𝘊𝘢𝘳𝘢 𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢

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Estella terminaba de lavarse los dientes en su baño

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Estella terminaba de lavarse los dientes en su baño.

—¿Ya estás, cariño?—Rodrigo apareció en la puerta.

—Ya estoy, mi vida.—Coloco un poco de bálsamo en sus labios.

Ambos salieron del baño yendo a la sala donde estaban Iván y Angie jugando con el pequeño Matthew.

—Por fin salieron.—Iván estaba por decir algo más.

—Dices algo vulgar y te mato, Iván.—Lo amenazo la pelirroja.

Los otros dos rieron al igual que el pequeño, pero el no entendía porque los adultos reían. Iván y Rodrigo tomaron las maletas, mientras Estella cargaba al pequeño.

Bajaron al estacionamiento de los departamentos donde Estella coloco a su hijo en sus asiento especial del auto.

—Pido enfrente.—Dijo Angie subiéndose al lado del copiloto.

—Dale, boluda, ahí voy yo.—Le reclamo Rodrigo.

—Yo gane, vete atrás con Iván.

De mala gana el chico hizo caso, Estella rio ante el comportamiento de su novio, pero rápidamente se subió al lado del piloto. Manejo hasta el aeropuerto donde su hermana luego recogería el auto.

Los cuatro amigos bajaron junto al pequeño, el cual era cargado por su mamá. Se adentraron al aeropuerto donde hicieron todo el check-in, una vez en el avión Estella coloco audífonos anti ruido al niño, no quería que se lastimara los oídos mientras dormía.

—Estoy nervioso.—Confeso Rodrigo.

—Lo harás muy bien, mi vida.—Tomo su mano con cariño.—Se que ganarás.

—Dare lo mejor de mi por ti y por Matthew.—Miro al menor con mucho amor.

—Gracias.—Dijo Estella.

—¿Gracias?—Pregunto confundido el chico.—¿Porqué me agradeces?

—Por aceptarme a mi, pero sobre todo por aceptar a Matthew en tu vida.

—Amo a este niño.—Acaricio la cabeza del menor.—Al igual como te amo a ti.

Estella sonrió con ternura y dejo un beso en los labios de su novio.

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Ya habían llegado a Madrid, los cuatro adultos junto al menor fueron hasta el airbnb, dónde lo primero que hicieron fue dormir todos estaban muy cansados.

Un par de horas después ya estaban recorriendo la ciudad.

POV. ESTELLA

—Mami.—Jalo de mi mano mi hijo.—¿Me lo compras?

Mire hacia donde apuntaba un pequeño peluche de Kurama.

𝙍𝙊𝘾𝙆𝘼𝘽𝙔𝙀 | 𝙍𝙊𝘿𝙍𝙄𝙂𝙊 𝘾𝘼𝙍𝙍𝙀𝙍𝘼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora