Susurros de amor en la brisa| SHIROHIGE Y TÚ.

11. HASTA SIEMPRE

- ¿en donde estabas?- pregunto el hombre bebiendo sake con un tono de molestia, estaba algo ebrio y llevaban sin cruzarse una palabra directamente desde la mañana anterior

- por ahí, me voy a dormir y no quiero hablar contigo- se encogio de hombros y se empezo a ir

- estas ebría?- 

- no es nada que te importe-

- ¿que pasa contigo?- dijo el finalmente mirandola, se veia algo indefensa, estaba sonrojada, sus ojos estaban cristalizados y se veia molesta.

- pasa que no voy a ser tu juego Newgate, se que en cada isla te acuestas con minimo una mujer y jamás las vuelves a ver simplemente para divertirte, y seguramente pensaste que yo seria tu juguete de Hukubo y como una especie de premio a la chica más joven con la que tienes sexo- dijo ella rompiendo en llanto y el simplemente habia quedado sorprendido ante las palabras de la menor,  ella tomo aire y salio nuevamente del lugar, trato de correr lejos pero el ya la habia alcanzado - pense que habia algo entre nosotros, las miradas, las bromas, las palabras, esos besos, pense y pense tantas cosas que al final solamente eran cosas mías- dijo sollozando de rodillas - has sido mi primer beso, esas cosas jamas se olvidan- 

- Mackeila, lo lamento, no queria que te sintieras insegura de lo que estaba pasando...-

- callate y llevame a mi puta habitación- dijo ella interrumpiendolo y mirando hacia el suelo, el simplemente asintio, la ayudo a levantar y se dirigieron al bar.

al hombre realmente le dolia ver a la chica así, ya habia estado con chicas que enloquecian cuando el les decia que jamas iba a volver a verlas o se enteraban que era algo que el pirata ya hacia amenudo, pero con Mackeila era diferente, no por el hecho de que no habia tenido sexo con ella, sino por el hecho de que probablemente estaba recibiendo un crudo golpe de realidad del primer hombre por el que habia sentido algo, ella era aun muy inocente, ella misma lo dijo, era el primer hombre que la besaba con amor y no como a una cosa como los hombres de Roman, para ella ese era el primer beso que siempre quiso cuando lloraba despues de esas fiestas en el castillo, no queria ni deseaba sentirse usada nunca más, pero se sentia un poco traicionada por el viejo porque creia que el queria utilizarla, el viejo entendia la colera de mackeila y se sentia algo mal por eso, pero sabia que ninguno de los dos habia hablado con respecto de sus sentimientos, aunque era obvio que ella lo queria, ella no entendia que era lo que el sentia en realidad.

cuando llegaron a la habitación de la chica, el abrio la puerta para que ella quisiera pasar.

- Buenas noches, Newgate- dijo ella con una lagrima cayendo sobre su mejilla 

 - siento muchas cosas por tí- dijo el avergonzado por lo que estaba diciendo, llevaba decadas sin decir algo como eso, pero si habia un momento para decirlo, ese momento era ahora, realmente no queria crearle una inseguridad a la chica y que ella pensara que el no la queria como ella a el, porque realmente lo hacia, la llegada de la menor habia cambiado su vida y su corazón, si sentia muchas cosas por ella - y se que es muy rapido para esto y se que no te lo he dicho, pero quiero que sepas que te quiero, que conocerte me ha cambiado la vida, y no quiero irme y que te quedes con una perspectiva del amor que no es, por que eres una mujer maravillosa con un corazón que merece ser cuidado, se que piensas que soy como esos piratas imbeciles que quieren usarte y lastimarte pero lo que te dije cuando te conoci es verdad, pequeña, no voy a hacerte daño y quiero cuidarte como mi tesoro- 

la mirada de ambos brillaban y ciertamente los dos estaban sorprendidos por las cosas que el pirata estaba diciendo 

- no quiero darte señales confusas que tengas que interpretar, te quiero y dejarte aqui me va a hacer extrañarte cada dia, pero cuando nos volvamos a encontrar te hare mi mujer y jamas estaremos separados de nuevo- y sin decir más, el hombre la beso, las lagrimas de ambos caían, era una noche que ninguno de los dos jamas olvidaria, porque el sentia que habia encontrado a la mujer con la que queria pasar los años que le quedaban, muchos o pocos, queria darle todo el amor que llevaba años reservando a la menor.