flores. de Paul x tini

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Voten y comenten mucho, me ayudan un montón.

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¿Alguna vez experimentaron esas ganas de escaparse unos días lejos del mundo?

Esas ganas son las que tengo en este mismo instante, las olas del mar no son suficientes para calmar la tormenta que tengo en el pecho.

Ojalá las luces de Miami me dieran un poco de paz, pero no, la gente a mi alrededor sigue girando, y yo me siento estancada frente a la inmensidad del océano que me devuelve mi reflejo desde las alturas.

No he sido valiente para recorrer de día esta ciudad que tantos recuerdos me trae, ciento que cada calle, cada bar, cada playa, y cada lugar al que voy tiene algo de eso que no fue. La verdad es que no estoy tan lista como me lo intenté creer.

Lo único que quiero es terminar ya con mis compromisos y tomarme un vuelo directo a Ibiza, sin celular, sin nadie que me mire con lastima, sin cámaras atrás mío, y con mis amigas para poder disfrutar de mi vida de soltera.

Ya tengo casi todo listo, por fin nos vamos a tomar unos días con las chicas y francisco en España. Vamos a recordar viejas épocas, van a ser unos 15 días apuro sol y relajo.

No necesito más que eso, obvio que mi guitarra no puede faltar, es necesaria para esas noches de baladas y traguitos en la arena. Pero primero tengo que comprarme una nueva, la mía quedó destruida pos descargo emocional, y aunque tengo otras, no las siento tan mías como esa.

Esa guitarra me acompañó durante muchos años, fue gran parte de mi vida y ni hablar de las tremendas canciones que me ayudó a escribir. Consejo de amor fue escrita con ella a mi lado y los chicos de morat.

Mi celular que se encuentra conectado al parlante, suena interrumpiendo la canción, lo agarro y leo por la pantalla de notificaciones un mensaje de josefina, mi nueva manager.

Jose -mar, llego en un rato.

Jose -voy con comida.

Jose -fíjate donde podemos ver el partido, juegan los cuartos.

Jose -porfaaa.

Sonrío y levanto las cosas del mate para llevarlas a la cocina, hoy llegué de grabar y me senté a tomar unos mates en la terraza de mi casa. Es hermosa, tiene una vista tremenda a la costa, hasta cuenta con salida exclusiva a la playa.

Me fijo donde es que podemos ver el partido y como no entiendo una mierda, le escribo a mi hermano para que me diga. El hijo de puta está en Brasil viéndolo en vivo y directo, se fue con papá y un amigo más.

Me da todas las explicaciones correspondientes y le agradezco, medio que lo consigo porque aunque se escuche en inglés, los jugadores se logran ver.

Sonrío tiernamente cuando la cámara enfoca a Rodrigo con Leandro en el medio de la cancha, parece que están comiendo algo, se hablan y sonríen mientras algo señalan en la tribuna.

Ellos dos juntos me alegran la vida, hemos compartido tantas cosas juntos que su amistad es su mejor habilidad. Camila puede dar fe de ello, desde nuestro primer viaje de cuatro, hasta esas minis juntadas en casa de lea.

Con Rodri las cosas van bien, hablamos casi todo los días, es como que estamos poniéndonos en contexto uno del otro. Me ha contado de sus cosas y yo le conté de las mías, siento que aunque hemos estado muchos años lejos, el tiempo entre nosotros nunca pasó.

No es nada en plan chamullo ni nada de eso, es más bien en plan amigos, y siendo sincera, me encanta. Rodrigo tiene una forma de ser que hace que todos nos sintamos cómodos a su lado, claro que a veces salen charlas de nuestro vínculo, pero es más que nada para reírnos de lo bonito que fue.