumir ese papel y descubrir qué significa ser el guardián de las sombras. 

El joven fotógrafo se sintió abrumado por la magnitud de lo que estaba escuchando. Toda su vida había estado marcada por la rutina y la melancolía, y de repente, se encontraba en el umbral de una revelación que prometía cambiarlo todo. 

Pasaron horas mientras Alejandro leía los diarios y las cartas. Descubrió historias de valentía, sacrificio y misterio, relatos de sus antepasados que habían protegido un poder que, según las palabras de su abuelo, podía cambiar el destino de muchos. 

La noche cayó sobre San Miguel de Allende, y las sombras en la Casa Azul parecían cobrar vida mientras Alejandro absorbía cada fragmento de su historia familiar. Finalmente, cerró el último diario y miró a Dolores, quien había permanecido en silencio, observando. 

—Estoy listo —dijo Alejandro, su voz firme a pesar del torbellino de emociones que sentía—. Quiero saber todo lo que pueda sobre este legado y lo que debo hacer. 

Dolores sonrió, una sonrisa cargada de sabiduría y compasión. 

—Entonces, comencemos, Alejandro. Hay mucho que aprender y poco tiempo. Las sombras no esperan. 

Y así, en el corazón de San Miguel de Allende, Alejandro Rivera comenzó su viaje hacia un destino que prometía ser tan oscuro como revelador, un viaje que lo llevaría a descubrir quién era realmente y cuál era su propósito en un mundo lleno de secretos y sombras. 

SECRETOS FAMILIARESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora