De arrastrada a mujer ideal
Considérate un trofeo y él querrá ganarte
El sex appeal es cincuenta por ciento lo que tienes y cincuenta
por ciento lo que la gente cree que tienes.
SOPHIA LOREN
La niña buena
Todos conocemos «niñas buenas», las mujeres sobrecompensadoras que dan rodo por un hombre al que acaban de conocer y sin que él tenga que invertir mucho en la relación. Son las mujeres que dan ciegamente porque ansían que sus atenciones les sean correspondidas. Las mujeres que aceptan sin chistar lo que le gusta a su pareja porque quieren mantener a toda costa la relación. En un momento u otro, todas hemos sido así.
Los ridículos consejos de relaciones que las revistas de modas nos dan
permiten entender por qué muchas de nosotras estamos tan impacientes por sobrecompensar: «Haz hasta lo imposible por conseguirlo, y luego prepárale un banquete... Hazle galletas de San Valentín espolvoreadas con ingredientes exóticos importados de Malasia (como Martha Stewart). No olvides presentarlas en mantelitos individuales y acompañarlas con las fresas orgánicas que tardaste dos horas en conseguir. Sírvelo todo en la segunda cita y ponte un negligé negro». ¿Qué es esto? Una receta para el desastre.
PRINCIPIO DE ATRACCIÓN # 1
Aquello que acosas huirá de ti.
Esto es especialmente cierto al tratar a un hombre, aunque con una salvedad: si lo acosas con un negligé negro, primero se acostará contigo y después huirá.¿Por qué un hombre escapa de una situación como ésta? Porque la conducta de una mujer así no indica que se otorgue mucho valor a sí misma. La relación es reciente, y el lazo entre ambos relativamente débil. Pero él ya es para ella su mejor carta.El hecho de que ella esté dispuesta a darlo todo por un desconocido le hará pensar a él una de dos cosas: que está desesperada, o que acepta acostarse con un hombre a las primeras de cambio. O ambas cosas. El esfuerzo extra de ella pasará inadvertido. Una vez que un hombre le pierde el respeto a una mujer por estar presta a devaluarse, también pierde el deseo de estar con ella. Con o sin negligé.La mujer ideal, por el contrario, no se desvive por impresionar a nadie. Y a eso se debe que los hombres no se enamoren de la que tes hace un banquete y saca la porcelana de lujo, sino de la que comienza preparándoles un solo platillo. (Palomitas). Nada de mantelitos sofisticados, con un tazón de Tupperware basta. Ella le pregunta simplemente a su huésped: «¿Prefieres la bolsa o en tazón?». Seis meses más tarde le hará una comida y le pondrá delante un plato caliente. ¿Qué se dirá él entonces? «¡Vaya! ¡Soy especial!».Aun si lo que ella le sirve es un espagueti a la boloñesa conseguido en la tienda de la esquina, él dirá: «¡Es la mejor pasta que he comido en mi vida!». Se sentirá un rey. Y la única diferencia es el tiempo y esfuerzo que tuvo que invertir primero. No recibió todo de antemano, así que lo valorará más.
PRINCIPIO DE ATRACCIÓN # 2
Las mujeres por las que los hombres trepanparedes no son excepcionales, sino levementeindiferentes.
No se trata de engañar ni manipular a nadie, sino de si eres rogona o capaz de demostrarle a él que serás su pareja en igualdad de condiciones. Se trata de saber si puedes darte a respetar en una relación. ¿Qué pasará si le dejas ver desde el principio que estás dispuesta a hacer hasta lo imposible por él? Te creerá desesperada y querrá saber hasta dónde puedes llegar. La naturaleza humana es así. Él empezará a tantear el terreno de inmediato. Entre más dócil seas, supone que más cederás. Pensará en ti como una pila y se preguntará: «¿Cuánto va a durar? ¿Cuánto provecho podré sacarle?».Las niñas buenas deben saber lo que las cabronas saben ya: que el ansia de complacer a un hombre hace que él te respete menos, le da el tiro de gracia al deseo que siente por ti y le pone fecha al fin de la relación.Para la mayoría de los hombres, una mujer que hace circo, maroma y teatro para halagarlos no ofrece ningún reto mental. Las mujeres inteligentes suelen equivocarse al creer que por tener un título universitario, poder sostener un debate político y poseer nociones de empresas de mediana capitalización pueden ser un estímulo mental para un hombre en una cena.Pero el reto mental tiene poco que ver con la conversación. (Claro que si ella cree que Osama y Obama son la misma persona, tenemos un pequeño problema).El reto mental tiene que ver con que partas del supuesto de que serás respetada. Con la forma como te llevas con tu pareja. Con que él sepa que no tienes miedo a quedarte sola.La niña buena comete el error de estar disponible en todo momento. «No me gusta jugar con las personas», dice. Así, deja ver su miedo a quedarse sin su novio, y en poco tiempo él cree que la controla al cien por ciento. Éste suele ser el caso cuando una mujer se queja de que «él no me dedica suficiente tiempo. Ya no es tan romántico como antes».La cabrona está a disposición de su pareja en forma más selectiva: a veces sí, otras no. Pero es una buena persona. O al menos tanto como para acceder de vez en cuando al deseo de él de estar juntos. Es decir, nada de cien por ciento de control.¿Qué hay de la mujer que deja todo para ir a ver a su novio? También en este caso él sabe que la controla al cien por ciento. Luego de un par de citas,él sale con sus amigos, regresa a medianoche, le llama y ella sale corriendo a verlo. A una mujer que sube a su auto a medianoche para ir a ver a un hombre lo único que le falta es un letrero en el techo que diga: «llame... ¡NOSOTROS VAMOS!».
ESTÁS LEYENDO
Por qué los hombres aman a las cabronas
Teen Fiction"Por qué los hombres aman a las mujeres cabronas" es un libro escrito por Sherry Argov que explora las dinámicas de las relaciones amorosas desde una perspectiva diferente y a menudo provocativa. La autora argumenta que las mujeres deberían adoptar...