Capítulo 6: Aliados Inesperados

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Las semanas siguientes a la captura de los miembros de la Orden de la Sombra fueron una mezcla de preparación y vigilancia. Alejandro y Dolores sabían que la amenaza no había desaparecido, y debían estar listos para cualquier ataque. 

Una tarde, mientras Alejandro revisaba los antiguos textos en la biblioteca de la Casa Azul, Dolores entró apresuradamente con una expresión preocupada. 

—Alejandro, hemos recibido una carta —dijo, extendiéndole un sobre antiguo con un sello que Alejandro no reconoció. 

Alejandro tomó la carta y rompió el sello. Dentro, encontró un mensaje escrito en una elegante caligrafía. 

"Estimado Guardián, 

La noticia de la reaparición del Espejo de las Sombras ha llegado a nuestros oídos. Sabemos que estás en peligro y deseamos ofrecerte nuestra ayuda. 

Por favor, reúnase con nosotros en el Templo de la Luz en Querétaro. Solo juntos podremos enfrentar la oscuridad que se avecina. 

Con respeto, 

La Orden de la Luz" 

Alejandro leyó la carta en silencio antes de mostrársela a Dolores. 

—¿La Orden de la Luz? —preguntó Alejandro—. ¿Sabes quiénes son? 

Dolores asintió, su expresión se suavizó un poco. 

—Son antiguos aliados de nuestra familia. Han luchado contra las fuerzas oscuras durante siglos, al igual que nosotros. Si han decidido ayudarnos, es una buena señal. 

Alejandro sintió una mezcla de alivio y aprensión. Sabía que necesitaban toda la ayuda posible, pero también que no podía confiar ciegamente en nadie. 

—Debemos ir a Querétaro y encontrarnos con ellos —dijo Alejandro, decidido—. Pero debemos estar preparados para cualquier eventualidad. 

Dolores asintió en acuerdo. 

—Lo haremos. Prepara tus cosas, saldremos al amanecer. 

La mañana siguiente, Alejandro y Dolores partieron hacia Querétaro. El viaje fue tranquilo, pero ambos estaban en alerta constante. Al llegar a la ciudad, se dirigieron directamente al Templo de la Luz, un antiguo edificio escondido en las colinas, alejado del bullicio del centro. 

El templo era imponente, con altos muros de piedra y símbolos antiguos grabados en su fachada. Alejandro sintió una energía poderosa mientras cruzaban las puertas. Fueron recibidos por una figura alta y digna, vestida con ropas blancas y doradas. 

—Bienvenidos, Guardián Alejandro y Dolores —dijo la figura con una voz suave pero autoritaria—. Soy el Maestro Ignacio, líder de la Orden de la Luz. Es un honor tenerlos aquí. 

Alejandro y Dolores hicieron una leve reverencia, siguiendo al Maestro Ignacio hacia una gran sala iluminada por la luz natural que se filtraba a través de vitrales coloridos. 

—Hemos estado observando los movimientos de la Orden de la Sombra —continuó Ignacio—. Sabemos que buscan el Espejo de las Sombras para desatar un poder oscuro. Pero hay algo más que deben saber. 

El maestro los condujo hacia una mesa cubierta con mapas y documentos antiguos. 

—Hace siglos, hubo una profecía —explicó Ignacio—. Decía que cuando el Espejo de las Sombras y el Espejo de la Luz se unieran, un poder inimaginable se desataría. Pero solo el guardián elegido podría controlar ese poder para el bien. 

Alejandro escuchó atentamente, sintiendo el peso de las palabras del maestro. 

—Entonces, ¿hay otro espejo? —preguntó Alejandro, incrédulo. 

Ignacio asintió solemnemente. 

—Sí, el Espejo de la Luz. Ha estado bajo nuestra protección durante generaciones. Creemos que ha llegado el momento de unir los dos espejos y enfrentarnos a la Orden de la Sombra juntos. 

Dolores miró a Alejandro, sus ojos llenos de determinación. 

—Debemos hacerlo —dijo Alejandro—. Si esta es la única manera de detener a la Orden, entonces debemos unir los espejos. 

Ignacio sonrió, satisfecho con la respuesta de Alejandro. 

—Muy bien. Pero sepan que esto no será fácil. La Orden de la Sombra hará todo lo posible por detenernos. Debemos ser rápidos y decisivos. 

Los días siguientes estuvieron llenos de planificación y entrenamiento. Alejandro y Dolores aprendieron a manejar el poder del Espejo de la Luz bajo la guía de Ignacio y otros miembros de la Orden de la Luz. La conexión entre los dos espejos no era solo simbólica; Alejandro podía sentir una fuerza creciente dentro de él, una energía que nunca había experimentado. 

Una noche, mientras practicaban con los espejos, Alejandro tuvo una visión poderosa. Vio una batalla épica entre las fuerzas de la luz y la oscuridad, con él en el centro, usando los espejos para proteger a sus aliados y derrotar a sus enemigos. Despertó sudoroso y agitado, pero también más decidido que nunca. 

El día de la confrontación final se acercaba. Alejandro y Dolores, junto con los miembros de la Orden de la Luz, se prepararon para el enfrentamiento con la Orden de la Sombra. Sabían que el destino del mundo estaba en juego, y que solo juntos podrían prevalecer. 

Con los primeros rayos del amanecer iluminando el Templo de la Luz, Alejandro y Dolores se pusieron en marcha, listos para enfrentar el desafío final. Las sombras del pasado habían guiado su camino hasta este punto, y ahora, estaban decididos a iluminar el futuro con la fuerza combinada de los espejos. 

La batalla final estaba por comenzar, y Alejandro sabía que estaba preparado para cualquier cosa que el destino le deparara. 

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