1. Meeting

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La alarma del despertador comenzó a sonar, haciendo un horrible eco en las paredes blancas de la habitación

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La alarma del despertador comenzó a sonar, haciendo un horrible eco en las paredes blancas de la habitación. Una mano delgada se asomó por las sábanas para presionar la pantalla del celular, apagando el molesto sonido.

Destapándose, ____ se sentó sobre el cómodo colchón y se estiró, haciendo sonar sus huesos ruidosamente. Una sonrisa apareció en su rostro al ver el sol colarse entre las cortinas de la sala al salir de su habitación. El departamento estaba bastante vacío pero era adecuado y cómodo. Llevaba menos de tres días en Corea y se sentía como si hubiera vivido ahí toda su vida.

Entró al baño entre torpes tropezones, intentando quitarse la ropa en el camino; la ducha se escuchó en el agradable eco del baño, el agua tibia cayendo por la regadera. Una ducha rápida para sentirse mejor ayudó a que sus músculos se relajaran por la tensión de saber que era su primer día de trabajo. Eligió unos jeans negros y una camisa blanca, maquillándose muy ligeramente para tomar su mochila y salir en camino a su nuevo trabajo.

Caminó un par de calles hasta llegar a una avenida y se sentó a esperar pacientemente el autobús. Al ver que tardaba bastante, se giró a ver a un joven a su lado, —disculpa, ¿sabes cuánto tiempo tomará para que llegue el autobús?—. Preguntó con un coreano ponchado, mirando al joven reírse levemente y señalar un letrero que incluía los horarios del autobús. Agradeciendo con una reverencia con la cabeza, se levantó a leer las horas y giró su muñeca para ver su reloj, alegrándose bastante al ver que faltaban solo un par de minutos para que pase.

Su mano se coló en su bolsa, encontrando la tarjeta del transporte público y subió en este cuando llegó puntualmente a la estación. Hizo una ligera reverencia ante el conductor, caminando hasta el fondo para tomar asiento y ver las calles para conocer y reconocer pronto todo a su alrededor. Su vista se enfocó en un 7eleven a un par de cuadras de la estación en la que estuvo esperando, anotando mentalmente pasar por ahí más tarde. Estuvo pendiente, haciendo el conteo de tiempo que le tomaría llegar a la compañía. Cuando el reloj marcó 6:54 a.m fue que se encontró a sí misma bajando del autobús, la estación quedando exactamente en frente del enorme letrero rosa de SM ENTERTAINMENT.

Le tomó unos segundos de pie fuera del edificio para respirar y asimilar lo que estaba sucediendo, espera, ¿realmente estaba sucediendo? Le costó solamente un pellizco para entender que realmente estaba ahí. Una respiración profunda y se decidió a cruzar el marco de la puerta, su corazón latiendo contra su oído y un extraño sonrojo alrededor de sus mejillas. —Buenos días, soy ____ y tengo una cita con Lee SooMan.—. Ahí estaba el coreano ponchado de nuevo, haciendo reír tiernamente a la recepcionista, quien alzó el teléfono, dijo un par de cosas y le dio un gafete de invitado. —Piso 11, última puerta.—. La recepcionista tenía una voz suave y un inglés más ponchado que su coreano pero entendía que quisiera facilitarle las cosas.

Haciendo una reverencia, ____ subió al elevador con los nervios hasta el cuello. Presionó el botón con el número 11, sintiendo el elevador subir tranquilamente y detenerse en el piso 5. Al abrirse la puerta, una chica alta y con un rostro algo extranjero la recibió. Sus mejillas volvieron a sonrojarse, esta vez más fuerte cuando la chica le sonrió y pudo entender a que se referían los coreanos con eye smile. Le devolvió tiernamente la sonrisa, haciendo una reverencia más formal, inclinando todo su torso. —Tu cara no me suena, ¿eres nueva?—. Escuchó la dulce voz de la chica, dándose la vuelta y asintiendo levemente. —Hoy es mi primer día.—. Explicó, mirando a la chica reír de una forma aún más encantadora que el resto.

El ascensor quedó en silencio, pero no había incomodidad, como si se conocieran de toda la vida.

