✦ -Pov Nick- ✦
Aún miraba a Charlie con una mirada angustiante. Quería explicarle pero con Britney era imposible.
Charlie negó con la cabeza y se acercó a mí, susurrándome.
—Relájate, es una broma.
Pero hoy duermes en el piso —dijo, fingiendo estar molesto conmigo.
—¡No, Charlie, es un malentendido! —le rogué—. Lo que viste no es lo que piensas.
Charlie frunció el ceño y alzó la voz.
—¿Cómo esperas que crea eso, Nick? ¡Te encontré en la cama con ella!
—gritó, claramente enfadado.
Me sentí desesperado, incapaz de calmarlo.
—¡Te lo juro, no pasó nada! Britney está borracha y se lanzó sobre mí. No sabía qué hacer —intenté explicar, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza.
Charlie suspiró, su expresión suavizándose ligeramente.
—Confío en ti, Nick. Solo que en Britney, no —dijo, con un tono serio, aunque todavía había un rastro de desconfianza en sus ojos.
Seguimos "discutiendo" sobre por qué había dejado entrar a Britney, hasta que ella, en su estado borracho, habló.
—Ben, mi amor, regresa, te extraño —murmuró Britney.
Charlie y yo nos quedamos tiesos.
—¿Britney, qué es Ben para ti?
—pregunté, tratando de entender.
—Es mi novio —respondió, sollozando—. Pero él ama a un hombre. Yo solo quería sentirme amada.
Aunque comprendimos su dolor, no sentíamos lástima por ella. Sabíamos que en nuestro caso, no nos meteríamos con la pareja de otro.
Charlie, incómodo, la ayudó a vestirse y le ofreció un poco de agua. Britney lo miró y, con una sonrisa borracha, dijo:
—Eres muy guapo, muy guapo.
De repente, se lanzó hacia Charlie. Fui a separarlos rápidamente.
—No, Britney, consigue el tuyo. Este es mío —dije, serio.
Charlie rió, pero aún mantenía una expresión seria por lo que había pasado.
Finalmente, las amigas de Britney vinieron y se la llevaron. Ahora, quedé a solas con Charlie. Podía ver en su mirada que se sentía un poco mal.
—Lo siento mucho, Charlie —me disculpé sinceramente.
Charlie me miró, sus ojos llenos de una mezcla de emociones.
—Sé que no eres capaz de hacer algo con ella. Eres un idiota, pero no tanto —dijo, riendo, aunque había un toque de tristeza en su voz.
Reí con su comentario y me acerqué para besarlo, pero me detuvo con un dedo en medio.
—Ahora no, mi Nick. Hoy duermes en el piso —dijo, con una sonrisa traviesa, aunque sus ojos seguían reflejando la tensión del momento.
Me hice el ofendido y Charlie se rió. Pasamos horas riéndonos y contándonos cosas que habíamos hecho durante el día hasta que quedamos agotados.
A pesar de todo, me sentía afortunado de tener a Charlie a mi lado.
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