Capítulo 3: El Legado de los Guardianes

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La primera luz del amanecer se filtraba a través de las ventanas de la Casa Azul, iluminando suavemente la habitación donde Alejandro había pasado la noche inmerso en los relatos de su familia. Sentía una mezcla de fatiga y adrenalina, impulsado por la magnitud de lo que había descubierto. Su abuelo no solo era un guardián de secretos, sino también de un poder antiguo que ahora recaía en él. 

Dolores le ofreció una taza de café fuerte y se sentó frente a él en la mesa del comedor. 

—Hoy comenzaremos tu entrenamiento —anunció—. Necesitas entender lo que significa ser un guardián y las responsabilidades que conlleva. 

Alejandro asintió, ansioso por saber más. 

—Tu abuelo, y los guardianes antes que él, protegieron un objeto conocido como el Espejo de las Sombras —continuó Dolores—. Es un artefacto que puede revelar verdades ocultas y abrir portales a otras realidades. Pero en manos equivocadas, puede desatar el caos. 

Dolores se levantó y lo condujo a una habitación secreta en el sótano de la casa. Las paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros antiguos y pergaminos, y en el centro de la habitación, sobre un pedestal de piedra, descansaba un espejo con un marco oscuro y ornamentado. 

—Este es el Espejo de las Sombras —dijo Dolores, su voz reverberando en la habitación silenciosa—. Tu primer paso será aprender a usarlo. 

Alejandro se acercó al espejo, sintiendo una atracción magnética hacia él. Las superficies reflejaban su imagen, pero había algo más, un sutil movimiento en las sombras detrás de su reflejo. 

—¿Cómo funciona? —preguntó, sin apartar la vista del espejo. 

—Para activar su poder, debes concentrarte y enfocarte en una pregunta o en un lugar que desees ver —explicó Dolores—. Pero ten cuidado, las respuestas que obtendrás no siempre son claras, y las visiones pueden ser perturbadoras. 

Alejandro respiró hondo y cerró los ojos, intentando calmar su mente. Cuando los abrió, fijó su mirada en el espejo y pensó en su abuelo, deseando ver más de su vida y su papel como guardián. 

Las sombras en el espejo se agitaron y se transformaron, revelando una serie de imágenes que parecían salir de una bruma oscura. Vio a su abuelo, más joven, enfrentándose a figuras sombrías en lo que parecía ser una batalla desesperada. Luego, la escena cambió a su abuelo escondiendo el espejo en un lugar secreto, susurrando palabras que Alejandro no pudo entender. 

La visión terminó tan abruptamente como había comenzado, y Alejandro retrocedió, sintiendo un mareo por la intensidad de lo que había visto. 

—Tomará tiempo dominar el espejo —dijo Dolores, colocando una mano tranquilizadora en su hombro—. Pero ahora sabes lo que está en juego. 

Alejandro asintió, aún procesando las imágenes que había presenciado. Se dio cuenta de que su abuelo había llevado una vida llena de peligros y secretos, todo para proteger el Espejo de las Sombras. 

—¿Qué más necesito saber? —preguntó, decidido a asumir su papel como guardián. 

Dolores sonrió con aprobación. 

—Debes aprender sobre las fuerzas que buscan el espejo. Hay organizaciones y personas que harían cualquier cosa por obtener su poder. También debes conocer los antiguos rituales y cómo usar los libros y pergaminos que tenemos aquí. 

Las semanas que siguieron fueron intensas. Alejandro pasó días enteros entrenando con Dolores, estudiando los textos antiguos y practicando con el espejo. Aprendió a interpretar las visiones y a manejar el poder del espejo con cautela. Cada día se sentía más conectado con su legado, más consciente de la responsabilidad que había heredado. 

Una noche, mientras estudiaba un antiguo pergamino, Alejandro encontró una referencia a una profecía. Decía que un gran peligro se acercaba y que solo el guardián elegido podría detenerlo. Su corazón se aceleró al leer esas palabras, sabiendo que hablaban de él. 

Dolores confirmó sus sospechas al día siguiente. 

—Esa profecía se ha transmitido de generación en generación —dijo—. Y ahora, Alejandro, tú eres el guardián elegido. Debes estar preparado para enfrentar ese peligro. 

Las palabras de Dolores resonaron en su mente mientras Alejandro contemplaba el espejo. Sabía que su vida había cambiado para siempre y que debía estar listo para cualquier desafío que viniera. Las sombras del pasado se habían convertido en su presente, y el destino del Espejo de las Sombras ahora dependía de él. 

Con una determinación renovada, Alejandro se comprometió a proteger el legado de su familia y a enfrentarse a las oscuras fuerzas que amenazaban con desatar el caos. El viaje apenas comenzaba, y estaba listo para descubrir todas las verdades ocultas que el espejo tenía para revelar. 

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