Al llegar al piso 11, ____ bajó del ascensor, regalándole otra formal reverencia a la chica hermosa que seguía en el cubo metálico. —Soy Tiffany Hwang.—. Se presentó ella antes de que la puerta se cerrara y desapareciera de su vista. Una sonrisa se plasmó en el rostro de la latina, mientras se acercaba a la puerta y tocaba la misma, escuchando el acceso a la habitación. Abrió la puerta con una sonrisa nerviosa y tímida, el hombre de baja estatura levantándose de su silla tras el escritorio y dándole una mirada breve para después entregarle una sonrisa, que no le quitaba lo intimidante pero si la ayudaba a relajarse. —Buenos días, ____.—. Saludó con un tono paternalista, señalando la silla para que tomara asiento.

Una vez ambos estuvieron sentados, el hombre comenzó explicándole cómo funcionaba el edificio, la división de pisos y la conexión con la residencial de los artistas. —Te vamos a asignar especialmente a nuestra mejor artista. Es una solista que debutó en 2009. Su nombre es Kim Tae-yeon.—. Dijo suavemente para ayudarle con la pronunciación del nombre. —Es nuestro tesoro, el tesoro de la empresa y el tesoro del K-pop. Ha ganado SOTY y AOTY bastantes veces. Nos ha dejado en la empresa número uno de entretenimiento así que supongo que entiendes la importancia.—. La voz severa del hombre pasó a ser algo juguetona, de nuevo explicándole un poco sobre el edificio, donde se encontraban los vestidores y las salas de ensayo de la artista en la que se enfocaría.

—Y tu horario va a variar. Te cité a esta hora porque yo tenía disponible y Taeyeon tiene disponible en media hora, después irás con ella a un recinto donde tendrá una presentación y volverán a la empresa a una entrevista.—. Dice acercándole una hoja con los horarios de la semana de Taeyeon. —Esta hoja va a variar semanalmente, ella se encargará de dártela el resto del tiempo que pasen juntas.—. Sonríe, levantándose con ____ siguiéndolo. —Vamos, te llevo a conocer a nuestra estrella.—. Abrió la puerta para darle salida.

Ambos se encaminaron al elevador, presionando el número 3. —Generalmente encontrarás a Taeyeon y a Tiffany en el mismo piso, a veces a Jessica o a Yuri.—. El hombre rió por la mueca de confusión de la menor, palmeando cariñosamente su hombro. —Pronto te acoplarás. Son personalidades distintas así que hay que tener cuidado con cada una. La más amorosa es Tiffany, es muy cálida.—. Le explica con calma a la menor, ambos caminando por el largo pasillo para llegar a una puerta casi hasta el fondo.

El mayor tocó la puerta un par de veces, solo para escuchar una dulce voz dándoles permiso de entrar. —Taeyeon, pasaba a presentarte a ____, ella será tu nueva maquillista.—. Dice con un tono algo severo, pues conocía el berrinchudo comportamiento de la artista.

Una mujer de baja estatura con el cabello rubio y largo se dio la vuelta para enfrentar a la latina, girando los ojos al ver a la misma. La menor, nerviosa, atinó a hacer una reverencia y saludar con un acento extraño sobre su coreano ponchado. —¿Qué pasó con MinSeok? ¿No pudiste conseguir a alguien que, al menos, supiera hablar coreano?—. El tono de voz burlón no pasó por desapercibido por la latina, quien solo pudo tragar saliva nerviosamente. ¿Eso era lo que le esperaba? En menos de un segundo estaría en un avión de regreso a su país si la dejaban sola con esa mujer salvaje.

El estar perdida en sus pensamientos ansiosos la hizo perderse el regaño que recibió la artista por su comportamiento, por lo que solo sacudió la cabeza ligeramente y volvió a inclinarse frente a la artista, disculpándose algo avergonzada por su coreano de difícil comprensión y su disociación momentánea.

—Taengoo, no seas tan dura con ella.—. Una voz femenina conocida se escuchó detrás de ella, tensándola y relajándola instantáneamente. —¿Cómo te llamas? Creo que no escuché tu nombre.—. Tiffany se acercó a la latina, subiendo su mano a su rostro para buscar su temperatura corporal. La menor dio un salto por el contacto tibio sobre su piel caliente, dando un suave paso hacia atrás. —Soy ____.—. La voz salió a tropezones, el nerviosismo de tener a la más alta frente suyo era dominante.

La más pálida giró los ojos ante la situación, tronando los dedos frente a ambas. —La mini van debe estar cerca, así que mejor toma tus cosas y vámonos, odio llegar tarde.—. Y con la misma actitud de diva que la recibió, salió.

¿En qué me metí?

¿En qué me metí?

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LA MAQUILLISTA [TAEYEON Y TU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora