capitulo 10.

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『 ♡ 』

Como si estuviera compadeciéndose de Alastor sus heridas podían cubrirse con su cabello, el deformado corte alrededor de su cuello estaba disfrazado por su camisa. Esa noche Alastor se confesaría, si el chico lo aceptaba podría huir de su padre, los sustentos de su tienda eran lo suficientemente estables para vivir de una manera decente, podría mudarse para que su padre no lo encontrará, mientras el baño de estrellas lo acompañaba se atrevió a pensar con una vida que no había pensado en tener antes.

Con el amor que puede dar y tal vez ser capaz de recibir.

Imaginarse a Lucifer con él, intercambiando pequeños y dulces susurros hasta altas horas de la noche. Citas románticas secretas de la sociedad, para que no lastimaran a ese pequeño y al parecer curioso ser. Miembros enredados en una noche de lluvia mientras ven una película barata que él ignoraría solo para apreciar al hombre que estaría en sus brazos.

Había probado el dulce néctar directo de la fantasía, había imaginado cómo lucía el amor, cómo se expresaba y como quería vivir de la palabra del primer amor.

Solo viendo a Lucifer sentado en la tienda jugando con unas flores, lo hizo sentir vivo de nuevo, era esa persona con una existencia prohibida, aquel que refleja en su mirada las miles de estrellas que acompañan esa noche, de aquel que anhelaba un suave beso y escuchar dulces palabras de esos labios.

Lo quería todo y podrían llamarlo egoísta.

Apretó la pintura que conservaba, aquella que le daría para demostrarle sus más íntimos sentimientos, cuando llegó a la tienda el estaba sentado jugando con algo.

Alastor apenas podía respirar, con un suspiro llamo: "Disculpa..."

Luego de unos segundos que le tomo alcanzar la valentía por cuenta nueva, Lucifer levantaba su rostro abriendo los parpados sorprendido, seguramente extrañado por qué Alastor le habló y la hora que se presentaba.

"Yo... mañana voy a ir... a estudiar al extranjero" Incapaz de pensar una sola oración coherente sin sentir que sus nervios lo consumían como un rápido incendio, hizo lo que siempre hacia: hablar sin pensar primero.

Temiendo el dolor de ser rechazado; al tener toda su atención se calmó un poco antes de seguir hablando rápidamente, ignorando una mirada preocupada que distorsionaba los rasgos suaves del joven en la silla "Entonces... en realidad tú me gustas... mucho" Dijo tomando la pintura más fuerte en sus manos "Tal vez... yo no me quiera ir..." En su desesperación por decir todo con rapidez, Alastor comenzó a casi gritar y acelerar sus palabras. Lucifer comenzó a sacudir la cabeza, sin aceptar.

Esa respuesta  provocó en Alastor una sensación de pánico que nunca antes había experimentado. Sus ojos se llenaron de miedo, y sintió cómo su cuerpo se paralizaba, incapaz de reaccionar con normalidad .

Esa acción lo hizo sentir pequeño y vulnerable, y una oleada de desesperación se apoderó de él. "Yo me preguntaba... ¿Te... gustaría salir conmigo?"

Termino, antes de esperar una respuesta que no llego, fueron varios minutos así, mirando lentamente hacia arriba se da cuenta como Lucifer lucía confundido en su lugar, ahora Alastor estaba seguro de una cosa ¿Cómo pensó que tendría una oportunidad si jamás hablaron?

Por qué ahora era testigo de cómo Lucifer negó nuevamente luciendo aún sorprendido, arruinado cada una de sus tontas ideas iniciales donde se decía a si mismo que disfrutara de su tiempo juntos, sin arruinarlo.

Debería haberlo sabido. Alastor debería haber sabido que eso de los sentimientos inútiles no estaban de su lado. Nunca habían estado de su lado.

La felicidad no era algo que podría merecer.

La mirada de Lucifer le dejó en claro lo que estaba por suceder. Su inminente final se acerca cada vez más en cada segundo, aquel rechazó que temía, seguramente acusado de estar enfermo de la cabeza y tal vez lo estaba.

Retrocedió varios pasos, las lágrimas comenzaron a acumularse alrededor de sus ojos. Esta vez, fueron las primeras en mucho tiempo.

"Yo... Yo..." Asintiendo con la cabeza en despedida, Alastor intentó escapar de esa pesadilla, con las lágrimas corriendo por su rostro y su corazón latiendo con fuerza. Su mente estaba en blanco, solo podía pensar en escapar de ese lugar tan lejos como pudiera.

Sus pies apenas podían sostenerlo, mientras se abría camino hacia la puerta. En su desesperación, tropezó con las paredes y las puertas, como si el mundo entero se hubiera aliado contra él.

Finalmente, logró llegar a la puerta, pero en su prisa por salir, dejó caer la pintura que tenía en las manos. El sonido del lienzo golpeando el suelo resonó en su interior, como un cruel recordatorio de todo lo que había perdido.

Solo queria irse lejos, fuera del alcance de ese dolor. De esa soledad que volvía a él y lo cubría como una densa oscuridad dispuesto a devorarlo, a consumir lo poco bueno que tuvo de en su vida.

Apoyando su frente contra su mano, susurró un último "¿Primer amor, eh?" antes de alejarse en esa oscuridad.

Tal vez, él no fue echo para obtener felicidad.

De hecho, el primer amor es como una flor frágil y bella, que surge con la llegada de la primavera, llena de promesas y esperanza. Sin embargo, ese amor es también como una flor delicada que se marchita y se daña con el mínimo roce.

En ese momento, Alastor comprendió que el primer amor no solo era doloroso, sino que también traía consigo un sentimiento de abandono y soledad. Se sintió como si estuviera atrapado en una fiebre que lo consumía por dentro, sin nadie a su lado para cuidarlo y aliviar su dolor.

Porque ahora lo entendió, un primer amor tal vez nunca pueda ser.

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(Mañana el epilogo~ o(〃^▽^〃)o)

Never Forget Love. -RadioApple-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora