Capítulo 12

3K 75 6
                                    

Narra Kate:
Tras oír a Jake pronunciar esas palabras el rubor se apoderó  de mí.
-Esto... no era mi intención...
-Ni una palabra, quiero que subas arriba, te quedes en ropa interior y te pongas en la posición  que tú  ya sabes. ¡Ahora!
Estaba temblando por su tono autoritario pero a la vez me sentía excitada por saber que me haría.  Obedeciendo lo que me había  ordenado me despoje  de mi ropa y me puse de rodillas con la cabeza cabizbaja.
Tras largos minutos de espera oí  unos pasos tras de mí y, mis nervios no hicieron más  que aumentar.
-Buena chica, veo que me has hecho caso, pero eso no te librará  de tu castigo por ser una chica entrometida cariño - dijo susurrandome al oído. 
Vi que se dirigía  a la cómoda  y sacaba unos juguetes de ahí. Él,  al verme observarlo me dijo que no me había  dado permiso para mirarle y, que bajará la vista al suelo.
Tras unos minutos se colocó  detrás  de mí  y me puso una venda en los ojos. Después  empezó  a hacerme caricias por   el cuello y a dejar un pequeño rastro de besos, a la vez que me sacaba los pechos fuera del sujetador y me pellizcaba los pezones.
Oh dios... se sentía  tan jodidamente  bien, que sólo  deseaba que me acariciase .
-Bien, puesto que has sido una niña muy mala no mereces que te dejé correrte, eso no quita que te lleve hasta el límite  todas las veces que yo desee, así  aprenderás  a portarte bien, ¿no crees? - me dijo pegándome un tirón del pelo.
-Sí, amo ...
-Bien preciosa.
Deslizó  su mano por mi vientre, bajando por el interior de mis muslos y llegando a mi zona más  íntima. Empezó  acariciando mi clítoris y siguió  frotándolo durante un rato. De mi boca no salían  más  que gemidos. Acto seguido me fue introduciendo  sus dedos, hasta llegar a meterme tres. Mientras me iba metiendo los dedos  me mordia  el lóbulo  de la oreja y me chupeteaba el cuello. Estaba apunto de correrme cuándo  el muy condenado paró.
-Bien nena, ahora que estás  muuy  caliente y tu sangre está toda concentrada  en tu coñito, te proporcionare  tu castigo.
Me  ató  las manos a cada lado de la cama, mientras yo, estando de pie, dejaba todo mi culo expuesto, a su merced.
-Tienes un culo precioso y respingon - dijjo sobándolo. Pero estará  más  precioso con unos buenos azotes.
Tras unos minutos de espera, noté  como mi nalga derecha era agitada violentamente, pero antes de que me diera tiempo a absorber el picor del azote, me propinó  otro en la otra nalga. Siguió  así  durante un rato más.  Mi excitación  iba aumentando con cada nalgada. Sus manos sobando y azotando mi culo, dios... era muy excitante.
-Muy bien, eres toda  una campeona, te he dado veinte azotes por tu mala conducta, pero creo que podrás aguantar unos pocos más,  ¿no crees?.
-Si señor.
-Buena chica - dijo sonriendo. Quiero que esta vez cuentes los azotes, ¿entendido? .
-Si , amo... ¡uno! ¡dos!.... ¡doce! ¡trece!.... Dios me picaba ya el culo, no sabía  si podría aguantar mucho más. ..
Llegó  el último  pillándome desprevenida y haciéndome gemir  de la sorpresa. Al instante sentí  un líquido  correr por mis piernas. Mierda... me había  corrido sin su consentimiento...
-oh, te has  corrido sin que yo te lo ordenara, muy mal... ¿qué  voy a hacer contigo señorita?

Continuará. ..

Nuestra perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora