Nolan estaba atado de manos y pies, sentado sobre una bomba de tiempo, rompí la ventana con mis poderosos puños, al llegar junto a él, el tiempo en el reloj término y justo en ese momento se activó la alarma, con un sonido que retumbaba mis oídos, desperté de esa horrible pesadilla, un sueño raro tal vez por la preocupación que sentía por Nolan, de camino al trabajo no podía dejar de pensar en ese sueño, el semáforo cambio cuando estaba a media calle, el ruido estrepitoso del arrancón de un coche y su claxon a todo lo que daba interrumpió mis pensamientos.
—A ver si te apuras!!! , No estás en tu pueblo!!!
El grito de aquel hombre me volvió a la realidad, pero de igual manera me amargo mi día, ya no estaba mi superman para salvarme la vida, ahora me encontraba sola, pude ver que era un carro deportivo de color azul plateado, un auto muy caro para un conductor se ve que no tenía nada de educación.
Al llegar al trabajo note que en el estacionamiento estaba ese automóvil, que pequeño es el mundo, no era común ver este tipo de automóvil y de ese color en esta ciudad, por lo que deduje que era la misma persona.
—Buenos días Jenny
Mientras daba los buenos días mi mirada buscaba a ese mal educado y poco paciente.
—Buenos días Garcia, ¿se te pegaron las sabanas hoy?, el contador está en su oficina, hace un buen que llego.
No sé si Jenny tenía una fiesta o era yo la desarreglada pero no quise entretenerme con la charla, tenía pendientes con el contador y no quería que él se molestara por mi retraso de hoy. De repente salió de la oficina de kike un hombre apuesto, vestía un traje de color negro, tenía unos lentes que le daban un toque a su rostro, su cabello ondulado pero bien peinado, un reloj de marca en la muñeca y su piel pareciera que ni el sol le daba.
—Geny, me traes una taza de café
Su voz aunque ahora menos tosca, pero era la misma voz del conductor de ese auto que por poco me arrolla.
—Sí, enseguida señor
—No, ya te dije, no me gusta eso de señor, soy Mauricio
Se ve a leguas que era una persona engreída poco educada, ¿pero que hacia aquí?, se me quedo mirando de arriba-abajo, como si fuera una vaca que quiere comprar.
—¿Cómo te llamas ternura?
Me pregunto mi nombre con un tono de casanova
—Soy la chica que hace poco pasaste a arrollar en la carretera
Se me quedo mirándome como sorprendido por no caer a sus pies, no esperaba un reclamo y mucho menos un desprecio.
—¿No sabes quién soy?
—No lo sé y no me interesa
Tome los documentos de mi escritorio y sin pensarlo me dirigí al despacho del contador, al llegar toque la puerta y entre.
—Buenos días Contador le traje los pormenores de la semana
—Gracias señorita Garcia
De repente la puerta se abrió y entro ese sujeto,
—Te tengo dicho que debes de golpear la puerta antes de entrar, ¿Qué quieres? Estoy muy ocupado.
Las palabras del contador parecían no intimidar a Mauricio
—Necesito que me des dinero
La actitud de Mauricio era desafiante, como una disputa de poder entre dos adversarios.
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LIBERTAD ES MI NOMBRE
SpiritualEsta historia nos demuestra el maltrato al cual estamos expuestos por conseguir nuestra libertad. No solo hablo del maltrato físico, también del maltrato que no deja huella en la piel, pero sí en el alma: el maltrato moral, psicológico y emocional...