27. El Señor Draven

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Miedo

Soy fiel creyente que el miedo es una de las armas más letales que existen. Hay dos tipos de miedo: el miedo que nos paraliza y nos deja como una presa fácil sin la necesidad de batallar o la que nos da una fuerza sobre humana letal y capaz de acabar con el mundo si es que hace falta. Yo esperaba tener la segunda.

Mi miedo era tan grande que me impulsaba a hacer cosas de las cuales no tenía control y que de no tener suerte podría llevarme hasta la muerte, es gran parte era bueno ser impulsivo aunque muchos morían por esa misma razón.

Tu imprudencia puede llevarte a eso, no lo olvides.

Todo eso fue controlado por mi cabeza en el momento en el que Demom estaba de rodillas a mi soltandome de las manos para luego bajar a mis pies y soltarlas también quedando libre totalmente, después me lanzó una bolsa negra con varias cosas en ella y me apunto el baño en la esquina, sin intención de darme espacio se quedo a mi lado mirándome de manera intensa mientras jugaba con su arma.

—Tienes cinco minutos. —amenazo cuando pase a su lado—Espero y no hagas nada estúpido.

Rápidamente entre en el baño y le puse seguro  de inmediato, en el espejo pude ver como mi cuerpo entero se veía fatal, mis manos tenían morados en las muñecas y ni que decir de mis pies, estaban empezando a hincharse.

Tome la bolsa negra que me había dado y revise lo que había en ella : Una muda de ropa, ropa interior, cepillo de dientes y otras cosas de uso personal.

¿Ok?

No iba a preguntar, no iba a hacer nada, en este caso era mejor quedarme callada y arreglarme un poco. Tome una ducha la cual trate de hacer eterna ya que no quería salir de aquí, pero sabía que debía volver. Sabiendo que él no se había ido en ningún momento salí vestida con la nueva ropa que me dio y ahí estaba, en la misma esquina donde lo vi por última vez, al salir poso su mirada en mi y lentamente se fue a mis manos las cuales detallo más tiempo haciendo que se levantara y diera dos pasos hacia mi lo que también me hizo dar dos paso atrás haciendo que chocara de espaldas contra la puerta del baño.

El sujeto tomó con fuerza una de mis manos y la observó por unos segundos, yo intenté quitarme pero me fue inútil ya que el me ganaba en altura y fuerza.

Sin importarle mi dolor me hizo caminar a la fuerza una vez más hacia la cama y en un movimiento rápido me amarró los pies y cuando pensé que también lo haría con mis manos me equivoqué ya que no lo hizo pero me dejo claro una cosa.

—Te soltare las manos. —me dijo—Tomalo como una oportunidad porque donde hagas algo estúpido... — lo dejo en el aire.

Yo sabia lo que estaba diciendo y no pensaba llevarle la contaría.

—Lo tengo claro. —baje la cabeza

Demom me amenazó de mil maneras antes de volver a salir de la habitación dejándome sola una vez más.

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LIAM

Los minutos ya eran horas y las horas ahora eran días y seguíamos aun  sin poder  saber nada sobre Elena. Cada segundo que seguía, su transcurso era una apuñalada qué se incrustaba en lo más profundo de mi ser, pero no era suficiente tortura como para acabar con mi vida y eso estaba matándome cada vez más.

Yo no me he cansado de buscarla y no lo haría jamás, a pesar de que ahora todo el mundo se entero de lo sucedido y que estábamos con la ayuda de la policía y de más yo nunca me cansaría de buscarla por cada pequeño rincón del mundo si es que era necesario.

En todos estos días no habíamos recibido ni una sola llamada o mensaje en rescate a Elena, tampoco nos han pedido dinero, simplemente se la habían llevado y sin nada a cambio y era de esperar viniendo de Demom, él sabía que nos estaba torturando con no contactarnos y sabía que su plan era mucho más macabro del que pensábamos.

En cuanto a nosotros todo se había convertido en un completo desastre.

