Capítulo 6

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Me dirigía a mi habitación cuando escucho unos gemidos salir del cuarto de Elías. La puerta estaba entreabierta por lo que echo una pequeña miradita, esa voz ronca y potente de él a la hora de tener sexo era inconfundible.

-Oh, sí...sigue así...

La voz de él salía a relucir, no tenía por qué estar escuchando eso, pero quería saber quién era. Lentamente y con precaución, sin hacer ningún ruido abro un poco más la puerta...y lo vi. Elías estaba de pie, sin ropa, en medio de la habitación y en la alfombra blanda debajo de él una mujer en cuclillas sin ropa se la chupaba. La mujer era pelinegra y de pelo largo, sus senos eran grandes y exuberantes. Tenía los ojos vendados, a saber, por qué no me fui de ahí, solamente los miraba. Él movía su cadera adelante y atrás para poner su pene dentro y fuera de la boca de esa mujer, clavaba cada centímetro de ese delicioso pene en su boca con cada nuevo empujón. Mis oídos captaban solo dos sonidos: los hermosos susurros de placer de Elías y el sonido húmedo que se producía cada vez que el pene entraba y salía de la boca de la mujer. Mi mente imaginaba ese pene nuevamente en mi boca...sus venas. No podía quedarme ahí, pero quería verlo cuando se corriera.

Sacó el pene de la boca de la mujer y la tumbó de espaldas, le abrió las piernas y besó su coño. Las manos de Elías llegaron hasta la vagina de la mujer mientras el mordía sus muslos.

- ¡Oh, plis-ella le suplicaba- hazlo ya!

-Hacer qué? - susurró.

-Mete tu verga en mi coño-murmuro ella.

Elías ignoró lo que ella decía y besó su vagina, succionándola lentamente, apretó sus labios contra los labios de su clítoris y masajeaba su apertura con la boca.

-Si...-gritó ella mientras doblaba su espalda y agarraba sus tetas con sus dos manos.

Mi necesidad de ser esa mujer y sentir lo mismo que ella, era espeluznante. La necesidad de tener esos labios en mi entrepierna me traicionaba, despacio metí mi mano bajo el vestido y comencé a tocarme suavemente. Con un rápido movimiento deslicé mis dedos en mi interior y éstos se mojaron al instante. Miraba a Elías que seguía trabajando intensamente en la vagina de esa mujer mientras ella convulsionaba en el suelo azotada por el potente orgasmo que la acarreaba. Puse más empeño en mí, la sensación era maravillosa...casi suelto un gemido en voz alta, pero lo frené e intenté guardar silencio. Cuando Elías se pone de rodillas para penetrar a esa mujer, sus ojos se topan con los míos... él sonrió y empezó a mover su mano sobre su pene, el cual se había puesto duro y largo. Decidí abrir mis piernas para regalarle unas buenas vistas para que se inspirara más y me seguí masturbando...la sensación que se originaba en mí era agradable e hizo que mis pezones se endurecieran y cuando él la penetró con un fuerte empujón sentí que mis piernas se aflojaban, así que me puso de rodillas en el pasillo mientras observaba a esos dos follar. Excitada como estaba seguí masajeando mi cuerpo mojado, haciéndolo con aun más fuerza. Mis dedos fueron apretando el ritmo y abriéndose camino entre mis labios vaginales para encontrarse con mi clítoris, cuando toque y sentí la pequeña vulva imaginé que no eran mis manos sino las de Elías, no sé cómo se vería mi cara en ese momento, pero no debería de ser del todo bien porque cuando levanté la vista de la zona en que me tocaba ,estaba él mirándome con una cara de malicia y deseo, y no era porque se estaba follando enfrente de mi a esa sino porque disfruta lo que estaba viendo ,esto hizo que me mojara más y tuve que ahogar un grito cuando inconscientemente empecé a frotarme con más fuerza y a mirar hacia arriba pidiéndole a Dios que acabará pronto. A su vez Elías aumentaba su velocidad con la muchacha, una y otra vez la embestía mientras yo me tocaba hasta que por fin ...terminamos juntos, por independiente, pero a la vez y cuando lo hicimos nos miramos jadeando y sudando a través de esa puerta y al momento supe que quería estar en el lugar de ella.

