Franz le promete a su padre, el señor Kim, vengar el asesinato de su hermano mayor con el único propósito de ganarse su aprobación. Pero sus planes salen mal cuando Jeon Jungkook, el asesino en cuestión, la captura, pues desatan una terrible atracci...
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—¿Te sabes la clave?
—Si, papá la uso muchas veces frente a mí y tengo buena memoria —La pequeña ingresa alrededor de diez dígitos en la caja fuerte, ubicada en el despacho de su padre—. Quiero decir, el señor Kim... —Corrige apenada, con esas hermosas mejillas de color carmesí.
Cuando la caja se abre, encontramos la dichosa Tablet, sobres de dinero y documentos. Franz se las ingenia para desbloquear el dispositivo y sonreímos al unísono cuando lo consigue. Sigo esforzándome para no besarle la boca.
Nos dividimos el trabajo, Franz revisa los papeles y yo el contenido de la Tablet. Me dirijo a los contactos y encuentro un listado infinito de nombres que apenas y reconozco, muchos de ellos son mafiosos y otros apenas un intento fallido.
Entonces localizo dos nombres que sin duda alguna conozco a la perfección; Jae y Zet, los hombres que supuestamente procuran la seguridad de la mansión y de Namjoon, son los mismos traidores que llevan información al enemigo.
—Los tengo, tengo los nombres de esos malditos —No recibo respuesta de Franz así que dejo de mirar la pantalla para mirarla a ella— ¿Qué sucede?
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