Susurros de una sombra

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Miguel entró en su habitación, cerrando la puerta detrás de él. La habitación era simple pero acogedora, con paredes de un tono suave de azul, una cama bien hecha en una esquina, y un escritorio ordenado con algunos libros y papeles. Había una ventana la cuál estaba tapada por unas cortinas.

Miguel: - Suspirando, dejándose caer sobre la cama - ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? No logro entender por qué hay tanto problema con que Adán ya no esté.

- Se recostó en la cama, mirando al techo, con una mano cubriéndose los ojos -

Miguel: ¿Por qué esto tiene que provocar que todos hablen con Eva? ¿Por qué sigo encontrándomela no importa qué haga? ¿Por qué las cosas no pueden ser igual de simples que antes?

- Se levantó lentamente y caminó hacia la ventana, observando a los habitantes del cielo. Apoyó las manos en el marco de la ventana -

Miguel: - Hablando en voz baja - Todo era más fácil cuando éramos solo nosotros... Sin complicaciones, sin estos sentimientos confusos.

- Pasó una mano por su cabello, tratando de ordenar sus ideas -

Miguel: Extraño esos días... cuando todo parecía más claro.

- Se alejó de la ventana y volvió a la cama, sentándose al borde y dejando caer la cabeza entre sus manos -

Miguel: ¿Por qué no puedo simplemente dejarlo ir? ¿Por qué siempre vuelvo a esto?

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Miguel está sentado bajo la sombra de un árbol en el Edén. El paisaje está lleno de colores cálidos y suaves, con flores de tonos vibrantes y un río cristalino a lo lejos. Su expresión es fría y pensativa, perdido en sus pensamientos. De repente, un suave movimiento lo hace mirar hacia arriba. Eva aparece colgada de una rama del árbol, balanceando sus pies en el aire.

Eva: - Sonriente y con un brillo en los ojos - ¡Hola! ¿Eres el gemelo de Luzbel?

Eva, a sus 18 años, se parece mucho a Lilith, su cabello dorado cae en ondas y sus ojos dorados son un reflejo de su alma alegre. Aunque es más pequeña que Lilith.

Miguel: - Parpadea sorprendido, su rostro se sonroja levemente - Sí, soy Miguel. Y tú eres Eva, ¿verdad?

Eva: - Desciende de la rama y se sienta muy cerca de Miguel - ¡Sí, lo soy! Tú estuviste conmigo un tiempo en el cielo enseñándome mi rol en la Tierra, ¿lo recuerdas?

Miguel: - Su rostro se sonroja más al notar lo cerca que está - Mmm... sí, creo.

Eva: *Ay, ¿ahora qué hago? ¿por qué me acerqué si sé que no le agrado? - Mira el suelo, nerviosa, mientras sus pensamientos se acumulan - ¿Y si le resultó muy fastidiosa? ¿Y si no me quiere cerca? ¿Y si...? *

- La voz de Miguel la saca de sus pensamientos -

Miguel: Parece que el Edén está más tranquilo hoy - Mirando a su alrededor -

Eva: - Asiente, volteando hacia él - Sí, parece que todos están ocupados. - Lo observa con curiosidad - ¿Pasa algo, Miguel?

Miguel: - Suspirando - A veces, necesito un lugar tranquilo para pensar. - Mira a Eva con sorpresa - * ¿Tan fácil soy de leer? * Eva, ¿alguna vez te has sentido... eclipsada por alguien?

Eva: - Inclinando la cabeza con curiosidad - ¿Eclipsada? ¿Qué significa eso?

Miguel: - Desviando la mirada - Es como sentirse opacado por alguien, como si esa persona siempre estuviera en el centro de atención. *Mientras tú estás en las sombras.* Por ejemplo, Luzbel siempre es tan radiante, ¿no es así?

Consejera Infernal |Hazbin Hotel|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora