-¿Qué haces aquí? - gritó Nicholas, encontrando a Charlie escondido detrás del árbol.
Charlie no respondió, sólo temblaba de miedo, con los ojos bien abiertos.
- ¿Me estás escuchando? - continuó Nicholas, su voz llena de enojo- No deberías espiar a los demás, mucho menos escuchar conversaciones ajenas.
Charlie permaneció en silencio, sin atreverse a moverse, apenas respirando.
-¿No dirás nada? -preguntó Nicholas, su tono más calmado pero aún firme.
Charlie negó con la cabeza lentamente, sus ojos todavía fijos en el suelo.
-Espero que no hayas escuchado nada- dijo Nicholas, mirándolo con intensidad.
Charlie levantó la mirada y lo miró a los ojos, sus labios temblando.
-Perdón por lo de hace rato, no debí expresarme así de ti -murmuró Charlie, su voz apenas un susurro.
Nicholas no dijo nada, su semblante frío, pero su mirada... su mirada ahora reflejaba tristeza, una tristeza que Charlie no podía descifrar.
-Perdón -repitió Charlie, relajando su cuerpo y alejándose lo más rápido que pudo, su corazón latiendo con fuerza, dejando a Nicholas solo, sumido en sus pensamientos y emociones contradictorias.
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