Estafa rapida; capacidad no defecto

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Tal vez saltar al mar sería la mejor opción

Fue lo que pensó al mirar por detrás de la cubierta. Con un dolor de cabeza por deshidratación horrible, estar atando redes de pesca desde que despertó y al parecer una fiebre creciente por sobre el

—Estoy cansado, ya no quiero

—Vamos Hinata, no has hecho casi nada— Le reprochó Narita, sentado en el piso del barco moviendo rápidamente sus manos

Hacía un sol horrible, con poco viento y una sensación caliente que estaba perforando todos sus sentidos

—Estos malditos nudos son muy complicados, porque eres tan bueno en esto?

—En mi casa le ayudaba a mi abuela a coser, supongo que mi memoria muscular debió memorizar los procedimientos— Le respondió el castaño sin despegar la vista de la cuerda

Asintió quedando conforme con su respuesta pero algo desesperado por buscar algún otro tema de conversación, mantener al chico distraído para que no se diera cuenta que no estaba trabajando le resultaba más atractivo— Narita, puedo hacerte una pregunta?

—Ya la hiciste

—No, pero, otra

—Claro Hinata dime— el castaño levantó su mirar en dirección a Hinata, sonriendo al sentir la desesperación ajena

—Como llegaste a este barco?

Por alguna razón recordó lo que dijo Yamaguchi "todos aquí llegan por razones interesantes", y en realidad no se había puesto a pensar como era que el resto de tripulantes habían dado a caer en ese barco

—Narita lo pensó un poco, soltando la red por un momento— versión corta, mis padres me dejaron a mi suerte para que yo recolectara mi propio dinero. El capitán me encontró en un puesto de libros y me hizo subir al barco

Al parecer si tenía una historia interesante

—O sea que, él te salvó?

—De algún modo, el capitán no salvó a todos. Hinata— el chico volvió a poner sus manos sobre la red de pesca, esperando que el pelirrojo también lo hiciera

Tierra a la vista! Casi llegamos a Johzenji! Tiempo estimado 10 minutos! Capitán!— como si los dioses lo hubieran escuchado, como si sus súplicas hubieran sido atendidas, Nishinoya gritó desde por encima de la cofa, bajando rápidamente por una cuerda hacía el suelo del barco, por fin podría parar de hacer redes de pesca para desembarcar por un rato

Al menos en Johzenji no había hecho algo realmente malo

—Yu, ya te escuché!— el capitán bajó de donde se encontraba el timón, luciendo cansado, como si hubiera estado haciendo algo de fuerza. Su pecho subía y bajaba ferozmente, su cabello estaba desordenado y su camisa estaba comenzando a pegarse a su cuerpo por el sudor

—Preparen las cuerdas para el desembarque! Plieguen las velas y cambien el curso para atrancar

Suspiró cansado, levantándose del suelo y tendiéndole una mano a Narita para ayudarle a levantarse. Detener el barco siempre sería la tarea más complicada, pero todo era mejor que seguir haciendo redes de pesca

Johzenji era realmente radiante, lleno de ruido y con alegría desbordando por sus calles. Predominaban los girasoles por el pasto y pequeñas casas a lo largo de todo el pueblo, su comercio no era el mejor pero era suficiente para obtener lo necesario. Se tranquilizó al llegar a tierra y ver que estaba diferente a cuando él lo había visitado antes

—Aquí si puedes entrar?— Tanaka se acercó a él mientras observaba el pueblo casi rozando la orilla del barco

—digamos que directamente no hice nada aquí— se cruzó de brazos ladeando su cabeza y mordiendo el interior de su mejilla

EL ECO DE TU BARCO EN MI CORAZÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora