𝗠𝗦|| No importa lo que pase, tu eres mi única prioridad
𝗟𝗲𝗲 𝗛𝗲𝗲𝘀𝗲𝘂𝗻𝗴 ( 💫)
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Wonyoung y Heeseung tuvieron una relación de universidad que termino mal, por lo que ambos decidieron no...
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Let me be your priority.
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— Madre, ya te dije que estoy bien. No necesito un guardaespaldas — dijo la chica mientras se cruzaba de brazos.
— Claro que no, has recibido amenazas de muerte y ayer casi te matan. No voy a ganarme un susto por tus caprichos.
— Esta bien, acepto. ¿A quien?
— El chico que te salvo ayer estudio en la academia de policia, fue guarda de un centro comercial y también custodio a Jake, el nieto del presidente.
— Quiero conocerlo.
— Claro, en seguida vuelvo.
A penas su madre salió de aquella habitación la chica golpeo al almohada , sabía que un guardaespaldas era la excusa perfecta de sus padres para manejarla a su antojo.
— Pasa joven.
Al escuchar la voz de su madre se acomodo un poco, esbozó una sonrisa en su cara que desapareció al instante de ver a su nuevo guardaespaldas. La rabia recorrió su cuerpo y sintió ganas de gritarle a su madre, pero no iba hacerlo.
— Hee..seung. — dijo en un susurro.
— Mucho gusto señorita Jang, mi nombre es Lee Heeseung.
— El es el chico que te salvo, tiene experiencia, además es guapo — dijo su madre en un susurro para nada discreto.
— Mucho gusto Lee, mamá,¿podrías dejarnos a solas? Quiero hablar unas cosas con el.
— Claro que si.
La mayor salió de la habitación y la chica dirigió una mirada matadora al más alto, el cual mantuvo un semblante serio y que demostraba confianza.
— Ya deja de actuar así, mi madre no está aquí.
— Pero está usted.
— No me hables así Heeseung, nos conocemos desde hace mucho.
— Pero eso era diferente, debo acoplarme a mi trabajo.
La joven soplo un mechón de su cabello y se levantó de la cama, era molesto hablar con Heeseung de esa forma.
— ¿Por que me salvaste?
— Porque estaba en peligro.
— Solo voy aceptarte como mi guardaespaldas porque así lo quiso mi madre, no creas que voy a darte otra oportunidad.
La chica dio la vuelta para dirigirse a su cama pero algo la detuvo, las manos de Heeseung se encontraban en sus hombros.
— No quiero otra oportunidad, solo necesito el empleo. No te creas tan importante, Jang.
Vaya, un golpe bajo.
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Narra Wonyoung.
Llegue a mi empresa después de estar desaparecida por dos días, necesitaba más días de recuperación pero no me gustaba desperdiciar tiempo preciado. La idea de Heeseung no me gustaba para nada y menos con las palabras que dijo en el hospital.
— Wonyoung!
Escuche una voz llamarme y supe inmediatamente de quien era, Jake, mi mejor amigo venía corriendo hacía mi con algo en sus manos.
— Hola Jakey, ¿como estás?
— Estoy bien por que te estoy viendo — dijo con una sonrisa que logro sacar un sonrojo en mi — esto es para ti.
Tome la caja de color blanco, cuando al abría habían unos hermosos tacones plateados que había deseado desde hace mucho.
– Ah, muchas gracias Jakey — dijo con una sonrisa.
– De nada. Oye, ¿Tu eres Heeseung? Si eres, Wony el es un increíble guardaespaldas. Una vez me salvo de unos secuestradores, a pesar de tener dos balazos en sus piernas.
Observe a Heeseung quien mantenía su semblante serio, no pensaba que aquel chico alegre y que estaba estudiando para ser productor terminara siendo un guardaespaldas.
— Vaya, el Heeseung que yo conocí era diferente — dije mirando al suelo.
– Uste-
La pregunta de Jake fue interrumpida por el sonido de una bala, iba a agacharme pero los fuertes brazos de Heeseung me rodearon, cuando abrí los ojos estábamos en una tienda.
— Quédese aquí — dijo con su oscura voz.
El salió de la tienda con su pistola y yo solo me quede allí hasta que empece a escuchar silencio. Eso me asusto, así que decidí salir de mi escondite. Había rastros de sangre pero nada más, de pronto sentí una mano en mi boca y sentí como mi alma salió del corazón.
— Le dije que se quedara allí — dijo Heeseung algo molesto, para después soltarse de mi.
Voltee a verlo y mi preocupación se hizo evidente al ver como su camisa blanca se volvía roja.
— Heeseung, ¡estas sangrando! ¡Tenemos que ir al hospital!
— Primero: usted debe de estar a salvo — hablo con tanta seguridad que parecía estar acostumbrado a esos golpes.
— Yo estoy bien, vamos al hospital — dije.
— No.
— ¿como que no?
— Señorita Jang, usted es mi prioridad.
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