《☆》Traducciones al español a OS de contenido de Tumblr. (con algunas pequeñas modificaciones de mi parte)
《☆》Advertencia! contiene lenguaje vulgar y +18. Leer es bajo desicion propia, si no es de tu agrado, simplemente evita leer y dejar com...
《Warnings: Very very very needy Mingi, wouldn't say exactly sub!mingi but kind of sub!mingi u know, good boi's just very desperate. consent lines are kind of blurred in this one so pls skip if it makes u uncomfortable, this was just written in like an hour with absolutely no thoughts or grammar-checking, head empty only filled with crying whiny men <3》
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-¿A qué hora dijo Yunho que volvería? -preguntaste por cuarta vez esa tarde.
-En una o dos horas -respondió Mingi con paciencia, como todas las otras veces que le preguntaste antes-. ¿Por qué me odias?
-Porque me sigues haciendo jugar a este juego aburrido.
-Eso es porque eres mala en eso.
-Eres literalmente peor que yo.
-Tal vez la modernidad estuvo equivocada desde el principio, tal vez a las mujeres realmente no se les debería permitir tener opiniones.
-Es un hecho, no una opinión. Tal vez ustedes los hombres deberían seguir en aviones siendo enviados a la guerra y dejarnos en paz.
-Bien. ¿Quieres jugar a otra cosa, princesa?
-Juguemos a Overcooked -chillaste.
Mingi ni siquiera gimió esta vez cuando mencionaste el juego con el que tú y Seonghwa estaban obsesionados últimamente, simplemente regresó a la pantalla de inicio en la Playstation de Yunho y buscó el ícono colorido. Sabía que no había forma de discutir contigo.
Mientras el juego se cargaba, Mingi te entregó el control principal y se puso de pie, arreglando su camisa que se había arrugado y estirando su espalda, -Prepara todo, voy a buscar algunos bocadillos.
Felizmente hiciste lo que te dijeron, conduciendo tu pequeño camión animado hacia el nivel en el que habías fallado la última vez y jugando con tu teléfono para esperar a tu amigo, al menos hasta que tu visión fue bloqueada por dicho amigo empujando una bolsa de plástico roja frente a tu cara.
-¿Qué es eso?- preguntaste, ya metiendo la mano en la bolsa y recogiendo uno de los dulces suaves que había dentro.
Mingi simplemente se encogió de hombros, ya masticando una de las gelatinas, -No sé, las encontré en la cocina. Pero son bastante buenos.
Confiaste en sus palabras, metiste el caramelo en tu boca y esperaste a que los sabores hicieran efecto, y, demonios, deseabas no haberlo hecho. -Oh, Dios mío, esto es repugnante- Tu rostro se contrae con disgusto.