Cuando por fin recuperé el aliento me fui de ahí directo a mi habitación y entré a darme una ducha para bajar la calentura. Me acuesto un rato en la cama para ver el horario que teníamos que seguir para poder disfrutar nuestras vacaciones en la isla, pero mi mente solo quería rememorar ese instante en el cual ambos nos vinimos a la vez.

-Hanna, puedo entrar? - siento la voz de Lucas y me levanto para abrirle la puerta.

-Qué sucede? -lo veo con ropa deportiva y ya mi cuerpo se sentía cansado- no me dirás que vamos a correr cierto?

-Vamos a escalar la montaña- lo miro con cara de pocos amigos y sonríe - vístete corazoncito de melocotón.

-Jodete- le tiro la puerta en la cara y me preparo para morirme subiendo una montaña- ellos no se darán cuenta que hay días que soy alérgica al ejercicio. Este cuerpo no es por ejercicio. - al salir de la villa donde nos hospedamos me andaban esperando los chicos- en serio vamos a subir la montaña?

-A escalar por las piedras, no subir- habla Elías con su tono habitual de burla como si no hubiese sucedido nada hace cuestión de minutos- Vámonos solos chicos, dudo que esta cosita pueda seguirnos el paso-Suspiro y comienzo a caminar hacia donde creo que es- al otro lado brújula en mal estado.

Bajo la cabeza con un poco de pena, pero al pasar por su lado le doy un pellizco en el brazo para seguir el camino riendo debido a su débil quejido. Si les soy sincera me moría por sentarme en el suelo y no caminar más, pero debía darle en la cabeza a Elías y demostrarle que yo sí podía seguirles el paso. Tomamos dirección al Monte Olimpo (sí, se llama así) y caminamos como una hora hasta llegar a donde debíamos acampar (cosa que no me dijeron antes porque no traje casa de campaña), preparamos las cosas y fuimos a escalar una montaña que había cerca. Casi caí dos veces, la montaña tenía partes demasiado resbalosas para mi gusto. Debo confesar que me entrenaron para esto, pero era pésima. Me alejo de ellos y vuelvo al lugar de acampada para respirar tranquila sin pensar en morirme por culpa de una montaña y me pongo a jugar con una oruga que había al lado de donde me senté. Veo que los chicos vienen sin camisa y todos sudados como unos putos dioses (ahora sí sé por qué le pusieron el Monte Olimpo, te hace ver dioses), se sientan al frente de mí y me miran serios.

-No hice nada- es lo primero que digo y todos se echan a reír - ahora qué?

-Así pareces más culpable caramelito- me dice Alessandro entre risas.

-Solo queríamos saber qué haremos mañana- los miro y sonrío yo ahora- esa sonrisa es bella, pero me dice que no confíe en ti.

-Para mañana tenemos visita al Monasterio de Kykkos para que se confiesen de todos sus pecados- ellos se ríen al igual que yo- iremos al Aphrodite Waterpark y tal vez a algún que otro cementerio... Todo depende de cómo se porten en el viaje.

-Si nos portamos bien- Elías me mira con una sonrisa descarada- qué ganaremos?

-Tú nada, ellos lo que quieran -respondo sin más y le sonrío.

-Yo qué tú cambias de opinión cosita pues hoy duermes conmigo -mi cara obviamente es de pura sorpresa pues hasta yo sentí como el color se desaparecía de ella- asustada?

-Por ti? - me recompongo rápido - solo en tus sueños.

-En mis sueños estás desnuda y tocándote para mí - me saca en cara lo que pasó hace unas horas en la Villa.

-En mis sueños tú no existes- al decir eso su cara se vuelve sombría y realmente no sé si gané o me busqué algún castigo, en ambos casos gano igual.








Al fin logro subir el otro capítulo, espero que les guste.

Por favor debido a todo lo que está pasando en la aplicación les repetiré lo que he dicho en otras ocasiones:

🚨🚨El libro contiene escenas subidas de tono, tanto en el sexo como momentos de torturas.🚨🚨

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⏰ Última actualización: Jul 23 ⏰

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Todo se queda en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora