Home

232 11 0
                                    

Daniel's POV

El sol brillaba intensamente mientras el coche se deslizaba por la carretera hacia Madrid. El viaje de vuelta se sentía como un nuevo comienzo. Sara estaba sentada a mi lado, y aunque todavía había cierta tensión en el aire, el hecho de que estuviéramos juntos de nuevo era suficiente para que sintiera un poco de paz.

—No sabes lo raro que se me ha hecho estar sin ti estos días —le dije, rompiendo el silencio que había reinado durante los primeros minutos del viaje.

Sara me miró, esbozando una sonrisa melancólica.

—Para mí también ha sido raro. Estar en casa de mis padres me hizo sentir como si hubiera retrocedido en el tiempo. Pero, a la vez, me ayudó a darme cuenta de lo mucho que te echaba de menos.

—Yo no podía dejar de pensar en ti, Sara —le respondí—. Todo en la EpicHouse me recordaba a ti, cada rincón, cada cosa que hacíamos juntos. Es como si, sin ti, la casa estuviera vacía, aunque estuviera llena de gente.

Sara asintió, mirando por la ventana mientras el paisaje pasaba rápido. Pude notar que estaba pensando en lo que había dicho, procesándolo.

—No podemos dejar que esto nos vuelva a pasar —dijo finalmente, con una determinación que me sorprendió—. Esta discusión, todo lo que ha pasado... tenemos que dejarlo atrás. Pero también tenemos que aprender de ello, para que no vuelva a suceder.

—Tienes razón —respondí, con la misma convicción—. No quiero que esto quede como una sombra sobre nosotros. Lo olvidaremos, pero recordaremos lo que nos enseñó. Lo importante es que estamos aquí, juntos, y eso es lo único que importa.

—Sí, Dani, juntos —dijo Sara, y esta vez su sonrisa fue más amplia, más real.

Hubo un silencio cómodo por unos momentos, mientras el coche avanzaba por la autopista. Luego, un pensamiento me vino a la cabeza.

—Oye, Sara, tenemos que hablar sobre cómo le vamos a contar esto a los fans. No podemos simplemente volver como si nada hubiera pasado, ellos se dieron cuenta de que algo estaba mal.

Sara suspiró, como si hubiera estado esperando que mencionara el tema.

—Lo sé. No va a ser fácil, pero creo que debemos ser honestos con ellos. No todos los detalles, claro, pero al menos explicarles que necesitábamos tiempo para nosotros, que estábamos pasando por un mal momento.

—Sí, algo sencillo, pero sincero. —Le respondí, pensando en cómo abordaríamos el tema—. La gente que nos sigue, sé que se preocupa de verdad por nosotros. Creo que entenderán que somos humanos, que también cometemos errores.

—Exactamente —asintió ella—. Además, si les contamos la verdad, no tendrán que especular ni inventar historias. Seremos nosotros los que tengamos el control de nuestra narrativa.

—Totalmente de acuerdo —dije, aliviado de que estuviéramos en la misma página. Lo último que queríamos era que todo esto se convirtiera en un drama innecesario.

Sara me miró de reojo, con una chispa de picardía en sus ojos.

—¿Sabes? Hasta me hace ilusión volver a la Epic. Después de todo esto, quiero que empecemos de nuevo, pero mejor, más fuertes.

—Vamos a estar bien, Sara —le aseguré, tomando su mano suavemente mientras mantenía la otra en el volante—. Sé que lo estaremos.

Ella apretó mi mano en respuesta, y en ese pequeño gesto, sentí toda la confianza que tenía en nosotros.

El viaje continuó, y con cada kilómetro que dejábamos atrás, me sentía más seguro de que estábamos en el camino correcto. No era solo un viaje de vuelta a Madrid, era un viaje hacia una nueva etapa en nuestra relación. Una que, aunque había sido puesta a prueba, saldría más fuerte que nunca.

Pronto, los rascacielos de Madrid comenzaron a aparecer en el horizonte. Sara y yo nos miramos, y aunque sabíamos que aún había mucho que hablar y mucho que sanar, estábamos listos para enfrentar lo que viniera, juntos.

Sara's POV

Mientras los rascacielos de Madrid se hacían cada vez más visibles, sentí una mezcla de emociones. Volver a la ciudad después de todo lo que había pasado me daba tanto miedo como alivio. Miedo porque sabía que la realidad nos iba a golpear de nuevo en cuanto cruzáramos la puerta de la EpicHouse. Pero alivio porque, a pesar de todo, estábamos juntos otra vez.

Miré a Daniel, quien seguía concentrado en la carretera. Su mano seguía aferrada a la mía, y en ese simple contacto encontré la seguridad que tanto había necesitado. Había pasado días sintiéndome perdida, pero ahora sentía que estábamos en el camino correcto. Tal vez no habíamos encontrado todas las respuestas, pero al menos estábamos dispuestos a buscarlas juntos.

—No me acostumbro a estar en silencio contigo —dije, rompiendo el silencio que se había instalado de nuevo en el coche—. Siempre hemos hablado de todo, pero estos días... me he sentido tan lejos de ti.

Daniel me lanzó una mirada rápida antes de volver a concentrarse en la carretera.

—Yo también lo he sentido, Sarita. Era como si estuviéramos en mundos diferentes, aunque estábamos a solo un mensaje de distancia.

Asentí, sabiendo exactamente a qué se refería. Todo ese orgullo, todas esas veces que pude haberle escrito y no lo hice... Ahora me parecía tan estúpido. Pero también sabía que ese distanciamiento nos había enseñado algo importante: que nuestra relación era más fuerte cuando estábamos dispuestos a ser vulnerables el uno con el otro.

—No quiero que volvamos a pasar por eso, Dani —dije, apretando un poco más su mano—. Prometamos que la próxima vez que algo nos moleste, lo hablaremos, sin dejar que se haga una bola enorme.

Él sonrió, esa sonrisa que siempre me calmaba.

—Prometido. Nada de silencios largos ni de dejarnos llevar por lo que piensen los demás. Lo nuestro es lo único que importa.

Me sentí más ligera al escucharlo. A pesar de todo, sabía que podíamos salir adelante si ambos poníamos de nuestra parte. Pero también había algo más en mi mente que no podía ignorar: la necesidad de ser honestos con nuestros seguidores.

—Sobre lo que vamos a decirle a los fans... —empecé, tratando de encontrar las palabras correctas—. Creo que deberíamos hacer un video, tú y yo juntos. Nada demasiado elaborado, solo nosotros explicando que necesitamos tiempo para arreglar las cosas. No tenemos que dar detalles, pero quiero que sepan que estamos bien ahora.

Daniel asintió, pensativo.

—Sí, me parece bien. Algo sencillo y directo. La gente que nos sigue se merece la verdad, aunque sea una versión resumida.

—Además, si lo hacemos juntos, mostrarles que estamos bien después de todo esto... Creo que será un buen cierre para lo que ha sido una época difícil —añadí, sintiendo que finalmente podíamos darle un final a esa etapa.

Él me miró de nuevo, esta vez con una expresión más suave.

—¿Sabes? Estoy orgulloso de nosotros, de lo que hemos pasado y de cómo lo hemos superado. No ha sido fácil, pero aquí estamos.

Sonreí, sintiendo una calidez en mi pecho que hacía mucho tiempo no sentía.

—Yo también estoy orgullosa, Dani. Y ahora, más que nunca, estoy lista para lo que venga.

Nos quedamos en silencio otra vez, pero esta vez era un silencio cómodo, lleno de promesas y entendimiento. Mientras entrábamos a Madrid, sentí que una nueva página se estaba escribiendo para nosotros. Una página donde, a pesar de los altibajos, nuestra historia continuaba con más fuerza y claridad.

Cuando finalmente llegamos a la EpicHouse, supe que no solo estábamos volviendo a un lugar físico, sino que estábamos volviendo a nosotros mismos, a lo que siempre habíamos sido y a lo que queríamos ser. Con esa certeza en mi corazón, bajé del coche y, con una sonrisa, tomé la mano de Daniel, lista para enfrentar el futuro juntos.

You are my only victory -Yo soy plex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora