VII

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Rivers volvió a casa con una gran noticia y una sonrisa en la cara

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Rivers volvió a casa con una gran noticia y una sonrisa en la cara.

En una de sus manos sostenía una caja con un peluche de gato dentro un peluche más para la colección de Ari. En otra, una bolsa con una tarta de fresa. No un trozo, ¡la tarta entera!

Sonrió al meter la llave en la puerta del apartamento; ya podía ver la cara sonriente de Ari y sintió que todos los dolores de cabeza y las ojeras que le había dado su trabajo estos tres meses ya habían merecido la pena. Bueno, no iba a pasar otro mes allí, pero el pago era lo suficientemente dulce como para no arrepentirse. Todo el mundo decía que el dinero no compraba la felicidad, pero Rivers no estaba de acuerdo cuando se trataba de hacer sonreír a sus seres queridos.

Mientras paseaba por el centro comercial para averiguar qué regalarle a su novia, pasó por delante de algunas joyerías y tomó una foto de unos anillos preciosos con su precio, calculando cuánto tardaría en alcanzar su objetivo.

Suspiró, subiendo a su piso. Dejando eso a un lado, tenía que empezar a pensar en cómo y dónde le pediría matrimonio a Ari. ¿En un restaurante elegante, escondiendo el anillo en una tarta? Como broma extrema, saltando desde algún sitio y cayendo sobre un colchón de aire con un cartel gigante que dijera ¿Quieres casarte conmigo? ¿En la playa, sentada frente a las olas, viendo la puesta de sol? ¿Atropellarse a propósito y abrir la boca con un anillo en ella? Parecía haber tantas opciones como escalones subía. Lo único que estaba claro, concluyó al llegar a la puerta de su vivienda, es que tenía que ser perfecta.

Nada más entrar oyó un ruido en la cocina. Tras dejar las cosas sobre la mesa, fue directamente allí.

Antes de que pudiera abrazarla por la espalda, Jennie se dio la vuelta al notar su presencia, y aquella gran sonrisa engominada que Lisa imaginaba ya se reflejaba en su rostro, sin necesidad de mostrarle ninguno de los regalos. - ¡Lili!

Rivers rio, atrapándola en un abrazo mientras Ari corría a sus brazos.

—¿Qué haces aquí tan temprano?

—Rivis— A pesar de preguntarle, Ari la cortó con un beso en los labios. —Yo–otro.—Solo- y otro.— Qui-y otro más.

—¿Has terminado? — La menor rio, mirándola con ojos cariñosos, sin ocultar lo mucho que le gustaban los labios de Ari. —Nop.— Respondió la morena con descaro, y le robó un beso más a Rivers, jadeando ligeramente cuando la chica de pronto le puso la mano detrás del cuello y le presionó la cabeza, obligando a sus labios a permanecer juntos. Los labios de Rivers se movieron hambrientos, sacando ligeramente la lengua para lamer la boca de Ari, que dejó escapar un leve gemido.

Antes de que las cosas fueran a más, Rivers rompió el beso con una sonrisa arrogante.

—No empieces un juego que no puedes ganar, amor. Las dos sabemos que puedo devorarte a besos en un segundo.— Advirtió mientras le mordía el labio con un guiño juguetón.

𝙉𝙄𝙂𝙃𝙏𝙏𝙄𝙈𝙀 ★| ʀɪᴠᴀʀɪ ɢ!ᴘDonde viven las historias. Descúbrelo ahora