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Capítulo 4: florida!!! - taylor swift, feat. florence + the machine

"Y Checo Pérez logra un sólido P6 en las segundas prácticas."

Yuki sólo pudo escuchar con entusiasmo las grabaciones de las prácticas. Había llegado tan cansado, tanto física como mentalmente, a su departamento que al cerrar la puerta tras suyo sólo pudo dejarse caer como peso muerto en su cama. El azabache había disfrutado de una buena siesta que terminó a las ocho de la noche debido a una alarma pre programada. A pesar de haber descansado cinco horas, Yuki ya podía sentir una mejora tras el incidente en su trabajo.

Él sabía que estaba mal, pero había fingido completamente que aquella desagradable situación no le había afectado. Cherry pareció no creer ni un poco su actuación, pero lo dejó pasar. Su jefe, por otro lado, le había preguntado si se sentía lo suficientemente bien como para regresar el siguiente día a trabajar. ¡Incluso le había asegurado que le pagarían el día si no venía! Había sido demasiado tentador, Yuki en serio no quería volver tan rápido a la cafetería y mucho menos se sentía mejor. Si la constante opresión en su pecho era una señal de que no estaba bien, el constante malestar emocional que le provocaba pensar en la horrible situación que vivió ayer se lo confirmaba.

Pero, no únicamente sus deseo tóxico de realmente recibir una paga que equivaliera a su trabajo y que no se la regalarán, porque, a pesar de tener carencias, Yuki odiaba mendigar. Detestaba generar un sentimiento de pena hacia los demás ya sea por su mala situación económica y familiar. ¡Por eso se había metido a trabajar en primer lugar! El japonés quería ganar de forma honesta sus escasos ingresos. Y no lo haría si faltaba únicamente por una pequeñez, sí, eso esa. 'No puede ser que no quiera trabajar por unos niños estúpidos. Además, ¿qué pasa si vuelven a ir y ya no estoy para proteger a Cherry?' Yuki no podría perdonarse si la pelirroja salía lastimada únicamente por su inasistencia.

"Al menos a Checo le fue bien." Comentó el japonés, dejando caer su cabeza en la cama, olvidando por completo la re emisión de las prácticas que estaban dando. Había escuchado que Max terminó en P2, unos segundos debajo de Lewis Hamilton. Yuki solo pudo reír al imaginar lo enojado que estaría el neerlandés ante aquel resultado. Incluso casi podía escuchar las exactas palabras que le diría al mexicano: "¡Es que no puedo creer que ese viejete me haya rebasado!"

'Sí, como si esas cosas pasarán.'

[...]

"¡Es que no puedo creer que ese viejete me haya rebasado!" Se quejó enojado el rubio, empezando a golpear el suelo impacientemente con su pie izquierdo. Checo, que estaba muy a gusto acostado en uno de los sillones de la habitación, solo pudo rodar los ojos mientras seguía viendo su celular. Desde que habían anunciado las posiciones finales de la segunda práctica, el castaño ya sabía lo que le esperaba al regresar a sus habitaciones: un enojado Max por haber perdido contra Hamilton. Ni siquiera enfadado por no ganar el primer lugar, sino por quedar detrás del británico.

Internamente el mexicano creía que era porque le recordaba a su situación en 2020, cuando ni siquiera era capaz de poder darle una verdadera batalla al inglés. Pues era bien conocido que, antes que el neerlandés le quitase el titulo a Lewis como campeón del mundo, el único capaz de derrotarlo en igualdad de condiciones no era otro más que Nico Rosberg. Fue tanto así que muchos fans seguían especulando que esa era la verdadera razón detrás de la jubilación del alemán, mas el mexicano, y la parrilla de ese año, ni siquiera era consciente, por completo, de todo lo que tuvo que pasar para que Rosberg terminará por acabar su carrera al ganar su primer campeonato. 'Una historia de miedo de la vida real.'

Viendo a Max, que estaba en la mira de su cuarto mundial, Checo no pudo evitar sentir incertidumbre de, si en algún momento él quisiera batirse por el campeonato, si su relación con el neerlandés terminaría tan mal como la de Nico y Lewis. 'Si tuviera que elegir entre él y mi carrera, sé que lo elegiría a él.' Pero la duda de realmente saber si la respuesta que Max le había dado en aquella fatídica noche en Brasil hace dos años se repetiría era mucho mayor. El pecoso quería creer que Max había cambiado, pero nunca se podría estar seguro hasta comprobarlo.