Capítulo 12: Chan

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Wonwoo despertó abrumado por el calor. Intentó apartarse de él pero alguien hizo un ruido en su oído y lo apretó con más fuerza. Wonwoo abrió los ojos entonces para toparse con una melena negra y revuelta y con el rostro dormido y relajado de Mingyu. La cama en la que estaban era gigante, Mingyu se había encargado de eso cuando fueron a la tienda. Wonwoo no estaba seguro de comprarla, era demasiado cara pero Mingyu había insistido en que el dinero de él también era de Wonwoo y después de tres horas paseando por la tienda terminó aceptando la maldita cama.

Los días anteriores habían dormido cada uno en una esquina, pero ahora estaban apilados, uno encima del otro, piernas enredadas y abrazos de oso que Wonwoo no quería dejar. Consiguió sacar la mano de entre sus cuerpos apretados, apartando el cabello, Wonwoo descubrió su marca y se sintió más que orgulloso de verla.

Por fin podía decir que Mingyu era suyo. Suyo. De él.

—¿Por qué ronroneas? —preguntó Mingyu con la voz pesada y los ojos cerrados.

Wonwoo no se dio cuenta de que estaba haciendo ese sonido.

—Te miro.

—Mmm... —Mingyu movió sus piernas—¿Me miras?

—Ajá.

—Espero no tener baba colgando —Mingyu abrió los ojos y Wonwoo sintió la necesidad imperiosa de esconderse bajo unas sábanas inexistentes. Se removió— ¿A dónde piensas ir?

—¿Baño?

Sí. Ese sería un buen sitio en el que arreglar su pelo y rostro, o en el que esconderse.

—Podemos dormir un poco más.

Wonwoo sintió en su cadera lo que era "dormir" para Mingyu. El gran lobo se estiró todo lo largo que era en la cama y bostezó.

—Necesito ir. De verdad.

—Te acompaño.

—No me puedes acompañar al baño.

—¿No? ¿Por qué no?

—Porque no puedes.

Mingyu se quejó, pero no lo dejó salir. Envolvió los brazos alrededor de la cintura de Wonwoo y apoyó la cabeza en su torso.

—Mingyu...

—¿Cinco minutos?

—¿Cinc...? ¿Me estás tocando el culo?

—Estoy comprobando la sensibilidad.

Wonwoo quiso reírse, tuvo que contenerse, ya que no confiaba en que esa risa acabara en algún sonido de placer, más cuando sus manos no sólo empezaron a tocar, si no a masajear y pellizcar.

—¿Te duele?

Wonwoo hizo un sonido de negación.

—¿Podemos ahora ser amorosos y abrazar...?

De repente, la puerta de la habitación se abrió. El sonido alertó a los lobos que saltaron y enseñaron sus dientes mientras que el intruso se daba media vuelta rápido.

—¡No vengas, Jun! ¡Te acabarán ardiendo los ojos! —chilló Minghao.

A Jun no pareció importarle, ya que se asomó por la puerta con cara de pocos amigos. Wonwoo se preguntó qué mierdas había hecho para que Jun irrumpiera en su casa, tumbando la puerta abajo de nuevo con cara de querer asesinar a alguien.

—¿Qué demonios, Jun? —preguntó Mingyu tirando una manta sobre el cuerpo de Wonwoo.

—¿Qué demonios? Llevamos más de una hora tocando el timbre y esperando abajo. Son las dos del mediodía, Mingyu.

MESTIZO  ▪︎『MINWON|MEANIE』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora