You are my only victory -Yo soy plex

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Claramente, Plex seguía con sus entrenamientos, solo que dividía su cabeza para poder pasar tiempo con Sara. Ella no tenía mucha idea de lo que pasaba y tampoco sabía por qué Plex era más cariñoso de lo normal.

2 de junio de 2024

Daniel's POV

Bueno, hoy tocaba otro regalo sorpresa, solo que no sabía qué le podría regalar.

—Plex, ¿por qué tan pensativo? —preguntó Borja.

—No sé qué regalarle a Sara hoy —miré a Borja—. Aparte, no sé si me da tiempo de llevarla a cenar o algo así —suspiré—. Salgo de entrenar a las 11 de la noche.

—Dile a Javi que te deje salir antes, que tienes un compromiso —él me miró—. Puedes ir al Sephora que está cerca de casa.

—Es verdad, ella hace unos días me dijo que quería comprar unas cosas allí —dije emocionado—. ¡Y ME LAS ACUERDO!

Borja me dio una palmadita en la espalda para que pudiera continuar con el entrenamiento. Mi mente estaba más tranquila, así que simplemente me dediqué a entrenar. Eran aproximadamente las 09:30 cuando se acercó mi entrenador.

—Tengo un compromiso, no me puedo quedar —lo miré con una sonrisa.

—Bueno, mi niño, quiero que mañana estés aquí temprano, ¿eh? —él me miró.

Yo solo me limité a asentir, ya que sabía que al día siguiente iba a llegar igual de temprano como siempre. Este combate, este evento, literalmente iba a definir mi vida y me iba a demostrar a mí mismo que mi único talento es la obsesión.

Fui a casa, me duché, me cambié y me puse ropa cómoda. Luego bajé al salón a ver si estaba Sara. Al no verla, supuse que estaba en su habitación, así que me dirigí hacia ella y toqué la puerta antes de entrar.

—Pero Daniel, ¿tú no deberías estar entrenando? —me preguntó ella.

—Hoy salí más temprano. Es que tengo que llevarte a un sitio muy importante —la miré y sonreí—. Al parecer, ya estás arreglada y ¿vas a salir?

—No, en realidad no —ella me miró y se dio la vuelta para ponerse los zapatos—. ¿Por qué eres tan misterioso con las sorpresas?

Yo solo me reí y dije que sí con la cabeza.

—¿Sabes lo que es Sephora? —cuando esas palabras salieron de mi boca, se acercó a mí casi corriendo.

—¿Estás de coña, no? —me dijo ella prácticamente gritando de la emoción—. ¡¿ESTÁS DE COÑA?!

—No, tarada, no lo estoy —le dije antes de que ella se lanzara a mis brazos—. Vamos entonces.

Al salir de casa, Sara se veía especialmente ilusionada; estaba saltando de felicidad. Ya en el coche, me miró.

—Justo esta mañana le iba a pedir a Archie que me llevara —dijo ella mientras se ponía el cinturón—. Es que me quedé sin maquillaje.

—Bueno, el regalo consiste en que te puedes comprar lo que quieras —le dije—. Soy tu MrBeast —ella rió leve y me miró.

—Mi MrBeast favorito —dijo ella mientras sacaba el móvil—. Voy a grabar, ¿vale?

Yo solo asentí, y ella empezó a grabar un vlog para TikTok sobre lo que compraba y todas esas cosas que no entendía, pero cada que cogía algo o me preguntaba si podía comprar algo, su cara de ilusión era muy bonita, realmente muy bonita.

—¡PLEX, CÓMPRAME ESTO! —señaló algo que era color piel y ponía "base".

—Sara, es tu mes, cómprate lo que quieras —le dije mientras sonreía.

Ella sonrió y cogió un par de cosas. Yo aproveché y me compré mi protector solar y una crema para la cara que me recomendaron.

—Ya está, ya compré todo —tenía aproximadamente dos canastas medianas llenas. Yo solamente llevaba cuatro cosas.

—Yo también —reí leve.

Ambos nos dirigimos a la caja para pagar y, al tomar una foto, me dijo que lo iba a subir a las historias.

Sara's POV

Salimos de Sephora con nuestras bolsas llenas, y no podía dejar de sonreír. Daniel se había comportado de una manera tan dulce y atenta, algo que realmente me sorprendió. Normalmente, estaba tan enfocado en sus entrenamientos que estos momentos eran raros, pero por eso los apreciaba aún más.

—¿Qué te parece si vamos a cenar? —me preguntó mientras guardaba las bolsas en el maletero.

—Me encantaría —respondí, dándole un beso en la mejilla—. Gracias por todo esto, de verdad.

—No tienes que agradecerme. Me gusta verte feliz —dijo con una sonrisa.

Nos subimos al coche y Daniel condujo hasta un pequeño restaurante italiano que sabíamos que me encantaba. Una vez allí, nos acomodamos en una mesa junto a la ventana. Pedimos nuestras comidas y seguimos conversando. Él me contó sobre sus entrenamientos y lo mucho que este próximo combate significaba para él. Yo le escuchaba atentamente, admirando su dedicación y pasión.

—¿Y tú? —me preguntó de repente—. ¿Cómo van las cosas con tu trabajo y tus proyectos?

—Van bien —respondí—. He estado ocupada, pero me gusta. Además, he estado pensando en empezar un canal de YouTube para complementar mis TikToks. ¿Qué piensas?

—Creo que es una gran idea. Tienes mucho talento para eso y podrías llegar a mucha más gente.

—Gracias, eso significa mucho para mí —le dije, sintiendo un calor agradable en mi pecho.

Terminamos de cenar y Daniel insistió en pagar, como siempre. Después, caminamos un poco por la zona, disfrutando de la noche. El aire fresco y la compañía de Daniel hacían que todo pareciera perfecto.

—¿Recuerdas la primera vez que vinimos aquí? —le pregunté mientras nos deteníamos frente a una pequeña fuente.

—Claro que sí —respondió él, rodeándome con su brazo—. Estabas tan emocionada por probar la pasta que hablaste de ello durante todo el día.

—Y al final me la terminé toda, ¿verdad? —dije riendo.

—Sí, y yo no podía dejar de mirarte. Estabas tan feliz, tan radiante.

Nos quedamos en silencio por un momento, disfrutando de la compañía del otro. Me sentía más cerca de Daniel que nunca, y me di cuenta de cuánto significaba para mí.

—Te amo, Daniel —le dije, sintiendo que era el momento adecuado para expresar lo que sentía.

Él me miró a los ojos, y pude ver el amor reflejado en su mirada.

—Yo también te amo, Sara —respondió, antes de inclinarse para besarme suavemente.

Ese beso, bajo las estrellas, con el sonido del agua de la fuente de fondo, fue el cierre perfecto para una noche mágica. Mientras caminábamos de regreso al coche, supe que, sin importar lo que pasara en el futuro, siempre recordaríamos este día como uno de los mejores momentos juntos.