Quédate conmigo

Capítulo 3 🐲

Baena estaba fuera admirando las vistas del mar que eran preciosas y en ocasiones se veía como algún animal marino emergía a coger aire maravillando a la princesa, en su mano tenía el cuervo que había recibido su madre por parte del rey como respuesta al suyo de aquella mañana, una parte de ella no quería abrirlo por miedo a la respuesta pero a la vez estaba esperando que accediera así que decidió saciar esa duda desdoblando el trozo de papel.

"Rhaenyra lamento mucho esta situación Baena es mi nieta y por supuesto que no deseo ningún mal para ella quisiera saber la razón de su intento de huida y por qué decidió quedarse finalmente, me he encontrado con dos posturas que no sabía cual tomar, por un lado pensé en mantener el enlace porque es normal los nervios antes de un matrimonio, a mi me pasó con tu madre cuando nos comprometimos y por otro lado conversé con Aemond sobre ello para saber si quería anularlo también o continuar con todo esto, para mi sorpresa ha decidido seguir por lo que mañana viajará hasta Rocadragón para hablar con Baena e intentar convencerla para que no se marche lejos de su familia, espero que esto pueda solucionarse pronto hija mía estoy deseando veros a todos y que mejor que en un futuro matrimonio de nuestra querida niña que ha crecido muy rápido como tú en su momento y.... "

Baena dejó de leer para doblar el papel entre sus manos ya que estaba tan frustrada por ver que todo seguía igual y que aún encima Aemond iría a verla cuando había tenido la opción de pararlo sin embargo quería seguir, se preguntaba cual era la razón de ello pero intentaría averiguarlo en algún momento. Rhaenyra se acercó a su hija al ver que había terminado de leer la nota del rey por su reacción debía sentirse igual de angustiada que aquella mañana, seguía con la preocupación de la desesperación de ella que podía empeorar con la futura llegada de Aemond, se sentó junto a Baena y también dirigió su mirada al mar hasta que su hija decidió hablar.

-No entiendo la razón.

-Yo tampoco pero mañana podrías preguntarle.

-Lo haré aunque conociéndole no me lo dirá.

-Habíamos estado a punto de conseguirlo.

-Conozco a Aemond es alguien frío pero muy inteligente, algo debe beneficiarle para querer casarse conmigo aunque me odie.

-No creo que realmente te odie sino que Alicent ha llenado su cabeza de ideas sobre nosotros desde que era muy pequeño.

-Y el incidente con Luke no mejoró la situación. - Suspiró. - Me quiere a su lado cuando debe ser todo lo contrario.

-Con esto no me quedo más tranquila sino todo lo contrario.

-No te preocupes no voy a marcharme, estoy segura de que si me fuera alguien acabaría viniendo a por mí y no puedo abandonar a mi familia. Puedes irte tranquila, Jace quiere que vaya a verle para darme otro sermón.

-Espero que no sea muy duro, es tu hermano mayor y solo desea protegerte.

-Pero ya no soy una niña aunque a veces se le olvida.

-Todos los hermanos hacen eso. - Río. - Jace puede ser un poco exigente pero intenta hacer lo mejor.

-Debería ir. - Suspiró.

-Suerte. - Rio.

Baena entró y fue hacia el dormitorio de su hermano que estaba bastante molesto por lo que había hecho pues aunque no lo había llevado a cabo hasta el final se lo había planteado y había estado a punto, si es cierto que él tampoco estaba a favor de esa unión tampoco veía como solución marcharse lejos sola siendo tan joven y con tantos peligros por ahí, Jacaerys era bastante protector con su hermana pues era la única niña y desde su nacimiento sintió el deber de protegerla, aunque se había sentido muy impotente con la decisión de su abuelo ya que Aemond era un enemigo además de que desde siempre la había insultado pero que ahora podía hacerle la vida imposible al convertirse en su mujer y eso no le dejaba tranquilo. Unos toques en la puerta le hicieron saber que la princesa había llegado así que abrió y ka dejó pasar al interior para que se acomodase, tuvieron una larga conversación en la que la joven se sinceró sobre todo lo que pasaba o sentía para que él pudiera comprenderla mejor y ahora que había desnudado su alma se sentía mejor.