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La piedra vuelve a impactar sobre el filo de la espada del Rey Na, es casi predecible que la espada tiene más filo de lo normal y fácilmente puede decapitar al soldado que lo mira con odio.

—Deja ser hipócrita. Donghyuck ni siquiera te importa —Renjun rechista.

—A ti tampoco, dices su mejor amigo, pero en el fondo le deseas la muerte —Jaemin sonríe burlón—. Definitivamente me importa Donghyuck, te recuerdo que somos amigos desde niños, antes de que él te escogiera como su caballero.

—¿Sabes por qué me escogió como su caballero?

Chenle mira harto la escena, ambos tipos parecen querer enterrarse su espada mutuamente.

—¡Basta! Malditos inmaduros, ustedes se siguen amando, pero pretenden odiarse por su maldito orgullo. ¡Admitan que si ustedes están en esta situación es únicamente por la culpa de ustedes dos! —Chenle azota su espada sobre el piso.

—¡Jodida mierda, Chenle! Siéntate y no digas nada más —Jaemin ordena a su caballero.

—¡No quiero, Jaemin! Eres mi jefe, pero también mi amigo y me preocupa que sigas cegado con tu orgullo.

—¿Orgullo o cobardía? —contraataca Renjun.

—Cobardía y arrogancia como tú, Renjun —contesta Chenle —. Si no se han dado cuenta su discusión es estúpida, pero más estúpidos ustedes por iniciarla.

El dúo permanece en silencio. Siguen arreglando su armadura y Chenle continúa elaborando el mapa que servirá como su guía y hallar más fácil al Príncipe desaparecido.

Un grupo de tres, perteneciente a Chenle, Renjun y Jaemin, otro grupo de siete soldados, donde Renjun coloca de líder a Jaehyun, un soldado que tiene habilidades con las dagas y otro grupo de nueve, donde Jaemin otorga el liderazgo Hendery, quien sabe pelear incluso sin espada o alguna arma.

—La búsqueda la iniciamos en dos días. Los tres grupos saldremos al mismo tiempo y nos desviaremos en el cruce de los tres reinos. Recuerden no ir a dirección de otros reinos, como el reino de Taeyong, recordemos que el Príncipe lo rechazó y estamos penados en su reino. Únicamente tomaremos esos caminos —Renjun anuncia—. Anunciaremos nuestra salida con una gran magnitud de humo, en caso de que el Príncipe esté vivo, él sabrá que estamos en su búsqueda. Cubran bien su nariz y boca.

—En los caballos hay una bolsa, todos los caballos tienen una. La bolsa contiene material para hacer humo, leña, alcohol y más cosas. Cuando un grupo encuentre al Príncipe tienen que elaborar la fogata y hacer que produzca el suficiente humo para saber que uno de nosotros tiene al Príncipe y llegar hasta el punto de partida —. Continúa Chenle.

—En las mismas bolsas viene agua y comida, suficiente para que ustedes puedan subsistir. Los caballos tienen que descansar y alimentarse también, no podemos permitir que ellos se desgasten—. Jaemin finaliza.

—¿Qué pasa si no encontramos al Príncipe? —Pregunta Jaehyun.

—Terminaremos con la búsqueda en caso de que se terminen nuestros alimentos. Después iniciaremos otra búsqueda en el este, con los otros reinos —Jaemin responde.

Jaehyun asiente y permite que los demás soldados hagan preguntas y sugerencias, mientras el trio líder responde cada una.

Finalmente, los soldados se retiran, volviendo a dejar al trio completamente sólo.

—Chenle, pequeño —Jaemin llama a su caballero —. En las caballerizas está Jisung esperándote.

—Pero ¿qué hace aquí? Por si no te has dado cuenta, estamos en Aguazul y él es de Alab. Ellos están condenados a muerte aquí.

Jaemin y Renjun sonríen con malicia.

—Lo de querer morir por amor es de familia. No lo hagas esperar mucho —. Renjun guiña el ojo.

Chenle abre su boca emocionado, no le da tiempo de articular alguna palabra porque sale corriendo después de ver a Jaemin alejarse del lugar para evitar estar a solas con Renjun.

—Jaehyun —Chenle llama—. Nadie puede estar en las caballerizas hasta el día de la búsqueda, queremos que los caballos estén bien, no queremos agotarlos —pide el pálido para evitar sospechas.

Jaehyun asiente y se retira para dar la orden a los demás soldados.

Chenle entra a lugar, mirando cada pasillo en busca del chico alto que le flechó el corazón. Observa al arquero con una capucha oscura para ocultarse y evitar ser sospechoso.

—Jisung —susurra cuando está cerca del alto.

—Hola —sonríe tímido—, luces cansado.

—Estoy bien. El príncipe Donghyuck fue emboscado hace unos meses y recién vamos a iniciar su búsqueda —Chenle muerde su labio inferior nervioso—. ¿Qué haces aquí? Ustedes tienen sentencia de muerte.

—Bueno, si me muero que sea con tu perdón.

—Jisung, no tengo nada que perdonarte.

—Te acusé de traidor.

—Tal vez lo soy. Yo jamás me hubiera perdonado la muerte de tu hermano. Era mi responsabilidad.

Jisung niega con su cabeza, atrae el cuerpo pequeño del mayor y coloca la cabeza en su pecho tranquilizando.

—Ha pasado un año, quizá más. Entendí que fue decisión de Jeno y los otros dos estar en esa situación. Tú eres el menos culpable en todo esto.

—Pero, Sung...

—Te amo, Chenle. Y aún no soy capaz de estar sin ti y avanzar por mí mismo.

Chenle suelta un suspiro largo. Había esperado tanto tiempo para volver a tener a ese arquero junto a él.

—Te amo mucho más, Sung. Sabes que siempre lo hago y nunca lo dejaré de hacer.

—¿No tienes problema con estar aquí? —pregunta el menor a Chenle.

—De hecho, no, acabo de ordenar que nadie tenga acceso aquí. Estamos solos por un buen tiempo —coquetea.

—Necesitas descansar para la búsqueda.

—¡Necesito energía, Jisung!

—Bien.

Jisung aparta el cuerpo del mayor para observar su rostro. Ambos sonríen tontamente y se besan después de tanto tiempo. Beso corto y casto solo para recordar cuánto se extrañaron hasta el punto de olvidarse el tacto de cada uno.

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⏰ Última actualización: Jul 20 ⏰

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Royal Lover - MarkhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora