Capítulo 4 🐲

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Alicent y su padre estaban reunidos esperando noticias por parte de Aemond para saber que necesitaban planear si la hija de Rhaenyra comenzaba a vivir con ellos, además de la idea de huida de la joven que aunque les sorprendió hubieran deseado que no se hubiese echado atrás, la familia Hightower sentía vergüenza de aquella unión que por un lado tenía a un Targaryen que ellos consideraban puro que además tenía el dragón más grande del mundo, que era un gran espadachín y además era el hermano del futuro rey mientras que por el otro lado tenían a una hija de Rhaenyra que no era de su simpatía y aún por encima era una bastarda.

-Algo debemos hacer. -Dijo Alicent.

-Debemos esperar y ser precavidos. -Contestó Ser Otto Hightower.

-Mi hijo va a casarse con esa bastarda.

-Tranquila eso será por poco tiempo.

-¿A qué te refieres?

-Aemond no quiere nada con ella por lo que debemos tenerla aquí hasta que Aegon tenga su herencia, si nos molesta podemos hacer que deje de molestar.

-¿Matarla?

-Sería una opción.

-No, no, no. - Negó con la cabeza

-Hay que hacer sacrificios por nuestra familia.

-No somos asesinos.

-¿Cómo crees que llegaste a ser la reina hija mía?

-¿Qué hiciste?

-Conseguir que solamente tú le dieras hijos varones al rey.

-Rhaenyra y Daemon vendrían a por nosotros.

-No tengo ningún miedo y tampoco podrían demostrarlo.

-No creo que les haga falta.

-Déjame eso a mi, tú ocúpate de Aegon.

Aemond abrió la puerta de la habitación del rey que seguía preocupado al igual que pensativo mientras paseaba por la estancia dando vueltas por ella, el joven se aclaró la garganta para que su padre supiera que estaba allí de nuevo con noticias sobre ello que calmarían sus pensamientos, Viserys levanto la mirada para después acercarse a su hijo con la esperanza de que hubiera funcionado y no con la noticia de que se había marchado para siempre lo que le hubiera hecho sentirse culpable pero no podía leer el rostro de su hijo que siempre estaba serio.

-¿Qué ha pasado?

-Habrá boda.

-¿Qué le has dicho para que cambie de opinión?

-Aclaré sus dudas y preocupaciones nada más. - Mintió.

-¿Entonces vendrá?

-Si, de hecho esta muy arrepentida.

-¿Qué ha dicho?

-Que lamentaba haberos preocupado y enviará un cuervo pronto.

-Solo ha sido un susto. - Sonrió. - Es normal que esté tan nerviosa, los matrimonios son para toda la vida.

La Fortaleza Roja se llenó de color, miembros de otras casas importantes y grandes cantidades de comida para la llegada de la heredera con sus hijos se hicieron presentes allí, donde todos estaban muy nerviosos corriendo de un lado a otro asegurándose de que todo estuviera en orden para la inminente llegada, Helaena fue a buscar a su hermano para bajar mientras Aegon se quedaba durmiendo y no bajaría, al hacerlo ya se encontraba el rey con su esposa y su mano. El príncipe se encontraba nervioso y aún más cuando vio la llegada de los carruajes donde se encontraban ellos, en ese momento se preguntaba que debía hacer cuando se acercase a ella, tragó saliva y la vio bajar con ayuda de Jacaerys por el largo del vestido que no dejaba ver sus pies lo que la dificultaba a bajar por las pequeñas escaleras, después se encaminó a saludar a Helaena con una gran sonrisa y luego su mirada castaña se posó en él así que le lanzó una sonrisa que lo dejó maravillado, la veía tan hermosa que de los nervios dio un asentimiento de cabeza a modo de saludo y esta sonrió antes de asentir con la cabeza, seguido de esto Baena se dirigió a saludar al rey con entusiasmo que veía lo mucho que había crecido y ahora era una mujer, lamentando haberse perdido esos años de su infancia pero al menos ya la volvía a tener allí junto a él. Pasaron dentro para dirigirse al jardín donde habían organizado un pequeño banquete para todos como bienvenida, Rhaenyra, Daemon y el rey se fueron por un lado, Jace y Luke por otro, Baela y Rhaena con su abuela Rhaenys que había llegado el día anterior, mientras que Baena observaba todo a su alrededor incómoda por el gran número de personas que se encontraban allí, como solo había estado en Rocadragón en los últimos años no conocía a nadie y no encontraba a Helaena que había ido a buscar a sus hijos, Aemond observaba el comportamiento de su sobrina así que al verla sola se acercó a ella para acompañarla hasta que llegase su hermana.

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