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Riley Andersen es una chica la cual se puede considerar como alguien extrovertida cuando está con quienes la rodean, cosa que es totalmente contrario con gente desconocida, siendo introvertida y tímida con la demás gente.

Esto último había sido potenciado, la situación la ponía nerviosa, por fin había entrado al equipo que siempre quiso entrar, las Fire Hawks, si bien siempre quiso entrar a ese equipo jamás imagino como debería actuar frente a sus demás compañeras de equipo.

Su mirada azul observaba de manera ansiosa todo su alrededor, miraba a todas las chicas en los vestuarios hablando de situaciones cotidianas a la par que reían.

No podía negar que era algo incómodo ver a todos hablar como si fuese amigas desde siempre mientras ella estaba apartada en una parte de los vestidores.

Eso estuvo así durante varios minutos que Riley sintió como una eternidad, la puerta de los vestidores fue abierta de manera repentina entrando de esta la capitana del equipo, Val.

El ambiente divertido de las demás chicas fue intercambiado a uno curioso al verla, pelinegra con ese distinguido mechón rojo que caracterizaba a las demás Fire Hawks.

Riley observo a la contraria, esa chica tenía su interés desde antes, podría decir que sabía todos los récords y estadísticas de Val, había llegado a un punto obsesivo, obsesivo pero aún cayendo en lo "sano".

La de ojos cafés noto las miradas contrarias, incluyendo las de la rubia. Alzo la ceja al notar la existencia de la ojiazul, decide acercarse hacia ella aún con las miradas de las demás encima suyo.

- Hola, ¿Tu eres nueva verdad?, nunca te he visto por aquí. - Hablo con un tono amable intentado hacer sentir cómoda a la chica que para ella era aún una desconocida.

La pelinegra se sienta al lado de Riley esperando atenta a su respuesta. - Si... Soy nueva, soy Riley. - Respondió entre tartamudeos y nerviosismo. Sus dedos se movían de un lado a otro, frotando y cruzando los dedos en un gesto nervioso.

Val sonrió satisfecha con la respuesta. - Ya veo, Riley. -

No había usado ningún tono coqueto o algo por el estilo, así que no entendía el por qué de su reacción, el sonrojo apareció en sus mejillas al escuchar su nombre proveniente de los labios de la morena.

Val miraba la escena sin entender tampoco el sonrojo de la chica proveniente de Minnesota. - ¿Uh?, ¿pasa algo?, te noto algo tensa Riley. - Sin darse cuenta volvió a cometer el porque del sonrojo de la contraria.

Los latidos en su corazón iban más rápido de lo normal, no tenía sentido lo mal que la estaba poniendo está chica. - ¡Perdón!, ¡no quería hacer eso! - Desvio su mirada avergonzada hacia otro lugar, encontrándose con las chicas que antes había visto, estás la miraban confundidas, algunas aguantando la risa o apenadas por la situación.

Parecía entender por fin la razón del sonrojo de Riley, no podía negar que se veía linda de esa manera, tan vulnerable.

- Puede ser que... ¿Te pones así por decir tu nombre?, ¿Riley? - Eso último lo hizo a propósito, quería ver hasta donde podía llegar.

Era malicioso lo que hacía, lo sabía, pero le gustaba tener así a la chica nueva, tan sumisa ante ella.

- N-no es eso. - Respondió nerviosa regresando rápido su mirada hacia la mirada café, no podía dar peor impresión a su vista.

Negaba con la cabeza que la razón de sus mejillas rojas fuera esa, aunque realmente si lo fuera, ¿Que pensarían sus compañeras de ella si vieran lo débil que es?, al menos con Val.

La morena río al escuchar la respuesta de la rubia, algo de ternura le causo. - Umm, ya veo, ¡Perdón por pensar eso! - Se disculpo desprendiendo un aura alegre, rascándose la nuca "apenada".

- Nono, está bien, no es necesario que te disculpes. - Movió los brazos repetidas veces en negación hacia la disculpa de Val.

Val se acercó poco a poco sin que Riley se diese cuenta, la cual seguía negando. Al estar lo suficientemente cerca, la pelinegra tomo del mentón a la rubia para después pronunciar unas palabras.

- Está bien, yo quise hacerlo, ¿Si? - La respiración de Riley se aceleró como nunca antes lo había hecho, cosa notada por Val. - ¡Perdón de nuevo! - Dijo entre pequeñas risas, dejando de tomar el mentón de la ojiazul.

Sus mejillas estaban ardiendo mucho mas que antes al igual que su respiración se había descontrolado como nunca antes en toda su existencia, solo pudo mirar cabizbajo directo hacia sus piernas y manos que jugueteaban mucho mas ansiosas que antes.

Antes que pasara nada, la puerta de los vestuarios volvió a ser abierta, está vez por la entrenadora. - ¡Val!, ¡¿ No te dije que les avisarás del entrenamiento?! - Hablo con el ceño fruncido, mirando con desaprobación a Val.

- Lo siento, entrenadora, me distraje mucho con la nueva. - Respondió fingiendo tener vergüenza.

- Que no vuelva a pasar. - Hablo aún con evidente enfado en sus palabras.

Lo único que salió de Val después de eso fue un "si", después de eso todos salieron de los vestidores, incluyendo a Val y Riley.

Lo único que salió de Val después de eso fue un "si", después de eso todos salieron de los vestidores, incluyendo a Val y Riley

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(Ponía separadores y todo, re tryhard)

El entrenamiento transcurrió de manera habitual, pero la mente de Riley no podía dejar de vagar hacia lo que había sucedido en el vestuario. Val no solo había notado su presencia, sino que había mostrado un interés que la descolocaba. Los ejercicios y las instrucciones de la entrenadora pasaban desapercibidos mientras sus pensamientos giraban en torno a la capitana.

Después de una intensa sesión, el equipo regresó a los vestidores. Riley intentaba mantener la calma, pero sus nervios estaban a flor de piel. Se dirigió a su casillero, intentando pasar desapercibida, pero sintiendo las miradas curiosas de sus compañeras.

De pronto, sintió una presencia a su lado. Val estaba ahí, con una sonrisa que parecía inofensiva pero que ella sabía escondía algo más. -¿Cómo te sientes después del primer entrenamiento, Riley? - preguntó, con un tono casual que no engañaba a la rubia.

- Bien, fue... fue genial. - respondió Riley, tratando de sonar segura, pero sus dedos nerviosos jugaban con la toalla que tenía en las manos.

¿Por que Val tiene que fijarse tanto en ella?, no es que le disgustara, definitivamente le gustaba tener la atención de la pelinegra, pero ¿Que había hecho para que se fijase en ella?, se sentía como si fuese la protagonista.

- Ya veo, aunque te note un poco distraída, no estarás mucho tiempo si sigues así. - Hablo tajante sin usar un tono agresivo, sonando más pasivo/agresivo.

Riley agachó la cabeza avergonzada, Val se habia notado ese comportamiento en ella. - Si... No volvera a suceder. - Afirmó con timidez aún si poder dirigirle la mirada a la mayor.

Una risa junto a un "Eres interesante." Salieron de los labios de Val, levantándose del banquillo en el cual estaba, retirándose de los vestidores.

- Nos vemos, Riley. - Dijo divertida antes de por fin cerrar la puerta, dejando a Riley en los vestidores.

-

Cringe 😅

ECOS DE OBSESION | Riley x ValDonde viven las historias. Descúbrelo ahora