capítulo 3

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Nada más entrar lo ví, Jake estaba aquí, maldita sea. Ese chico irresistiblemente sexy y grosero ufff; ¿acaso no le habían  enseñado modales o qué ?. De repente se acercó a mi y a Jess, y me miró de arriba a abajo más de lo debido.
-Hey nena, ¿qué haces tú  por aquí niña peleona? -dijo Jake.
-No soy tu nena imbécil, ¿ y qué haces tu aquí? -dijo Kate enfadada.
-¿No lo ves?, me han invitado guapa. Y acto seguido me guiñó un ojo.
-¡¡Aggg!!, ¡eres repulsivo!. -exclamó Kate enfadada.
-Pero te pongo a cien nena, ¡admítelo!.
-Eso no es verdad- dijo Kate nerviosa.
-Lo es preciosa, lo noto, tu cuerpo. .... me lo dice, te has puesto roja, tienes la respiración agitada y una mirada desesperada. Admítelo, me deseas.-dijo él.
- No.... ¡mientes!- exclamó Kate.
Jake se acercó a ella y se la llevó escaleras arriba, mientras esta le chilaba a su amiga que enseguida volvían. Nada más entrar en una de las habitaciones, él la empujó contra la pared, mientras cogía sus manos y las sujetaba en alto.
Jake empezó dándole un casto beso en los labios y fue dejando un rastro de besos húmedos por todo su cuello, su nuca, su espalda. .. mientras ella se retorcía de placer por la intensidad de esas sensaciones.
Luego pasó a sus labios, los fue acariciando con los suyos, y dándole pequeños mordiscos a su labio inferior. Seguidamente, le ordenó que se situará delante de él y empezó a desnudarla; se deshizo de su vestido y sus zapatos y se quedó contemplando su precioso cuerpo, sus pechos más bien normales de tamaño, pero firmes y redondos , sus preciosas curvas y su pálida piel. Simplemente Kate era digna de observar.
Cuando ella consiguió desnudarlo, se lamió los labios ansiosa por el chico guapo, tatuado y con un cuerpo muy bien definido y musculoso, que tenía delante.
Jake la empujó a la cama y besó cada milímetro de su cuerpo de forma constante pero sin prisa. Le quitó el sujetador y empezó a jugar con sus pechos, los tocó, los masajeó y le dió suaves tirones a sus pezones, mientras ella gemia de placer.....
Entonces a Jake le vino un pensamiento a la cabeza y de repente se alejó de ella.
-¿Qué pasa? ¿he echo algo mal?-dijo Kate alarmada.
-No.... soy yo, lo siento, no puedo. Ella no tenía ni idea de mis gustos sexuales, es cierto que tenía  mucho más carácter que las otras...., pero esta chica irritable me estaba empezando a gustar y no quería hacerle daño. ..... yo simplemente no le convenía.
Me vestí rápidamente y no fui ni siquiera capaz de mirarla a la cara, me fui corriendo y la dejé  ahí, sola....

Continuará. .....

Nuestra perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora