Tangled [Thiam]

Miedos

—¿No vienes, precioso? —habló Theo agitado mientras bajaba de la torre con dificultad.

Liam se asomó desde lo alto. La vista era hermosa. Todo era tan lindo y verde. Tan lleno de vida. Decidido, se deslizó por su cabello bajando con rapidez. Antes de que pudiera tocar el colorido suelo, se detuvo. Se encogió y tomó fuertemente su cabello dorado impidiendo rozar el pasto.

Sus curiosos ojos miraron el suelo. Lentamente bajó un pie para lograr sentir la superficie, pronto bajó el otro. Entusiasmado, se tiró al pasto. Dio una pequeña vuelta y observó una pequeña flor. Diente de león. Después de acercarse un poco, las semillas de la flor flotaron por todo el aire, logrando que él las persiguiera. Al tratar de seguir el rastro de la flor, sus pies tocaron algo húmedo. Un arroyo. Maravillado, se agachó y tiró agua al viento.

Liam miró a su alrededor, poniendo atención al colorido pájaro que volaba cerca de él. Con una gran sonrisa lo siguió llegando hasta unas rocas. La salida.

—¡Lo hice! —chilló saltando.

—Papá se pondrá furioso —desanimado se encogió.

Sentado en una roca, Liam le habló a la flor de loto —Está bien. Si él no se entera, no le hará daño, ¿verdad?

—¡Cielos! ¡Esto lo matará! —susurró abrazando sus piernas dentro de una cueva.

—¡Esto es muy divertido! —gritó Liam corriendo por el pasto.

—Soy un hijo terrible —se dijo Liam a sí mismo con la cabeza baja mientras estaba arriba de un árbol —. Voy regresar.

—¡Jamás voy a volver! —voceó el rubio rodando por una colina.

—¡Soy un ser humano despreciable! —exclamó Liam acostado boca abajo en el pasto.

Theo miraba todo con cansancio.

—¡Es el mejor día de mi vida! —anunció mientras, con su cabello, se balanceaba por un gran árbol.

Su pequeño ataque se detuvo. Ahora se encontraba sentado junto a unas rocas y tenía sus manos cubriendo su rostro. Sigilosamente, Theo se acercó a él.

—Sabes, es obvio que ahora te encuentras en una discusión contigo mismo —dijo Theo poniéndose en cuclillas.

—¿Qué? —Liam paró su llanto para mirarlo.

—Sólo estoy entendiendo pedazos —continuó hablando Theo.

Theo se levantó —. Padre sobreprotector, viaje prohibido. Es bastante serio.

—Pero tranquilízate, esto es parte de crecer —le explicó el castaño.

—Un poco de rebeldía y algo de aventura es necesario —Theo se colocó las manos en la cintura —, y saludable —sonrió quitando a Corey de su hombro.

Liam soltó una risita mientras limpiaba su nariz.

—¿Eso crees?

—Lo sé —insistió Theo —. No le des tantas vueltas.

—¿Tu padre se lo merece? No —Theo levantó su pierna para dejarla sobre la roca —. ¿Le partiría el corazón y aplastaría su alma? Claro —se inclinó hacia Liam —. Pero es algo que tienes que hacer —Theo se alejó y cruzó de brazos.

—¿Romper su corazón? —cuestionó Liam.

—A la mitad —respondió desinteresado.

—¿Aplastar su alma? —preguntó Liam con preocupación.

—Cómo a una uva.

—Le partiría el corazón, tienes razón —habló triste.

Theo levantó a Liam del suelo con lentitud.

—La tengo —Theo colocó su mano en el pecho —. Qué pena.

—No puedo creer que lo diga, pero te libero del trato —avisó Theo.

—¿Qué?

—Sí, no me lo agradezcas —dijo Theo caminando hasta Corey para tomarlo.

—Vamos a llevarte a casa.

—Toma tu sartén y tu rana —Theo se los entregó.

Colocó su brazo en la espalda de Liam y lo empujó hacia adelante, obligandólo a caminar —. Yo recupero mi bolsa.

—Tú recuperas tu relación con tu padre, y su confianza —decide Theo con una sonrisa —. Y luego olvidamos que todo esto pasó.

—¡No! —Liam lo empujó para moverlo de su lado.

Theo levantó las manos.

—Quiero ver las linternas —repitió el rubio.

—¡Ay, por favor! —chilló Theo molesto —. ¿Qué tengo que hacer para recuperar mi bolsa?

—Usaré esto —amenazó Liam levantando su sartén.

Un espeluznante ruido se escuchó entre los grandes arbustos. Liam rápidamente corrió detrás de Theo para esconderse; saltó rodeando sus piernas en el torso de Theo y se aferró fuertemente a sus hombros.

—¿Son rufianes? ¿Matones? ¿Vinieron por mí? —preguntó Liam exaltado.

Un lindo conejo salió de la verde oscuridad.

—Quieto —ordenó Theo —. Huelen el miedo.

Liam se rió levemente y se bajó de Theo.

—Lo siento —sonrió Liam —. Estoy un poco nervioso.

—Sería mejor evitar a los rufianes y matones.

—Sí —Liam rió nerviosamente —. Probablemente sería lo mejor.

Un pequeño momento incómodo surgió.

—¿Tienes hambre? —cuestionó Theo con las manos en la cintura —. Conozco un buen lugar para comer.

—¿Dónde?

—No te preocupes —respondió Theo jalando el sartén de Liam para moverlo —. Lo sabrás cuando lo huelas.

¡Creí que esto era más largo!

Lo siento.

Estoy pensando en los demás personajes, no sé a quienes poner. Ayúdenme. Tengo pensado a Stiles o Scott como Maximus, pero no estoy segura.

Cualquier error que noten me lo comentan para corregirlo, por favor.