Pequeñas historias cortas acerca del pilar más fuerte, el pilar de la roca.
• ¡Hay contenido 'lemon'!
• Cualquier sugerencia la tomare en cuenta.
• Solo se usan pronombres femeninos.
• Se representa al lector con una línea.
_____ - Tu
Sin más que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- "No... por lo que más quieras... ¡No me dejes!" Grite desesperada mientras abrazaba el cuerpo de mi 'maestro' las lágrimas brotaban sin cesar y caían rápidamente de mi rostro.
- "Perdóname _____, mi... cuerpo no podrá resistir..." Con la poca fuerza que el tenia llevo su mano a la mía, mientras la tomaba con delicadeza. "Yo se que nuestra historia hubiera sido maravillosa para nuestros hijos y nietos... pero quizás eso haya sucedido en otro universo... me lamento que no haya sido en este. Solo quiero no sufras por mi ausencia, haz tu vida..." Respondió con la voz entrecortada.
- "No puedo vivir sin ti..." Apreté su mano.
- "Yo seguiré viviendo en ti ____." Una leve sonrisa se presentó en sus labios. "Mi último acto de amor es abandonar este plano terrenal solo por ti." Cerro los ojos mientras algunas lágrimas brotaban delicadamente por sus mejillas. El dejo de apretar mi mano y su sonrisa siguió presente.
Estaba llegando el amanecer. Y con esto se cerró la muerte de Muzan. No había mas un rey demonio. Por fin había paz y tranquilidad ¿pero a este costo?
Gyomei me conoció en la compañía caza demonios, de inmediato comenzamos a llevarnos bien, me convertí en su tsuguko con mucho honor. Día y noche entrene para estar al nivel de un pilar. En cuanto él se retirase yo ocuparía su lugar. Comencé a tener algo más que una admiración por su trabajo y rendimiento, comencé a enamorarme, lenta pero perdidamente.
Me encontraba escondida detrás de un arbusto jugando con una rosa muy linda que había encontrando por el camino. - "¿Me quiere? No me quiere, ¿Me quiere? No me quiere... ¿Me quiere?" Arranque el último pétalo de la rosa. Suspire fuerte mientras miraba el tallo. "Mentiras. No soy lo suficiente para el, quizás y hasta él prefiera a otra chica más linda, más delgada, más delicada, más joven... alguien que no sea yo..." Con impotencia arroje el tallo y lo pisaba. "Es hora de aceptar mi derrota, el señor Gyomei nunca se atrevería a estar con alguien de tan bajo rango como yo."
- "¿'El señor Gyomei'?" Hablo una voz muy conocida detrás de mi. Sentía que mi alma salía por mi boca al escucharle. Mi cara estallaba en llamas. Me sentía como un gato acorralado, no tenía salida ni escapatoria alguna. "Yo creo que aquel 'Gyomei' del que hablas es muy tonto al no estar con tan increíble mujer." Sentí su aliento y voz aún más cerca de mi oreja, sus palabras hicieron que mis piernas se entumieran sin tener algún tipo de fuerza para levantarme. Voltee a verle y él estaba al lado de mi. Desde ese pequeño aprieto comenzamos una relación secreta, al caer la noche y cerrar la puerta, solo ambos sabíamos lo que pasaba. Gyomei tenía 27 y yo 20, no me gustaba la diferencia de edad y sabía que a la gente tampoco, por algo ambos tomamos la decisión de que nadie supiera de nuestro romance.
