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Voten y comenten mucho, quiero leer sus opiniones.

Las estoy leyendo!.

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—hija, abróchate el cinturón, estamos por aterrizar —escucho que me dice mamá sentada a mi lado—.

me saco los auriculares guardándolos en la cartera y hago lo que me dice.

Miro por la ventana del avión las luces que nos dan la bienvenida a buenos aires, es de noche, pero los edificios están iluminados y la oscuridad de la madrugada no se distingue.

Mi mamá me pasa sus lentes y una gorra que le pidió a mi hermano, decidimos llegar de madrugada, pero nunca se sabe.

Papá junto a francisco y mis amigas ya están acá en argentina, fueron los primeros en volver, llegaron ayer en la mañana, todo con la intención de despistar a los periodistas.

El piloto nos dice que ya podemos bajar, con mamá agarramos las cosas y esperamos la orden de ángel, Mi escolta. Él tiene que darnos el pase libre, no tenemos que buscar los bolsos, lo que nos facilita un montón.

En el vuelo de ayer mandamos todo, solo tenemos que ir por migraciones directamente.

Me subo a la camioneta y respiro aliviada, por ahora todo bien, lo único que quiero es llegar a mi casa, necesito ducharme y cambiar de aire.

Ya han pasado unas dos semanas y por suerte ya estoy más tranquila, mejor no, pero relajada sí. Digamos que me siento para el orto, pero al menos puedo dormir en las noches.

Todo muy normal por suerte, igual sé que en cuanto ponga un pie en mi casa me voy a destruir al todo.

Mi casa tiene cosas suyas por todos lados, prácticamente vivíamos juntos, hasta la pensábamos remodelar para hacer un estudio de grabación.

—tini, ¿querés ir a casa mejor? Mañana vamos con tu papá y sacamos todo para que vos no tengás que hacerlo. —no, llévame a mi casa, quiero estar hay —le digo mientras voy con el celular prendiendo las luces de afuera—. —flaca, por favor te pido que te cuides. Te amo y acá estoy para escucharte —me dice mamá a lo que le sonrío—.

—gracias ma, yo también te amo, pero no sé qué hacer, no sé cómo reaccionar con todo esto. La estoy llevando lo mejor que puedo —comento con una mueca, — perdón si te duele esta situación, entiendo que no estoy siendo muy comunicativa con vos, pero es que ni yo sé que hacer.

—tinita, yo soy tu mamá y me duele verte así, pero también sé que ya no sos una nena, que tengo que dejarte crecer y que tengo que dejar que te choques una y otra vez contra la pared —apaga la camioneta y se gira agarrando mis manos,— solo quiero que sepas que yo estoy, si me querés llamar a las tres de la mañana para que venga a llorar con vos, no dudés que lo voy a hacer. Te amo mi flaca, sonríeme que no me gusta ver a mi hija triste.

—Te amo mami, sos mi mundo entero —la abrazo desparramando algunas lágrimas en su hombro, sus manos acarician mi espalda dándome apoyo,— gracias por todo, mañana voy a comer a casa, andá a descansar. Y avísame cuando llegués.

Deja un beso en mi frente y espera a que entre para irse.

Un suspiro bastante profundo suelto al poner un pie en la entrada, todo sigue tal cual lo dejamos, es como si no hubiese pasado nada, todo sigue intacto, los papeles arriba de la mesa, la guitarra en el sillón, y la botella con las copas en el mueble.

Me dejo caer en el sofá y retengo las ganas de agarrar esa botella de whiski, no voy a tomar me repito varias veces. No quiero.

Apago el teléfono y me levanto para tomar un vaso con agua, mañana voy a tener que pedir mercadería, no tengo nada de comida. Lo único que tengo es un pedazo de choco torta, y una porción de tiramisú que hizo mamá, dudo si eso todavía se puede comer, yo creo que sí.

flores. de Paul x tiniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora