《☆》Traducciones al español a OS de contenido de Tumblr. (con algunas pequeñas modificaciones de mi parte)
《☆》Advertencia! contiene lenguaje vulgar y +18. Leer es bajo desicion propia, si no es de tu agrado, simplemente evita leer y dejar com...
choi san x female reader 《Warnings: morning sex, riding, reader takes on a more dominant role, San has a big dick, reader gets called baby and sweetheart, San gets "used" for the reader's pleasure and he likes it.》
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"Shhh, podríamos despertar a Mingi o Seonghwa". Susurraste. "Que se jodan", San se rió suavemente, continuando presionando suaves besos con cosquillas en tu cuello y mejillas. "¿A quién le importa si los despertamos?"
"Basta," te reíste, jadeando cuando la erección matutina de San presionó tu muslo. "Porque no quiero que te regañen".
"Vale la pena el regaño solo por ti", murmuró en tu cuello. "Eso es dulce, Sannie", tarareaste suavemente, deslizando tus manos en su cabello y tirando suavemente, haciendo gemir al hombre que se cernía sobre ti. "Ese soy yo", tarareó tu novio, besando tu mejilla mientras los volteaba a ambos para que estuvieras sentada encima de él. "Tu dulce y sexy novio".
"Yo jamas dije la palabra 'sexy', cariño" te reíste ante la burla hacia San, moviendo tus caderas sobre las suyas. Sus párpados se agitaron y agarró tus caderas con fuerza.
"¿Oh? ¿Entonces me estás molestando porque crees que no soy sexy?" Una de sus cejas se levanto, mostrando cierta molestia. "Yo tampoco dije eso", sonreiste, quitándote la camisa de dormir, que en realidad era solo una de las camisas de San, sobre tu cabeza, temblando cuando el aire fresco de la mañana golpeó tu piel desnuda. San sonrió, dejando que sus manos alisaran los costados de tu torso hasta tus senos, tocando tus pezones color marron. San siempre los compara con dos dulces avellanas. "Pero, para que conste", suspiraste soñadoramente mientras San golpeaba suavemente tu pezón. "Creo que eres muy sexy".
"¿Sí? Entonces, ¿qué vas a hacer al respecto?". San levantó una ceja desafiante, deslizándose una mano por tu cuerpo hasta tus bragas que con un simple movimiento las hizo a un lado, para asi pasar sus dedos por tus pliegues mojados.
"Yo..." giraste tus caderas hacia su mano, deslizando las tuyas por los definidos abdominales de San, sumergiendo los dedos en los valles entre cada uno. "Voy a montar tu polla grande, gorda y necesitada. ¿Si me dejas, por supuesto?
"¿Si te dejo?" San te repitió, con una risa en su voz mientras rodeaba tu clítoris con su indice, el cual poseia el anillo de su familia, solo con la vista de ese dedo grueso hizo que lubricaras más. "Bebé", dijo arrastrando las palabras, "te dejaré hacer lo que quieras conmigo". San pensó que te veías etérea así. La luz del sol de primera hora de la mañana entra en cascada a través de la ventana de su dormitorio para pintar su piel con un brillo cálido. Tus manos estaban plantadas en sus pectorales, tus pulgares acariciaban sus pezones mientras rebotabas encima de él, suaves y dulces gemidos caían de tus labios.
"Que se jodan, Sannie", suspiraste, apretando la polla de San mientras te sentabas completamente encima de él. Echaste la cabeza hacia atrás, con los párpados cerrados y los labios entreabiertos, soltando jadeos y pequeños gemidos de forma descarada. "Eres jodidamente bueno, me llenas tan bien".
"¿Sí?" San sonrió, moviendo sus caderas hacia ti. "Sí..." suspiraste de nuevo antes de reanudar tus lentos movimientos encima de él. Pasaste tus manos por el torso de San y tomaste una de sus manos, su pulgar lo humedeciste con tu propia saliva, para luego presionarlo contra uno de tus pezones, haciéndote gemir de placer. San gimió, él podría mirarte para siempre cuando estabas así, tan lleno de placer, bañado por la luz del sol y usando su polla, usándolo para hacerte sentir bien.
"Joder, eso es cariño", gimió. "Móntame... úsame". Levantaste una ceja cuando las palabras salieron de la boca de San, el hombre debajo de ti tuvo la decencia de mirarse sorprendido. Se estremeció cuando una pequeña sonrisa apareció en tu rostro. Echaste la cabeza hacia atrás, tus ojos se perdieron en el techo de la habitacion, despues miraste a tu ahora sonrojado novio. Colocaste tus manos a cada lado de su cabeza, estrategicamente tus pechos, con tus pezones erectos rozaban la barbilla de tu hombre. "Eso... es tan jodidamente sexy, Sannie. ¿Quieres que te use? ¿Utilizarte para mi placer?"
"Dios, sí... bebé, por favor". Te reíste de nuevo, inclinándote para capturar los labios de San en un beso asqueroso. Gimió en tu boca, deslizando su lengua contra la tuya. Él gimió de nuevo cuando te alejaste, parpadeando hacia ti con los ojos entrecerrados. Le sonreiste de nuevo, mordiéndote el labio. "Bueno, entonces", tu voz había adquirido un tono que hizo temblar a San. "Tu deseos son ordenes".
