Decisiones

590 18 3
                                    

Después de las vacaciones en Italia regresamos Lamine, Sheila, Marta y yo directas a la mansión del barça para reunirnos y aclarar los asuntos pendientes.

- Tengo todos los papeles - sentenció Marc poniéndolos en la mesa central del salón.

- Yo tengo las denuncias - añadió Héctor serio también colocándolas.

- No tenéis que hacerlo si no queréis - repetí ya que no quería que su futuro estuviera en peligro pero todos negaron al instante.

- Vamos a terminar lo que Diego quiso empezar - exclamó Gavi decidido a lo que me sorprendí un poco al ver su determinación pero no protesté. Con todo listo, nos dirigimos al tribunal.

Los chicos simplemente estaban de testigos aunque podían aportar algo cuando se les diera la palabra. Como no era la denunciante, nos limitamos a sentarnos cuando el que lo era se colocó en el centro de la sala.

- Hoy estoy aquí para anunciar una agresión por parte de Silvia Fort - tuve que contenerme para no tirar la mesa y gritar. ¿Había denunciado la ostia que le metí por seguirme antes de que ocurriera? - No he traído testigos ya que no lo vi necesario, pero quiero llegar al fondo de esto - sentenció simplemente (no tenía testigos porque su hermano estaba conmigo) - Señoría - con las manos detrás de la espalda bajo la cabeza a modo de gesto de respeto y se sentó. Cuando me incitaron a hablar traté de que no me temblaran las manos y me dirigí al postrado.

- Señoría - empecé con el gesto que Diego hizo segundos atrás. La mirada de mi hermano me transmitía seguridad - estoy aquí para defenderme a pesar de que no tuve las agallas para denunciar.

- Cuando quieras - el juez se cruzo de brazos y me miró con atención. Diego se levantó.

- ¿Y a mí no me dijo de hablar? - su abogado se rascó el puente de la nariz y me tensé.

- No le des importancia - rebatió simplemente el supremo mirándome y carraspeé.

- Su familia siempre han sido unos negociantes demasiado implicados y en una ocasión con la mía trataron de pasarse - respiré - pero no lo lograron - el juez asintió - desde esas circunstancias Diego siempre se ha comportado de manera irrespetuosa conmigo, ya sea en el instituto o este último mes, siguiéndome - vi cómo murmuraba por lo bajo pero lo ignoré - quebrantó la orden de alejamiento en la que colaboró para que se llevara a cabo su propio hermano durante mi estancia en Italia, cosa que también es un delito - todas las miradas se dirigieron a Marc por unos segundos y asintió con seguridad sonriéndome con la mirada. Cuando terminé me senté y desde su asiento detrás de mí Lamine me abrazó brevemente. El juez habló.

- No necesito mas información - sentenció tranquilo - la señorita Fort no ha tenido ningún antecedente durante sus 16 años de vida, sus acompañantes ya han hablado. Y el señor Diego es mayor de edad por lo que también puede considerarse un caso de acoso hacia una menor - iba a levantarse pero lo esposaron - su familia sin Marc y usted van a tener que pagar una buena multa por fraudes. Ya se lo pueden llevar de aquí - dejé de respirar. Lo estaban encarcelando - Silvia Fort gana el caso - todos comenzamos a saltar y vi como el supremo sonreía levemente. Cuando me abracé con Lamine noté cómo se destensaba.

- Te lo dije que lo conseguirías, amor - asentí con la cara sobre su cuello y rato después salimos para hacer las maletas con una felicidad desbordante y dirigirnos a nuestro siguiente destino, ahora sin problemas de por medio: el partido.

 𝐯𝐢𝐬𝐭𝐚𝐬: lamine yamal  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora