Capítulo 14: Mimos

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Mingyu estaba a punto de salir corriendo. Su lobo quería conocer a Wonwoo tanto como Wonwoo necesitaba conocerlo a él, pero Mingyu no confíaba en que el animal mantuviera sus garras y dientes fuera de la piel del Alfa. Por eso estaban en mitad del bosque, con dos centinelas, Seokmin y Joshua escondidos en alguna parte del bosque.

Mingyu miró el rostro hinchado de Wonwoo por haber pasado toda la noche llorando y decidió hacerlo. Era ahora o nunca.

Demonios, el lobo estaba tan emocionado que lo sentía arañar en su mente.

—¿Quienes están con nosotros? —preguntó Wonwoo moviendo la cabeza de un lado a otro sintiendo sus olores.

—Amigos. Ellos te mantendrán seguro si pasa algo.

—Mingyu. Sé que él no me hará daño.

—Ojalá pensar lo mismo que tú.

Mingyu se levantó de la hierba cuando escuchó un gruñido por parte de Seokmin. Había llegado el momento. Se quitó la camiseta y tan pronto cómo acabó de desnudarse, el lobo tomó el mando y el lugar.

Mingyu sabía que no era tan grande cómo un Alfa completo y que muy probablemente, Wonwoo lo superaría en altura, pero ahí estaba su lobo. Estirando la cabeza y alzándola con orgullo mientras que Wonwoo lo miraba sin poder decir nada. El lobo lo rodeó. El lugar era familiar y seguro, conocía ese trozo de bosque y conocía también a los lobos a su alrededor, pero eso dejó de importarle cuando el olor de Wonwoo llegó a él.

Jazmín. Planta. Todo lo bueno en el mundo. Eso era Wonwoo. Su lobo saltó arriba y abajo, aulló y corrió para apretujar su cuerpo con el de Wonwoo. Mingyu se sintió un poco más tranquilo al darse cuenta de que su lobo no percibía a Wonwoo como una presa a la que morder, si no cómo un compañero al que saludar y marcar.

Lo marcó con su olor una vez más y luego cerró los ojos e inclinó la cabeza en el momento en el que Wonwoo se arrodilló, estiró y rascó tras sus orejas.

Eso era… Mmmm… Eso era…

—¿Te gusta? —preguntó.

El lobo saltó más que emocionado, su cola golpeó a Wonwoo y Wonwoo cayó al suelo con un pequeño grito. Uno de los centinelas se dejó ver alarmado por el chillido. Fue su pata y sus fauces y Mingyu se puso alerta sacando sus dientes y colocándose delante.

No iba hacerle daño. Nadie iba a hacerle daño a nadie.

Wonwoo recuperó su postura pronto y debió de hacer alguna seña porque el lobo amenazante se retiró y Mingyu pudo dejar de gruñir y disfrutar de nuevo de las caricias de su compañero.

—Si sólo eres un cachorro que busca mimos —dijo Wonwoo mientras que Mingyu no podía estar más enfadado con él.

Mingyu lo había vendido cómo la bestia agresiva y peligrosa y ahora se estaba burlando de él. Con una sonrisa, Mingyu lo mandó regresar y quedó arrodillado en el suelo, desnudo, con la mano sobre su pecho. Mingyu agarró sus dedos.

—Te toca —gruñó.

La calidez de su rostro desapareció y Wonwoo quedó blanco.

—¿Qué?

Mingyu no lo dejó ir.

—Hemos venido aquí. Es seguro, Wonwoo. La manada no te hará daño y sabes que tu lobo lo necesita.

—Él no quiere. Él…

—Está bien. Estoy aquí. Has conocido al mío y no ha pasado nada.

—¿Y si pasa? ¿Y si luego no consigo volver a ser yo?

MESTIZO  ▪︎『MINWON|MEANIE』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora