Los días pasaron y la relación entre Riley y Val se consolidó aún más, pero la forma en que Val manejaba la situación empezó a cambiar sutilmente. Val, ahora segura de su dominio sobre Riley, comenzó a tomar distancia para fortalecer la dependencia de Riley, asegurándose de que su novia no tuviera más opción que aferrarse a ella.
Un lunes por la tarde, Riley se encontraba en la cafetería de la escuela, esperando a Val para almorzar. La rutina diaria había comenzado a sentirse monótona, pero Riley estaba dispuesta a seguir con ella, pensando en cómo Val solía llamarla y la forma en que la hacía sentir especial. Sin embargo, algo estaba cambiando en la forma en que Val la trataba.
Val no se presentó para almorzar, lo que sorprendió a Riley, quien no podía evitar mirar su teléfono con preocupación. Cuando Val finalmente le respondió, lo hizo con un breve mensaje: “Estoy ocupada. Hablamos más tarde”. La falta de una explicación detallada hizo que Riley se sintiera incómoda, pero su dependencia emocional la llevó a no cuestionar demasiado.
Durante el resto del día, Riley se encontró con sus amigos en el pasillo. Jenny y Mike, preocupados por la creciente distancia entre ellos, intentaron una vez más acercarse a ella.
— Riley, ¿todo bien? —preguntó Jenny—. No hemos tenido noticias tuyas en un tiempo.
Riley sonrió, aunque la sonrisa no llegaba a sus ojos. — Val últimamente ha estado ocupada, pero está bien.
— No te preguntamos por Val, te preguntamos por ti, Riley. —dijo Mike—. Estamos preocupados por ti.
Riley trató de evitar la mirada de sus amigos, sintiendo el peso de sus palabras. — Estoy bien, en serio. Solo quiero ser una buena novia y estar siempre ahí para Val.
Jenny frunció el ceño, claramente insatisfecha con la respuesta. — Riley, no queremos que te alejes de nosotros. No es saludable perderse en una sola relación.
Riley sintió una oleada de culpa, pero su lealtad hacia Val era más fuerte. — No estoy perdiendo nada. Solo... estoy enfocada en lo que importa.
Esa noche, Val llegó tarde a casa, con una actitud distante. Riley la recibió con una sonrisa forzada y un abrazo, buscando el calor de su novia. Val, sin embargo, se limitó a responder con un gesto frío y breve.
— ¿Cómo estuvo tu día? —preguntó Riley, tratando de mantener una conversación.
Val suspiró y se dejó caer en el sofá. — Estuvo largo. Pero lo importante es que estoy aquí ahora.
Riley se acomodó a su lado, tratando de acercarse. — Estaba preocupada. No me dijiste qué estabas haciendo.
Val la miró con una expresión que Riley no podía descifrar del todo. — Tranquila, no es de tu incumbencia.
El comentario hizo que Riley se sintiera herida y confundida. — Soy tu novia Val... Claro que es de mi incumbencia.
Val la miró fijamente, con una mezcla de desdén y cariño calculado. — Lo se. Pero recuerda que también soy una persona independiente.
Riley asintió, sintiendo que el peso de las palabras de Val caía sobre ella. Aunque Val hablaba de independencia, Riley sentía que estaba perdiendo el control sobre su propia vida.
Val, por su parte, estaba satisfecha con la dirección en la que iban las cosas. Su estrategia de distanciarse había funcionado perfectamente; ahora, Riley estaba completamente inmersa en la relación, sintiendo una dependencia que Val estaba encantada de alimentar. Para Val, cada gesto distante, cada comentario calculado, era una forma de asegurar que Riley no tuviera más opción que buscar su aprobación y afecto constantemente.
La noche continuó en la casa de Val con una atmósfera cargada de tensión. Val observó a Riley, satisfecha con su habilidad para mantener el control. Riley, sentada a su lado, se esforzaba por parecer alegre, aunque el vacío en su corazón se hacía cada vez más grande.
Val se inclinó y, con una sonrisa calculada, susurró al oído de Riley: — Solo recuerda, cielo, todo lo que necesitas está aquí conmigo. No hay nada fuera de esto que valga la pena.
Riley se acurrucó más cerca, buscando el consuelo en las palabras de Val. A pesar de la confusión y la tristeza que sentía, su amor por Val y la necesidad de ser aceptada la mantenían atada a ella.
Mientras las luces de la ciudad parpadeaban a través de la ventana, Val miraba a Riley con satisfacción. La estrategia de distanciamiento estaba funcionando a la perfección, y pronto, Riley estaría completamente aislada, con solo a Val para aferrarse.
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Aprovechando les spameo mi nuevo fanfic 🙏
Si les gusta "ECOS DE OBSESIÓN"estoy seguro que también les gustará "detrás de las camaras" , ¡Denle una oportunidad!
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ECOS DE OBSESION | Riley x Val
FanfictionVal Ortiz, capitana de los Fire Hawks, es conocida por su disciplina en el hielo, pero su verdadera pasión es dominar a quien la admira. Riley, una entusiasta de 16 años, idolatra a Val y está dispuesta a todo por ganarse su atención. A medida que V...