Sara estaba dispuesta a dar toda su fortuna solo por recuperar a su hija de las garras de ese demonio andante.

Yo no me cansaba de tocar puertas en ayuda a que nos ayudarán a encontrar a Elena, pero las búsquedas cada vez estaba siendo más tardadas ya que no había ni una pista de donde pudo estar Elena por última vez.

¿Y Sam?
Sam se revolcaba como un vill gusano en sal, el peso de conciencia estaba acabando con él y como era de esperarse de el ha estado ahogando su dolor en alcohol como siempre mientras su madre y yo buscamos ayuda desesperadamente. Sabíamos que Demom la tenía, eso era claro y obvio. Nuestros mejores abogados estaban haciendo su ardo trabajo por todas partes pero la realidad es que todo parecía lucir en que Demom era el menos sospechoso ante todo esto pero yo no me quede de brazos cruzados, una vez más y junto a Sara nos encaminamos hasta las oficinas del padre de Demom en busca de alguna respuesta milagrosa.

—Señor Draven, usted tiene que ayudarnos. —suplique

—Una vez más les digo que no yo puedo hacer nada para ayudarlos. —unió sus manos—Están acusando a mi hijo de un crimen que no saben si el lo cometió.

Sara perdió la poca paciencia que le quedaba.

—¡Es su hijo el que tiene a mi hija secuestrada así que  claro que tiene que ver con usted!

—¿Cómo esta segura usted de eso? ¿Tiene pruebas acaso? No verdad, no se ha puesto a pensar en que quizá su hija se fue por un ataque de rabia y quien sabe donde esta metida y viene aquí a acusar a mi hijo de algo que ni usted sabe si es verdad. —alzó la voz.

Era claro que lo estaba ayudando, él jamás delataria a su hijo, sabe que lo están buscando porque la demanda estaba puesta y ahora todo el mundo sabía de la noticia de la desaparición de Elena.

Sara volvió a hablar y esta vez con una seguridad en su voz.

—Toda la maldita prensa sabe de la desaparición de mi hija, solo bastaría una sola llamada para acabar con su hijo. —tomo un segundo—Solo le pido amablemente que me ayude a que me devuelvan a mi hija, ella no tiene nada que ver en todo esto que esta pasado, el problema no es con ella.

El suspiro cansado.

—Entiendo su punto señora Jons, créame que me gustaría ayudarle en algo pero no puedo. —soltó—Cada cabeza es un mundo y la realidad es que lo único que me une con mi hijo es la sangre de ahí lo que haga o deje de hacer no es mi problema. Pero ya acusarlo de secuestro eso ya es demasiado.

Yo intervene esta vez

—Ese maldito bastardo deb...—el me interrumpió.

—Y antes de que se les ocurre volver a amenazarme no olviden que yo les hice más de un favor en el pasado y que puedo usar eso en su contra así que por favor salgan de mi vista y aquí no vuelvan.

—Pero. —intentó hablar Sara, yo la tome del brazo y antes de que todo se pusiera peor nos saque del lugar.

¿Ahora que demonios íbamos a hacer?

Necesitaba moverme pero ya, esto no podía tomarnos más tiempo, Elena estaba en peligro y todo el mundo alrededor estaba cubriendo a Demom y por eso más que nada debía acelerar mis movimientos.

—La única posibilidad que teníamos se fue a la mierda Liam. —soltó con lágrimas—¿Qué vamos a hacer ahora?

De algo estaba seguro, yo estaba dispuesto a todo y no me cansaría de buscar la manera de recuperar a Elena, debia recuperarla, no podía perderla porque hacerlo era perderme a mi, ella era mi mundo, mi aire todo lo que necesitaba para sobrevivir en este asqueroso mundo lleno de maldad y prejuicios.

—Encontraré la manera de traer  a Elena de vuelta a casa. —tome sus manos—Lo prometo.

Sabía lo que tenia que hacer.....

Peligrosa Tentación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora