Capitulo 2.

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『 ♡ 』

Un nuevo día comenzó, y Alastor estaba observando por el vidrio como una pareja de ancianos compraba un ramo de flores a ese joven quien solamente reia de una manera que no había sido testigo hasta ese momento.

Y oh, como Alastor deseo en ese momento ser quien le regalará la misma, ser capaz de proporcionarle todo lo que deseara, darle su alma si era necesario, iluminar su mirada diaria como esos girasoles lo hacían para muchos, ser capaz de llenarlo siempre de alegría y... esa sonrisa, tal vez pueda sonar como una persona egoísta, pero ¿Era posible anhelar amarlo hasta el día de su muerte?

Ese hombre fue su debilidad.

Cuando su reloj sonó marcando la hora que siempre lo visitaría... compraría sus flores, el rubio no fue consciente de su llegada como siempre sucedía, el solo mordía un poco su labio inferior cuando cortaba los tallos de unas simples rosas.

Oh, ese día sería bueno experimentar una nueva compra.

Dio pequeños toquecitos a esa mesa, antes de que ese hombre levantara la mirada con algo de lentitud, confundido.

Y allí estaba, Alastor lo noto, esos dos orbes rojizos adquirieron ese brillo, eso alimentaba su esperanza. Lo quería todo.

Su pedido esa vez fueron peonías blancas, dejo salir un cumplido que trajo colores a las mejillas de ese hombre, tintándolas de un tono carmesí como esas rosas en el mostrador. Hermosas, vivaces y encantadoras.

¡Allí está! Esa sonrisa. Estaba de nuevo en lo alto. Le hacía algo a su pecho y se sentía sofocado por alguna razón. No entendía que era eso que ocasionaba ese hombre, no podría estar encaprichado ¿O sí?

Cuando decidió llevar una rosa como el color de esos orbes con su pedido, no fue testigo de aquella tristeza que cayó en ese elegante y delicado rostro. Alastor solo se perdió como ese hombre trazaba con sus largos dedos el pétalo carmesí de la rosa, el rubio hizo que esos pétalos se balancearan con su toque, dedos sintonizados con los patrones de una melodía melancólica.

Cada vez que el hombre hacia eso con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, Alastor sentía que se perdía algo. Este hombre parecía tener una conversación secreta con algo desconocido, tal vez con sus pensamientos, con el viento o con las flores, no estaba seguro, solo sabía que era una de la cual era excluido y se negaban a invitarlo.

Nuevamente pago por estas, antes de alejarse.

Tal vez debería intentar hablarle, pensó con una sonrisa antes de alejarse.

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Datos: La peonia blanca es un símbolo del Ying y el Yang. Simbolizan a las acciones personales que asumen riesgos y desafíos para obtener grandes recompensas.

Rosa: símbolo de amor, sensualidad y belleza.

Never Forget Love. -RadioApple-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora