Capítulo 7: Yo También

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Wonwoo escupió la pasta de los fideos instantáneos de vuelta en el bote. Tenía la nevera vacía y esto era lo único que había podido conseguir a la hora que era. Tenía que haber ido a comprar el otro día, al menos fruta, agua, té y algo de carne que era lo que normalmente comía, pero no quería tener que ver a gente y pasar nuevamente por su pésame, así que estaba retrasando el día de la compra a más no poder.

Había llegado al límite. En su nevera sólo había una botella de agua y un yogur caducado. Wonwoo dejó el plato encima de la mesa y se rascó la nuca. Se levantó hacia el fregadero y tiró el caldo de los fideos antes de moverse a la basura y echar el restante sólido, luego lo fregó y lo colocó sobre un trapo en la encimera para que se secara. Se apoyó y miró la cocina.

Sabía que estaba retrasando lo inevitable. No podía mantener esta casa, la casa de su familia ahora vacía con un trabajo de camarero de cafetería. Tampoco quería mudarse solo a la casa en la que su madre había muerto y menos dormir ahí. Siempre estaba la opción de venderla, pero esa idea le hacía querer vomitar. Era la casa de su familia, la de su padre y madre. Era estúpido pagar otro mes de alquiler aquí. Mañana tendría que armarse de valor y avisar al casero de que dejaría la casa, empaquetar y... Wonwoo pasó una mano por su cabello.

Se lavó los dientes en el baño y tiró de la cadera del váter después de usarlo. Mientras se metía en la cama, alguien llamó a la puerta.

Wonwoo se quedó inmóvil, no podía ser otra persona más que Minghao, Jun o Gyumin, los tres habían estado vigilándolo desde que Mingyu se había ido y eso le había obligado a Wonwoo a poner su máscara de alegría falsa, sobretodo después del funeral y sentirse como una mierda con las palabras de Mingyu.

Todo lo que había hecho había sido molestar al mestizo. ¿En qué había ayudado? Wonwoo era la razón por la que Mingyu estaba dónde estaba y sabía que pensar en eso sólo lo llevaría al mismo bucle.

Sabía que había sido su decisión contarle a Minghao lo de Mingyu, que también había sido su decisión bajar al sótano y a la celda y convencer a Mingyu de que fuera con Joshua. Ahora, Wonwoo tenía que lidiar con todas esas consecuencias y con los pensamientos de su lobo que después de despertarse junto a él, había empezado a volverse inestable.

Normalmente, su lobo se escondía. El rechazo de su pareja había sido demasiado para él y pasaba todo el tiempo dormido, eso había hecho que Wonwoo pudiera sobrellevar mejor el abandono de Mingyu a excepción de la marca, pero ahora, el lobo había probado lo que era dormir con su pareja, lo que era escuchar el sonido de su voz, que simplemente… lo mirara. Eso era todo lo que Wonwoo necesitaba, que Mingyu se diera cuenta de que él existía. Nada más.

Se levantó de la cama, porque ignorar a alguno de esos tres lobos sólo haría que tu teléfono ardiera.

—Ya voy.

Fue descalzo y abrió la puerta. De inmediato, Wonwoo la cerró con los ojos bien abiertos.

—¿Qué…?

—¿Wonwoo? —Era él.

—¿Qué haces aquí? No tendrías que estar aquí. ¿Te has escapado?

—¿Puedes abrir la puerta?

—No. Dijiste que no querías tenerme cerca, así que esto…

—Sé lo que ha pasado con tu madre.

Wonwoo se quedó mudo.

—¿Quién…?

—Llamé a Minghao, seguías sin tomar mis llamadas.

—Pensé que tampoco querrías hablar conmigo.

—¿Me abres?

Wonwoo dudó con la mano en la manivela.

MESTIZO  ▪︎『MINWON|MEANIE』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora