Capítulo 8: El Desafío del Bosque de los Ecos

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I. Rumbo al Bosque de los Ecos

Tras dejar atrás Eldoria, el grupo se adentró en un denso y misterioso bosque conocido como el Bosque de los Ecos. Se decía que en este lugar, los sonidos tenían vida propia, repitiéndose y transformándose en susurros y gritos. Elyon había elegido esta ruta como atajo hacia la Ciudadela Luminar, aunque no estaba exenta de peligros.

"Este lugar me da escalofríos," murmuró Aria, abrazándose a sí misma mientras observaba los árboles altos y retorcidos.

"No te preocupes, Aria. Estoy aquí para protegerte," dijo Thrain, intentando sonar valiente aunque su voz temblaba un poco.

Kael, fascinado por los ecos y los juegos de luces y sombras, miraba a su alrededor con curiosidad. "Nunca había visto un bosque tan... vivo."

II. Encuentro con una Criatura

De repente, un rugido estremecedor resonó a través del bosque, haciendo eco en todas direcciones. Elyon se detuvo en seco, señalando al grupo que guardara silencio. De entre los árboles emergió una enorme criatura con piel escamosa y ojos brillantes. Era un Dracónido de Bosque, una bestia conocida por su ferocidad y su habilidad para mimetizarse con el entorno.

"¡Prepárense para luchar!" gritó Elyon, desenvainando su espada.

Aria y Thrain se pusieron en posición, listos para defenderse. Kael, sin embargo, sintió una extraña conexión con la criatura. Sin saber muy bien por qué, extendió su mano hacia el Dracónido, susurrando palabras en un antiguo idioma que no reconocía.

III. Despertando el Poder Luminar

Para sorpresa de todos, el Dracónido se detuvo en seco, inclinando la cabeza hacia Kael como si entendiera sus palabras. Los ojos de Kael brillaron con un resplandor dorado y, en ese momento, Elyon comprendió lo que estaba ocurriendo.

"Kael... estás usando el Aetherium Luminar," susurró Elyon con asombro.

El resplandor en los ojos de Kael se desvaneció y el Dracónido, tranquilo, se retiró entre los árboles. El grupo quedó en silencio, procesando lo que acababa de ocurrir.

"¿Cómo hiciste eso, Kael?" preguntó Thrain, impresionado.

"No lo sé. Simplemente... sentí que debía hacerlo," respondió Kael, aún desconcertado por su propio poder.

IV. Explorando el Bosque

Decidieron continuar su camino, pero ahora con una nueva sensación de respeto por el bosque y por el poder que Kael había demostrado. Mientras avanzaban, se encontraron con una cueva que parecía ser un refugio seguro para pasar la noche.

"Descansaremos aquí. Mañana continuaremos," dijo Elyon, encendiendo una pequeña fogata.

V. Charlas y Risas

Sentados alrededor de la fogata, compartieron historias y chistes para aliviar la tensión del día. Thrain intentó contar una historia de terror sobre un fantasma del bosque, pero Aria interrumpió con una risa.

"Thrain, tus historias dan más risa que miedo," dijo Aria, provocando risas en todos.

Incluso Elyon, normalmente serio, no pudo evitar sonreír. "Es bueno verlos así. La risa también es una forma de fortaleza."

VI. Reflexiones de Kael

Esa noche, mientras los demás dormían, Kael se quedó despierto mirando las estrellas a través de la entrada de la cueva. Pensaba en el poder que había despertado y en lo que eso significaba para su futuro.

"¿Qué está pasando conmigo?" se preguntó en voz baja. Pero en el fondo, sabía que ese poder era solo el comienzo de algo mucho más grande.

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