Alchol and sex

629 18 1
                                    

Sara's POV

Entre Daniel y yo había un poco de tensión, pero no tanta como antes. Podía estar con él y saber que no escondía nada malo. Él solo quería estar preparado para contar todo esto.

Al llegar a casa, los chicos estaban por salir de fiesta.

—¡Joder, Adrián, estás de ruina! —dije al verlo salir de casa—. Espérate que nos cambiamos.

—Vale, vale —dijo Adrián.

Daniel y yo subimos a cambiarnos. Siendo honesta, no es que salgamos de fiesta todos los días, es que llevamos cinco meses sin salir. Desde que Daniel se convirtió en boxeador, dejamos de salir. Teníamos la costumbre de salir todo el fin de semana. Al fin y al cabo, somos jóvenes.

Después de cambiarnos, bajamos con los demás chicos. Nos dividimos en varios coches y fuimos a una discoteca que estaba más cerca de casa y que, claramente, cerraba más tarde.

Al llegar a la discoteca, el ambiente estaba cargado de energía y música. Nos movimos en grupo, saludando a amigos y conocidos, pero pronto me encontré buscando la compañía de Daniel. Había algo en el aire esa noche, una tensión latente que no podíamos ignorar.

Daniel se acercó a mí, su mirada intensa y su sonrisa ladeada. Sentí un escalofrío recorrerme.

—¿Te apetece bailar? —me susurró al oído, su voz baja y ronca.

—Claro —respondí, tratando de mantener la compostura.

Nos movimos hacia la pista de baile, la música pulsante resonando a nuestro alrededor. Daniel me tomó de la mano y me acercó a él, nuestras miradas fijas una en la otra. Empezamos a movernos al ritmo de la música, cada movimiento sincronizado, cada paso acercándonos más.

Podía sentir su respiración en mi cuello, su proximidad enviando ondas de calor por todo mi cuerpo. Nuestros cuerpos se rozaban, y la electricidad entre nosotros era palpable.

—Sara —dijo Daniel, su voz apenas audible por encima de la música—, no puedo dejar de pensar en ti.

—Yo tampoco —admití, mi voz temblando ligeramente.

Se inclinó más cerca, su rostro a solo unos centímetros del mío. Su aliento cálido acarició mi piel y cerré los ojos, perdiéndome en el momento. Sentí sus manos en mi cintura, su toque firme y seguro.

—Eres tan hermosa —murmuró, su voz llena de deseo.

Abrí los ojos y lo miré fijamente, mi corazón latiendo con fuerza. Nuestros rostros se acercaron más, y podía sentir la anticipación en el aire. Justo cuando nuestros labios estaban a punto de encontrarse, la música cambió a un ritmo más lento, creando un ambiente aún más íntimo.

—Daniel... —susurré, sin saber cómo continuar.

—Shh —dijo él suavemente, sus dedos acariciando mi mejilla—. No digas nada. Solo siente.

Y en ese momento, todas las dudas y tensiones se desvanecieron. Nos besamos, uniendo nuestros labios en un gesto que había sido inevitable desde el principio de la noche. El mundo se desvaneció a nuestro alrededor, dejando solo la sensación de estar en los brazos del otro, moviéndonos al ritmo de nuestro propio latido.

Daniel's POV

Nunca me ha gustado ser el centro de atención, especialmente en un ambiente como el de las discotecas. Como figura pública, siempre hay una imagen que mantener, y la privacidad es algo que valoro profundamente. Sin embargo, esa noche, mientras me encontraba en medio del bullicio, lo único que realmente me importaba era disfrutar de cada momento con Sara.

Llevaba varias copas encima y, siendo sincero, creo que si no estuviera un poco borracho, no habría sido tan atrevido. Pero con ella cerca, todo lo demás parecía irrelevante. Sentir su cuerpo pegado al mío, su cintura, sus caderas, era todo lo que necesitaba. Saber que ella era mía y que estábamos juntos en este momento me llenaba de una felicidad que no podía describir con palabras.

Eran aproximadamente las 3:00 de la mañana cuando decidimos irnos. Ambos estábamos lo suficientemente borrachos como para no preocuparnos por el estado en el que dejaríamos la casa al día siguiente. Pedimos un taxi y, al llegar a casa, Sara me cogió de la mano y me llevó hacia nuestra habitación.

—Tengo ganas de sentirte —dijo Sara con una sonrisa que encendió algo en mí.

—Pues ven —respondí, sin poder evitar sonreír también.

Nos tumbamos en la cama, y los besos que compartimos fueron cargados de una pasión intensa. Aquí, en la intimidad de nuestra habitación, teníamos la privacidad que no podíamos tener en la discoteca. No había límites ni miradas curiosas, solo el placer de estar juntos sin restricciones.

Pronto, la ropa comenzó a caer, y el mundo exterior dejó de existir. Lo único que podía sentir era el calor de su cuerpo contra el mío, sus manos explorando mi piel, y sus gemidos llenando el aire. Estar con Sara de esta manera era un recordatorio constante de lo enamorado que estaba de ella, de lo mucho que significaba para mí. Cada momento con ella, especialmente en estos íntimos, me reafirmaba en mis sentimientos.

—Joder, Daniel, cómo cansás —dijo Sara, respirando pesadamente mientras se tumbaba a mi lado.

—Es lo que hay —respondí con una sonrisa, mirándola con ternura.

Nos besamos suavemente después, sin prisa, como si estuviéramos saboreando cada instante. Había sido una noche llena de tensión, pero no del tipo que te agota. Era una tensión que se liberaba en la intimidad, una forma de reconectar después de días en los que nos habíamos sentido distantes, aunque no necesariamente de la forma que uno podría imaginar. Nos gustaba escucharnos, compartir momentos dulces, y también encontrar satisfacción en nuestra conexión física.

Era un equilibrio perfecto entre lo meloso y lo apasionado, entre el deseo y el amor. Mientras nos acomodábamos en la cama, disfrutando de la proximidad de nuestros cuerpos, sentí una profunda gratitud por tenerla a mi lado. Estos momentos eran un recordatorio de lo que realmente importaba: la conexión que compartíamos y el amor que nos unía.

You are my only victory -Yo soy plex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora