✦ -Pov Charlie- ✦
—Ben, guarda silencio —susurré, tratando de mantener la calma—. Podrías despertar a todos y se armaría un lío.
Ben solo se acercó más, su rostro lleno de desesperación.
—¡Eres un idiota, Ben! —escuché a Nick murmurar entre dientes—. No tienes derecho a seguir molestándolo así.
Me safé de Ben con un movimiento brusco, mi corazón latía desbocado.
Tomé aire profundamente antes de hablar de nuevo.
—No quiero volver a verte en mi vida, ¿entiendes? —mi voz temblaba de rabia y miedo—. Ya no quiero saber nada de ti.
Ben, al ver mi determinación, se arrodilló ante mí, lágrimas comenzando a correr por sus mejillas.
—Charlie, por favor. Voy a cambiar, solo dame una oportunidad más. Te lo prometo, haré todo lo que sea necesario.
Retrocedí lentamente, temblando. Mi cuerpo entero estaba paralizado por el miedo y el dolor de los recuerdos pasados.
—Ni loco volvería con alguien como tú, Ben. Ni lo sueñes —dije con firmeza, aunque mi voz aún mostraba mi vulnerabilidad—. Te voy a dejar dormir en la habitación porque sería raro que no estuvieras, pero en cuanto regresemos, te largas de mi vida. No quiero volver a verte nunca más.
Seguí retrocediendo hasta que sentí la presencia de Nick detrás de mí. Él me tomó de la cintura con un gesto protector.
—Ya lo escuchaste, Ben —dijo Nick con una calma peligrosa—. No vuelvas a acercarte a él. Ya no está solo, ahora estoy yo. Y mientras yo esté aquí, nadie va a lastimarlo.
Las lágrimas de Ben se intensificaron, pero no podía permitirme sentir compasión.
Nick y yo nos giramos y regresamos a la habitación, dejando a Ben llorando en el pasillo.
Una vez dentro, Nick me abrazó con fuerza, sus manos cálidas me brindaron el consuelo que necesitaba desesperadamente.
—Estoy aquí, Charlie. No voy a dejar que nadie te haga daño —susurró en mi oído.
Me aferré a él, dejando que las lágrimas cayeran libremente.
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Estábamos en la habitación, la tensión aún palpable en el aire después del enfrentamiento con Ben.
Me sentía agotado y vulnerable, pero la presencia de Nick a mi lado era reconfortante. Me acurruqué más cerca de él, intentando encontrar algo de paz.
—¿Escuchaste todo? —le pregunté en voz baja, temiendo su respuesta.
Nick asintió con seriedad, su mirada llena de comprensión y ternura.
—Perdón por lo que escuchaste
—dije, comenzando a sollozar de nuevo—. No era mi intención...
—No tienes la culpa, Charlie —me interrumpió suavemente—. La culpa es del idiota de Ben. Pero ahora ya no estás solo. Me tienes a mí y a tus amigos. Ya eres libre.
Las palabras de Nick eran como un bálsamo para mis heridas. Sentí una necesidad abrumadora de ser completamente honesto con él.
