12 - final-

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Tras varias horas, por fin regresó la paz al apartamento. Alfonso y Anahí estaban tumbados en la cama, y él la contemplaba mientras ella dormía. Después de que todos se fueran, la había metido a la ducha para lavar la mugre de los últimos días. La inspeccionó con cuidado, pero no encontró lesiones ni heridas, mientras pensaba en vapulear a Nardiv en caso de que encontrara alguna.

Quería hacerle el amor en la ducha, pero ante sus constantes bostezos, la secó y la arropó en la cama, donde se quedó dormida casi al instante. Por lo poco que había dicho, estuvo cautiva en una oficina del puerto, bajo la atenta mirada de Boris.

Cuando Ivan se dio cuenta de que Nardiv no iba a aparecer en el lugar acordado, llamó al equipo de seguridad de Alfonso y descubrió que éste no había salido del apartamento.
Registraron el edificio y encontraron a dos matones de Nardiv; Boris fue apresado cuando intentaba entrar en la vivienda por el garaje. Una vez detenidos todos sus hombres, fue cuestión de determinar la mejor manera de entrar en el apartamento sin poner en peligro a sus ocupantes.
En el pasillo, fuera del apartamento, los planes de Ivan se fueron al traste cuando uno de los hombres de Nardiv intentó escabullirse y tiró un jarrón al suelo. En ese momento, Ivan dio orden de abrir la puerta, que fue cuando descubrió que Nardiv ya había sido sometido.

Alfonso le acarició el pelo a Anahí, y ella se despertó poco a poco. Mirándole medio dormida, le sonrió.

-Mi héroe- murmuró, acurrucándose contra su pecho. Él soltó una risita y le frotó la espalda, mientras ella se estiraba junto a él.
-¿Vas a dormir todo el día y toda la noche?
-Mmmm, esta cama es muy cómoda.
-¿Sabes que es Noche Vieja?
Anahí levantó la cabeza para mirarle.
-¿Me he perdido la Navidad?
-No- contestó él, besándole la frente. -Está esperando a que volvamos. Pero estamos en un sitio ideal para recibir al año nuevo. Si es que te levantas de la cama.
-Bueno, tengo hambre y... ¡MI PADRE! ¡Mi familia! ¿Saben que estoy bien?
-Relájate, kotyonok. Todo el mundo ha sido informado y tienen muchas ganas de verte- Alfonso se levantó de la cama. -Los puedes llamar mañana. Esta noche es para nosotros. Quédate ahí. Te llamo cuando esté listo.

Anahí se tumbó de espaldas y contempló el techo. No podía creer que había estado secuestrada durante más de una semana y que no tenía ni un solo rasguño. A pesar de las amenazas de Dmitri, estaba segura y de vuelta con Alfonso, donde pertenecía. Tuvo que admitir que debería haber intentado escapar, pero tenía demasiado miedo.

Dmitri parecía desesperado, y la gente desesperada se comporta de forma irracional, pero Boris era un empleado dedicado, y no dudaba de su capacidad para llevar a cabo todas las amenazas proferidas por su jefe. Con un suspiro, se prometió a sí misma que iba a tomar clases de defensa propia en cuanto regresara a California.

Vio a Alfonso salir del baño.
-¿Estás lista, kotyonok?
-¿Para qué?
-Ven.

Tras ponerse el albornoz, Anahí le siguió y se quedó sin aliento al ver lo que había preparado.
El cuarto de baño estaba repleto de velas que proyectaban un alegre resplandor por toda la estancia. La bañera rebosaba de burbujas y un aroma a vainilla y fresas llenaba el aire.

-Es maravilloso- Besándole la cabeza, Alfonso la abrazó por detrás.
-Cuando nos conocimos olías a fresas, y siempre pienso en ti cuando las huelo- Le deslizó el albornoz por los hombros.
-Ven, vamos a meternos-
Anahí se sentó dentro de la bañera y suspiró. El agua estaba muy buena. Desplazándose hacia delante, hizo sitio para Alfonso, que se colocó detrás de ella, y se apoyó contra su pecho. Él produjo dos copas de champán y le pasó una. Tras tomar un sorbo, Anahí sonrió.
-Vaya, señor Herrera, ¿estás tratando de emborracharme otra vez?- bromeó Anahí. Alfonso deslizó una mano por su cintura y le acarició el vientre.
-Esta vez no voy a dejar que bebas tanto como para quedarte dormida. Además, creo que ya has dormido suficiente por hoy- Riendo, Anahí se acurrucó contra él, bebiendo de su copa. Él dejó la suya y, cogiendo una fresa, se la acercó a los labios.
-Dale un mordisco; le cambia el sabor al champán- Tras morder la fruta, tomó otro trago.
-Caramba, es alucinante- Riéndose, él le ofreció otro bocado y soltó un gemido cuando ella le lamió el jugo de la mano.
-Mi valiente gatita, qué cosas me haces.
-No soy tan valiente. No hice absolutamente nada cuando estaba secuestrada. Debería haber intentado escapar, pero no tenía zapatos, ni abrigo, y, bueno, estaba asustada.
-Hiciste lo que tenías que hacer, kotyonok. Boris Banovich es un asesino a sueldo.
Temblando, Anahí levantó su copa, y él se la rellenó.
-Ya ha pasado todo, y tenemos mucho que celebrar. O eso espero.
-¿Qué quieres decir?
-La noche que te secuestraron había organizado una fiesta en el club. Incluso fui a ver a tu padre para pedir permiso. Quería que todos tus familiares y amigos estuvieran allí cuando...- le puso la caja del anillo delante y la abrió; Anahí se quedó sin aliento.
-Anahí, mi Anahí. Hemos pasado tanto en tan poco tiempo, y cada día que pasa siento que no puedo vivir sin ti. Eres mi corazón, kotyonok. ¿Me das tu consentimiento para convertirte en mi esposa?

Con un chillido, Anahí se dio la vuelta en la bañera, y Alfonso hizo una mueca de dolor.
-Mujer, cuidado con esos codos y rodillas, que tengo planeado hacerte el amor- Riendo, se lanzó sobre él y le besó.
-¿Eso es un sí? Porque todavía no he escuchado un sí- le dijo, devolviéndole el beso.
-Oh, Alfonso, sí, por supuesto que quiero ser tu esposa.

Cuando el reloj se acercaba a la medianoche, se encontraban en frente del ventanal del salón, envueltos en un abrazo. Mirando hacia Times Square, pudieron distinguir la bola mientras se preparaba para caer. Encendieron la radio para escuchar los gritos de la multitud al empezar la cuenta atrás. A medianoche, la estrechó entre sus brazos.

-Feliz año nuevo, cariño. Te quiero.
-Feliz año nuevo, mi amor. Yo también te quiero.

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La Novia Del Millonario | Anahí y Alfonso Herrera| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora