Capítulo 13: El Pueblo de Glynwood

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I. Llegada a Glynwood

Después de una semana de viaje, el grupo de Elyon finalmente llegó a un pequeño pueblo llamado Glynwood, un pintoresco asentamiento conocido por su comercio y hospitalidad. Las casas de piedra y madera estaban rodeadas de jardines florecientes, y el aire estaba lleno del aroma de pan recién horneado.

"¡Finalmente, un lugar para descansar!" exclamó Thrain, estirando los brazos.

"Vamos a ver si podemos encontrar una posada," sugirió Elyon. "También necesitamos suministros para continuar nuestro viaje."

II. Explorando el Pueblo

El grupo se dividió para explorar el pueblo. Kael y Aria se dirigieron al mercado, mientras Thrain y Elyon buscaban una posada. El mercado estaba lleno de puestos que vendían desde frutas frescas hasta herramientas artesanales.

"¡Mira esto, Kael!" dijo Aria, señalando un puesto que vendía cristales brillantes. "¿No te parecen fascinantes?"

Kael sonrió. "Sí, son hermosos. Quizás podamos usar algunos de estos cristales para nuestros entrenamientos."

Aria asintió, examinando los cristales con curiosidad. Mientras tanto, Kael notó un puesto que vendía hierbas y pociones. "Podríamos llevar algunas de estas pociones curativas. Nunca se sabe cuándo las necesitaremos."

III. La Posada del Roble Dorado

Elyon y Thrain encontraron una posada acogedora llamada "El Roble Dorado". La dueña, una mujer robusta y amable llamada Marta, los recibió con una sonrisa. "¡Bienvenidos! ¿Buscan habitaciones?"

"Sí, por favor," respondió Elyon. "También quisiéramos saber si hay algún lugar para entrenar cerca."

Marta los guió hasta sus habitaciones y les indicó un campo de entrenamiento detrás de la posada. "Es un lugar tranquilo, perfecto para practicar sin ser molestados."

IV. Encuentros en el Mercado

De regreso en el mercado, Kael y Aria se toparon con un grupo de niños que jugaban cerca de una fuente. Uno de los niños, un chico pelirrojo, se acercó a ellos. "¡Hola! ¿Son nuevos aquí?"

"Sí, estamos de paso," respondió Kael. "¿Y tú, cómo te llamas?"

"Soy Finn," dijo el niño con una sonrisa. "¿Puedo mostrarles mi truco favorito?"

Kael y Aria asintieron, intrigados. Finn sacó una pequeña piedra y, con un movimiento rápido, la hizo desaparecer y reaparecer en la mano de Aria. "¡Wow, eso fue increíble!" exclamó Aria, riendo.

"¡Quisiera aprender a hacer eso!" dijo Kael, riendo también.

V. La Cena en la Posada

Esa noche, el grupo se reunió en la posada para cenar. La mesa estaba llena de platos deliciosos: guiso de cordero, pan recién horneado, y una variedad de quesos y frutas.

"Este lugar es increíble," dijo Thrain, disfrutando de su comida. "Es un buen descanso después de tanto viajar."

Elyon sonrió. "Es importante disfrutar de estos momentos. Mañana, comenzaremos con nuestros entrenamientos."

VI. El Primer Día de Entrenamiento en Glynwood

A la mañana siguiente, Elyon llevó al grupo al campo de entrenamiento detrás de la posada. "Hoy, exploraremos más a fondo nuestros poderes y habilidades," dijo Elyon. "Cada uno de ustedes tiene un don especial. Vamos a descubrirlo y perfeccionarlo."

Kael, sintiendo una conexión con la luz del sol que bañaba el campo, decidió concentrarse en el Aetherium Luminar. "Abuelo, siento que puedo hacer más con la luz."

Elyon asintió. "Intenta canalizar esa energía en un hechizo. Concéntrate y deja que la luz fluya a través de ti."

Kael cerró los ojos y levantó las manos. Un resplandor dorado emanó de sus palmas, formando una esfera de luz pura. "¡Lo logré!"

"Excelente, Kael," dijo Elyon con orgullo. "Ahora, intenta dirigir esa energía hacia un objetivo."

Mientras tanto, Aria y Thrain también practicaban sus habilidades. Aria estaba aprendiendo a invocar vides más fuertes y rápidas, mientras Thrain perfeccionaba sus ilusiones de sombra, creando figuras cada vez más detalladas.

VII. La Amenaza del Bosque Oscuro

Durante el segundo día de entrenamiento, el grupo fue interrumpido por un aldeano que llegó corriendo al campo. "¡Ayuda! ¡Una criatura oscura ha aparecido en el bosque cercano y está atacando a los aldeanos!"

Elyon frunció el ceño. "Tenemos que investigar. Kael, Aria, Thrain, estén listos para cualquier cosa."

El grupo siguió al aldeano hasta el borde del bosque, donde encontraron una criatura oscura y amenazante, similar al espectro que habían enfrentado antes. La criatura estaba atacando a un grupo de aldeanos que intentaban defenderse con herramientas de granja.

"¡Rápido, formemos un plan!" dijo Elyon.

Kael, recordando su reciente entrenamiento, decidió usar su esfera de luz. "Voy a distraer a la criatura con mi luz. Aria, usa tus vides para inmovilizarla. Thrain, crea ilusiones para confundirla."

El plan funcionó a la perfección. La criatura, cegada por la luz de Kael, fue atrapada por las vides de Aria y confundida por las ilusiones de Thrain. Elyon aprovechó la oportunidad para lanzar un poderoso hechizo de luz, desintegrando a la criatura en un destello brillante.

VIII. Celebración y Reflexión

Después de derrotar a la criatura, los aldeanos agradecieron al grupo con una pequeña celebración en la plaza del pueblo. Había música, comida y risas por todas partes.

"Han hecho un gran trabajo," dijo Elyon, levantando una copa de jugo. "Pero recuerden, esto es solo el comienzo. Nuestro viaje aún tiene muchos desafíos por delante."

Kael, mirando a sus amigos y a los felices aldeanos, sintió una mezcla de orgullo y determinación. "Estamos listos para lo que venga, Abuelo."

"Y siempre que tengamos a Thrain para hacernos reír," añadió Aria, "todo será más fácil."

Thrain sonrió y levantó su copa. "¡Por nosotros y por las aventuras que nos esperan!"

El grupo pasó la noche celebrando con los aldeanos, disfrutando de la música y las historias. Sabían que el camino hacia la Ciudadela Luminar aún era largo, pero estaban más unidos que nunca y listos para enfrentar cualquier desafío juntos.

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