𝒯𝓇𝓊𝑒 𝒽𝑒𝒾𝓇𝓈 (ᴬᵉᵐᵒⁿᵈ ᵀᵃʳᵍᵃʳʸᵉⁿ ˣ ᴼᶜ!ᴹᵃˡᵉ)

Cuatro

―¿Qué estas haciendo aquí? ―Mi voz suena mas dura de lo que pretendía.

¿Qué razones tenia para estar aquí, en la habitación de Amelia?

―Tranquilo, principito. Solo estaba buscándote y es el segundo lugar en el que creí que estarías, fui hasta tu habitación, pero nadie contesto así que vine aquí.

De pronto mi malestar bajó y me encontraba mas tranquilo. 

Solo estoy exagerando por algo que ni siquiera se porqué lo hago.

―Y además Helaena está con ella así que no tienes porque arder de celos, Aenar, no tocaría uno solo de sus lindos cabellos. No es mi tipo. ―Entrecierro los ojos ante su tono burlón. Me gustaría saber que esconde detrás de todas sus palabras.

Demasiado interés para alguien que dice no interesarle Aemond Targaryen y su estúpido modo misterioso de hablar a veces.

―No estoy celoso, solo me aseguro de que no la molestes ―respondo con molestia por su estúpida sugerencia.

Protector es la palabra correcta. 

―Relájate.

Esa jodida sonrisa que tiene me irrita mas que cualquier otra cosa en este mundo. Tengo que verlo salir de la habitación de mi Amelia y además se burla de mí.

―¿Para qué me buscabas entonces?

―Para nada, mejor olvídalo. ―Me quedo parado con una de tonto completamente mientras se va en la dirección de la que he venido antes.

No dejo mirar su espalda mientras se aleja pensando en que carajos acababa de pasar y porque se fue. ¿No se supone que me buscaba?

¿Cómo podía comprenderlo cuando ni él sabe que hace? Más que un misterio es un dolor de cabeza. No importa cuantas veces quiera descifrarlo, siempre aparece con algo nuevo. Todo acerca de él me estresa.

Mira en mi dirección mientras dobla la esquina del pasillo, pero aparta la mirada con el ceño fruncido. Al próximo paso que da lo pierdo de vista por completo.

Ni siquiera sé para qué me molesto tanto, de todos modos mañana a primera hora estaremos entrenando como siempre.

Entro en la habitación de Amelia y la veo junto a la princesa Helaena. Están sentadas sobre la alfombra mientras cosen, bueno, Helaena cose mientras Amelia la mira maravillada de los dibujos que traza con hilo y aguja sobre la tela.

Me siento a su lado y como siempre me recuesto en los brazos de mi dama.

―El príncipe Aemond acababa de irse, te estaba buscando. Parecía algo impaciente o nervioso, no lo sé. ―Dice mientras hunde sus dedos en mi cabello.

¿Impaciente o nervioso? Yo lo vi igual que siempre, como si tuviera un palo en el culo.

―Parecía importante lo que quería decirte. 

―No me ha dicho nada, supongo que en verdad no era tan importante o puede esperar para él.

Siento que me duermo mientras Amelia sigue acariciando mi cabello, ella continua hablando con Helaena, pero no presto atención en verdad. Es un poco divertido ver la mi lady tratando de entender alguna de las cosas que ella dice, sus acertijos son raros aunque entretienen a Amelia.

La razón por la que Aemond me buscaba con tanta insistencia me tiene completamente extrañado y todo para que después no dijera nada. 

¿Quién busca a alguien y luego se arrepiente de decir lo que sea que fuese a decir? No podía ser algo... espero. Aunque si fuera el caso me alegro que no lo dijera.